miércoles, 10 de diciembre de 2008

Chuck Norris tenía razón.

Quito. Son las tres y cuarenta y nueve de la tarde, en la Argentina (más tres horas), Tigre hace historia. Un aguacero baña la ciudad como cada día. Las calles se transforman en ríos temporales, que arrastran sin tregua, toda clase de objetos. Mientras tanto los más desprevenidos se convierten en veloces pederastas, y el resto abren sus paraguas exhalando resignación.

Días a los que ya nos habíamos desacostumbrado. Días que nada saben de movimiento. Quietud quiteña. La última vez que supieron de "The Fire Ones", salíamos de la selva, cargados de nuevas sensaciones y recuerdos indelebles. Hoy, y con la cuenta extraviada bajo una enorme silueta gris y urbana, recordamos nuestra inolvidable entrada a Quito como algo que pasó hace siglos.

Y este amor nos impulsa hacia situaciones increíbles. Un nuevo récord roto, y otra capital que pone a trabajar su maquinaria magnética, para que nuestros pasos sean tan inútiles como paraguas de sal. Llegando a Quito por Papallacta, una camioneta enciende sus balizas. Nos detenemos, Oswaldo y María Belén, serían de aquí en adelante nuestros amigos y la única mano de la cual nos podemos agarrar, cada vez que la ciudad nos pone a prueba. Tres días pasamos en casa de los Pasquel y de allí en más, conseguir hogar sería una tortura. Para resumir, diremos que nos hemos mudado unas cinco veces en este mes, hemos dormido una noche con Juan y Aymi en la estanciera, (frente al cuartel de policía), paramos en Tababela a una hora de la ciudad (en la finca de un trentino), a pocos metros del aeropuerto y terminamos en un hostal en pleno centro, donde volvemos a pagar por una cama por primera vez desde que dejamos Cusco.

Ni la promesa de resucitación en vivo de Janis Joplin, Jimi Hendrix y el negro funky que parece un mono de Woodstock, lograron convocar algunas almas para el festival Quitu Raimi aquella tarde dominguera. The sixties are gone....

¡Ya nos olvidabamos! Como bien habrán visto, el citro no está en condiciones de seguir rodando, asi que........ ta, ta, ta, taaaannnnn!!!!

De aquí en más seguimos viaje en esta BMW con sidecar, que generosamente nos fue donada por la asociación protectora de viajeros en naves cítricas. No se gasten en preguntar, Loli es Poncharello.


Palos en el camino. A veces aparecen. Estos días han tenido de todo. Buenas, muy buenas, malas y horribles. Faca fue víctima de unos carteristas en el metro. Ciertas puertas se cerraron cuando se suponía que debían abrirse. El tiempo, relativizado hace años por Einstein, perdió toda elasticidad y sabor a tutti - frutti, al ajustarse con presición suficiente, a ciertas máquinas odiosas de bolsillo. Decepciones internacionales y nacionales. Palos en el camino. Palos que entorpecen pero no detienen. No salimos de casa imaginando una ruta templada y sin obstáculos. No salimos a pasear por la rambla. No anhelamos una alfombra roja ante nuestros pies, ni que un cóndor que pone huevos de oro, anide sobre la rueda de auxilio de nuestra nave. Todo lo contrario. Aprendemos. Estamos alerta, nos levantamos y seguimos adelante. Nos volvemos más fuertes, más humanos, más capaces, más seguros de nosotros mismos y nos seguimos moviendo. Respiramos, aflojamos las membranas y así como llega, sin aviso, todo aquello desaparece en una lejanía incógnita.

La Dra. Loli recuerda viejos tiempos. Orgullosa otea una revista que elogia sus logros (Carburando del 5/12. Busquenla en la net, es del diario El Comercio de Ecuador). Extraña a la nave. Tantos kilómetros compartidos y ahora........ y ahora.......

¡BASTA DE FARSAS! La historia sigue así. Aquellos primeros días, montados sobre los casi 3000 msnm de Quito, con los aún inéditos Oswaldo y Belén, contactamos a la gente de Citroen en Ecuador. Actuamos como siempre lo hacemos, con métodos extorsivos y amenzas de bomba, para que finalmente Javier Otero (aún inédito) joven y emprendedor gerente de Mavesa, nos concediera carta libre para trabajar sobre la nave. Sin escrúpulos y con su desfachatez habitual, los de fuego pidieron una batería nueva, paso por los talleres y una restauración completa del bólido. Tras algunas idas y vueltas las peticiones fueron aceptadas y aquel tango sonó revelador en el aire; el que no llora no mama.

Tras casi 27.000 km y un año de viaje, la nave entra a los talleres de Citroen en Quito (Mavesa)para una restauración a fondo. En realidad, hubo un pequeño empujoncito de Faca, que sabiendo que el trato comprendía solo una pintura superficial, llegó al taller y desmanteló el Citro hasta el último tornillo. Atrevido, al reencontrarse con Javier Otero, expuso ciertas teorías dignas de un loco, y como de poetas y locos todos tenemos un poco, Javier se apiadó de su alma y gustoso accedió a hacer un trabajo a fondo. Nosotros, eternamente agradecidos, lo que está haciendo toda esta gente por nosotros, superó nuestras expectativas y definitivamente es una mano enorme para continuar con nuestra aventura.

Desarmar es sencillo. Agarrás un par de herramientas y tirás todo lo que sacás por ahí. Los tornillos se mezclan, los fierros comienzan a metamorfosearse hasta volverse irreconocibles, y en medio del frenesí hasta se puede llegar a beber thinner. El tema viene después, a la hora de levantar nuevamente al noble corcel. ¿Alguien tiene un manual que le sobre o un revolver por ahí?

Eso era......, era....... ¿el cenicero?

Ya sin el pudor de las primeras veces, la nave lo muestra todo sin ruborizarse. Tras el éxito de las primeras fotos XXX, nos llegaron nuevas ofertas de Carburando HOT, Playcar y Coches en Bolas, por las fotos de esta belleza.
Tamo al horno tamo.

El gran maestro Julio, observa perplejo. ¿Por donde arranco?
Periódicos nefastos. Las noticias del globo no son....., bueno son un cagada. Nada alentadoras. Letras en un papel, tinta y fibra vegetal. ¿Verdad? la verdad no está en los diarios. La verdad ni siquiera esta ahí afuera, en lo que se puede ver y tocar. Por eso mejor usamos los diarios para enmascarar.

Faca lima asperezas con la amoladora. Créanos, americaencitro también es trabajo. ¿Por que nos parece escuchar las risas desde acá? Frori ubiquese que usté tampoco es ningún ejemplo ¿eh? El último mes, día tras día a las 8 am entramos al taller, y no paramos de laburar (salvo a la una de la tarde que almorzamos mirando como el único y genial Chuck Norris tira patadas ninjas a mansalva), hasta las siete u ocho de la noche. Los sábados entramos una hora más tarde y salimos tempranito.
La rutina, tomar el trole todas las mañan... esperen, el trole es un capítulo aparte que merece ser desarrollado. Quito es un chorizo. La ciudad se sitúa en un valle rodeado de montañas (si no fuera así no sería un valle ¿no?), pero lo peculiar es que este valle es angosto y largo, por lo cual el tráfico en la ciudad es complicado. Más allá de que el número de habitantes no sea inmenso (algo menos de dos millones), el metro y el trole, van atestados de gente desafiando los límites de lo absurdo. Ambos, tienen el sistema de fuelle que une dos colectivos y cuenta cada unidad con tres puertas dobles. El tema es que la gente sube y se aprieta como sardinas enlatadas, y cuando ya parece que no entra un alma más, se ponen afuera y dejan que las puertas al cerrarse los metan a presión. Es increíble, llega un momento en que no distinguís tus miembros de los ajenos y eso ya es peligroso. Hoy vimos a un gordito con una tecnica impecable, entrar en el trole que nos trajo a casa. Nos vimos obligados a felicitarlo por su habil maniobra. Prometemos un videito.
Pues si soltaran, se desataría en el mundo físico, un caos que pocos estarían dispuestos a abandonar. Gali, es potente y sabe que las sombras están sobrevaluadas. Venber vió como los fenicios parían a los cartagineses, y estos a otros tantos hasta llegar a Sarkozy. Rara vez habla de ello. Miterrand siente que nada le puede ser enseñado, y se limita a buscar respuestas en el agarre perfecto. Lógico para una pinza de ajuste. En tiempos donde todo es aparente, las necesitamos. En medio de la marea informática, ellas son el elemento flotante. Más son pinzas de ajuste y nunca lo dan todo. Chuta.
Indignado por la falta de reconocimineto Don Fernando tira un chisporroteo interestelar. Pintura, ¿solo pintura? ¿Como pueden ser capaces de decir que solo están pintando el auto cuando se suelda, se endereza, se masilla, se lija, se vuelve a masillar, se camellea y se camellea sin parar? El hombre de la máscara se siente traicionado pero la fama llegará para él pronto. De veras que nuestros días en el taller no se limitan a lijar y lijar, hasta que la masilla aspirada te derrite el cerebro. Son mucho más que eso. Julio y Fernando se han vuelto grandes amigos, con quienes compartimos muchísimo y nos han dado una gran mano con cuestiones extra citroneras también. Gente increíble que hace que todos los idiotas del mundo, no logren arruinar nuestro ánimo. A ustedes y a Chuck, gracias.
Pero no todo tiene que ver con pistones y rulemanes. Estamos en la capital del Ecuador. Demos un pequeño paseo.
Desde la ventana de nuestra habitación en el Hostal Sucre, podemos ver cada mañana como en la Plaza San Francisco, una bandada de palomas rodea a un grupo de humanos para exigir maíz y billete por los derechos sobre el símbolo de la paz.
Ahora, si subimos a la terraza para colgar las pilchas...

Entre sábanas y calzones, la virgen del panecillo asoma.

Dario es de Trento, Italia. Mezcla carne de pollo, res y trucha en el asado. Apoya la poligamia y cada tanto pone esa cancion que decía "Noti magique, incresento un gole, soto el chelo, de un delgado italiani". Buenísima. Come como lo hace un perro, y utiliza ese recurso para ganar chicas. No podemos dar fe de que alguna vez le haya resultado, pero no pierde oportunidad para hacerlo. Nos hospedó durante 15 días en su casa atrás del aeropuerto (imposible dormir más de 4 horas seguidas), y otros tantos en su finca en Tababela. Cada mañana radio italia al mango y el clásico desayuno a la italiiiiana (que no se diferencia en nada de uno argentino). Se fue a Trento y no volvio nunca mas.

The Surreal Photograph. No hay gatos, sino fotos de gatos que se parecen a gatos. El enigma se plantea, sin elegancia. Pura casualidad. Siete manos cortan cerdo. Ocho niños muerden carne. Caen rendidos, sin cansancio mas druidas. La roca pierde sustancia. El subsuelo se vuelve camino. Oculto, olvidado.
Obvio, pero con trampa.
Las inferiores de River. Si, mejor dediquense al tamborileo.

Rodeada por la mafia italiana. Nombres, procedencias y armas predilectas. Loli (Mar del Plata, aguja de tejer al rojo vivo), Dario (Trento, nunchaku), Stefania (Milan, gomera con bulones), Matías (cerca de Trento, envases de vidrio) y Cecilia, o Chechilia (Parma, queso parmesano pasado).


Con esta callejuela quiteña los vamos dejando tiraus. Teniamos muchisimo mas para mostrar ycontar, pero nos pasamos el dia en el taller y si seguimos asi no publicamos nada. Conformense con lo que hay. Hay mojarra. Por lo pronto anunciamos la llegada de repuestos desde la Argentina (muchas gracias a todos los conejos y al oso laborioso). Carburador nuevo! y otras chucherias indispensables para el transitar homogeneo. Agradecidos a Quito, pero con ganas locas de volver a abrazar a la madre tierra nos despedimos.

Disculpen pero en la segunda maquina que usamos (que es esta) no se pueden poner los tildes. Aun asi. Recomendados del dia. Comer flan sin respirar. Andar en patineta sin respirar. Reponer ese objeto respirando. Reposar sin objeto y sin respirar. *leer imaginando el susurro Arturo Puig en calzones, con un whiskey extra añejo en la mano* Si van a tomar capucchino..... que sea de Omi. Y chau pinela. Les queremos y extrañamos. Besos, abrazos y mordiscones en la cola para todos!

Yuk Punchagamma!!!

martes, 2 de diciembre de 2008

lunes, 17 de noviembre de 2008

Ya no hay más reyes de la selva...... nena.

Demasiada agua ha pasado bajo el puente desde nuestro último posteo. Lo cierto es que nuestra cámara fotográfica se rompió, y tuvimos que esperar al reencuentro con Juan y Aymará para obtener algunas tomas de cortesía y armar el posteo. Lo triste es que solo tenemos algunas fotos de los tres primeros días en la selva ecuatoriana, cuando en realidad pasamos once y vivimos una de las experiencias más increíbles de todo el viaje. Daniel, esta entrada es exclusivamente dedicada a vocè (por capo).

Más maravillas del camino.

En el camino de Baños al Tena, se encuentra la confluencia de los ríos Cindor y Lechita sola.

Esta foto es a pedido de Juancho, que quiere demostrarle al mundo lo hippie que es. Eleva sus dedos en una V para regalarnos un mundo mejor.
Clemente maneja a toda máquina. Mete rebajes a lo loco y solo levanta un poco la pata si ve que la temperatura se le esta disparando pa´ arriba. Cada tanto hace sonar el claxon y es feliz. Claro, la primera impresión es la de un loco que maneja un motor sin ruedas, varado en una sórdida habitación sin ventanas. Pero si se lo interroga Clemente dirá que las ruedas no son necesarias, pues no hay lugar físico a donde ir. Sus caminos están repletos de magia y ciempiés. Nuestros espíritus rudimentarios en cambio, prefieren seguir rodando sobre caucho y descubrir afuera, aunque sea por un tiempo más.

Nuestro principal objetivo en Ecuador era meternos en la selva. A priori parecía sencillo, pero poco a poco nos dimos cuenta de que no sería tan fácil como robarle un dulce a un niño, darle una paliza a un anciano, o vender explosivos en los pasillos de un avión.

Con la bendición de Dorotea, la mariposa socialista, nuestros pasos y el rugir de los motores, se fueron perdiendo en la espesura de la selva amazónica ecuatoriana.

La nave atraviesa el río Napo, sin saber del atentado que la selva le está reservando. Del Puyo a Tena, de Tena a Misahuashí y de allí a puerto Ahuano. Cada vez debíamos internarnos más, para conseguir una canoa que remonte el Napo y libere nuestros frágiles cuerpos citadinos, en países de vegetación impenetrable y cantores nocturnos de seis o más patas.

Anselmoooooo... Oso! Anselmo!

Juancho y Dr. Faca exhiben sus cuerpos musculosos a la vez que intentan ahogar a un par de niños en el río misahuallín. Desprovistos de toda clase de pudor o buen gusto, se resguardan del calor del mediodía ecuatoriano, en las frescas corrientes atestadas de pirañas y niños.


Si demasiada evidencia fotográfica intentaremos recrear lo sucedido por aquellos días. Con esta toma ilustramos como el cuerpo de Bomberos Voluntarios de Tena, nos habilitó un sitio para pasar dos noches, intentamos vender artesanías en la inauguración de las fiestas locales (obteniendo tan solo tres dólares y el orín de un borracho que sin tapujos y ante la mirada impávida de los de Fuego, hizo lo suyo sobre el citro. Manejate loco), comimos hormigas voladoras llamadas Ucuy (increíblemente deliciosas, con un dejo de sabor a panceta ahumada),y terminamos de olvidar nuestro encuentro con Chávez y Correa en el Puyo.

Antes de dejar Tena y perdernos en aquellos caminos lodosos, nos aprovisionamos profesionalmente con: Crayones y papel para los niños, cigarrillos para los adultos, aceite, anzuelos, botas de goma para prevenir el barro y las picaduras de serpientes (altamente efectivas al menos que la serpiente te agarre en el barro), vitamina B para evitar las picaduras de mosquitos (tan promocionado por doctores paracaidistas y farmacéuticos adictos al odolito. Solo diremos que salimos de la selva con más de 300 picaduras en el cuerpo cada uno. Inédito), repelente (que finalmente desistimos de utilizar, pues para los insectos es aderezo) y tantos otros cachivaches más.

Botas antiserpientes (con felfer). Sin ellas nadie sobrevive en la selva. Nadie. Bue... Juan y Aymi no compraron y salieron vivos, pero el enriquecimiento de plutonio, jalea.
... desconectando el capacitor.
Finalmente dejamos las naves en punta Ahuano, y tomamos una canoa que navegaría apenas un rato por el Río Napo, para depositarnos en Misicocha. En el trayecto, nos refrescamos dos veces en el río (inédito), y aunque las caras de Aymi, Juancho y La Peque no reflejen demasiada felicidad, el aire se respiraba puro y los ánimos estaban bien altos.

Faca en cambio, no puede contener su sonrisa al escuchar el comentario que llega desde la otra punta de la canoa: "¡que te haces el Brad Pitt ahí, mamarracho con patas!".

Nunca nos advirtieron que una vez en terrafirme, debíamos caminar dos horas hasta llegar a la comunidad Quichua de Río Blanco. En cuanto la canoa se alejó un poco, levantamos la mirada y nos encontramos con dos caminos. ¿Y ahora? Nuestro instinto nos guió sabiamente y el barro justificó rápidamente la adquisición de las botas antiserpientes. Una verde bóveda repleta de insectos y sonidos desconocidos para nosotros, fue testigo de como se extinguía el sol, mientras alanzábamos y empezábamos a considerar la posibilidad de armar la carpa antes de llegar al caserío. Ya entre penumbras, llegamos a divisar algunos techos de chapa. ¡Río Blanco!

La vista desde el balcón de nuestra casa. Diez familias viven en Río Blanco, las casas están dispuestas en torno a un descampado central y la noche que llegamos nos destinaron una casita. Al día siguiente tuvimos una reunión con los hombres de la comunidad, para aclarar los motivos de nuestra visita. La presentación fue breve (inédito), manifestamos nuestras ganas de quedarnos y conocer la selva y como se vive en ella (inédito). También mencionamos que traíamos crayones para los niños (inédito + risas). Decidimos salir de caminata con nuestro guía y futuro amigo, Agucho. Llegamos a unas cascadas. ¡Al agua pato! todo muy lindo, pero mientras nos bañábamos, sentimos la presencia de 48 anacondas listas para el almuerzo. Salimos rapidito. Pues el profundo verde del fondo no ofrecía garantías (inédito).

Una tarántula asoma. Nuevamente, por falta de evidencia fotográfica, con esta toma ilustramos ciertos aspectos de nuestra visita a Río Blanco, que tal como lo imaginarán no están muy bien representados por este arácnido parcialmente trotskista. Ahí van....

No sabíamos muy bien que esperar, si bien la gente habla algo de español y no es difícil comunicarse, el Quichua es la lengua de la selva y su sonido fue el que escuchamos durante esos once días. Llegamos siendo solo turistas, más de lo mismo para todo el mundo. Gringos en nuestra propia tierra latinoamericana. Al principio, la distancia se mantenía sin excusas y si bien Agucho nos había recibido muy amablemente, con leña y algo de alimento (yuca y verde), el resto de la comunidad apenas si nos prestaba atención. Con el correr de los días, la cosa fue cambiando y nuestra visita, fue una de las experiencias más increíbles de todo el viaje. Poco a poco empezamos a acercarnos. Todos nosotros, los invasores (dicho en el buen sentido), llegamos y pretendemos ser recibidos como los dioses y que se nos festeje todo lo que hacemos. Pero lo cierto es que no hay motivos reales para que todo suceda de esa manera. Claro, los Gringos llevan sus bolsillos llenos, pero nosotros eramos un caso distinto, ¿y porque nos iban a tener en cuenta?

Cocoliso asoma. Con crayones a estrenar, la voz de Río Blanco (No paraba de llorar durante todo el día, y la cosa empeoraba por las noches), nos prepara un dibujo que viajará bien lejos antes de ser recibido por otro Cocoliso. Nuestra visita al colegio fue hermosa, tranquilos, con mucha vergüenza, los niños nos inspeccionan y se ríen de cada cosa que les decimos. Cada quién hizo su dibujo. Inocentes, felices y traviesos, se quedaron con un buen cacho de nuestro corazón. 400 gramos aproximadamente.
La gloriosa chicha.

La comida es un capítulo aparte. Once días a base de yuca, la gloriosa chicha, verde (banana verde que se asa, se hierve o se fríe y tiene sabor a papa), maduro (banana madura, más dulce que se prepara de las mismas maneras), guineos (bananitas pequeñas y super dulces), carachama (pez medio prehistórico, que sacábamos del río), y no mucho más. La chicha es sagrada, se hace a base de yuca hervida, machacada y fermentada mezclada con agua. Se toma todo el tiempo y en cantidades industriales, cada vez que se visita una casa, se debe beber chicha. Un días tras una caminata por la selva visitando amigos y parientes, bebimos unos 6 litros. Creíamos que íbamos a explotar. te sirven un tazón de calabaza de dos litros, apenas baja un poco el nivel, ¡RELLENADO! Casi morimos, hasta Agucho que es de allá, tuvo que salir a vomitar un poco porque su estomago estaba " a capacidad" (inédito).
Por el resto hay que poner la imaginación a la orden, ya que se deben preparar la yuca y el plátano de las mil y una formas para variar el menú. Cada tanto aparecía algún huevo, maní, sopa de armadillo, guanta o guatusa. También están las golosinas de la selva. La guaba y el cacao a los que se les extrae la pulpa dulce que rodea a la semilla. Realmente una experiencia asombrosa y desafienate, desde el punto de vista gastronómico. Créannos, que comimos en forma.
Cansada de la chicha y la yuca, la Peque piensa seriamente en mandar a una pequeña Boa constrictor a la olla.
Aymi y Juancho partieron rumbo a Quito y Los de Fuego, decidieron quedarse una semana más en Río Blanco, ahora sí, sin cámara. Loli comenzó a enseñarles algo de macramé a las mujeres, que terminaron siendo increíblemente generosas, divertidas y amistosas. También plantó yuca y se sumó a la gesta libertadora del cacao, en medio de una maraña de hierbas, palmas, árboles e insectos a puro machete. Desde temprano a trabajar a la finca de Clemente (el chamán de Río Blanco). A acarrear cosas desde el río, a bajar árboles a machete, a cortar paja tuquilla para los techos, a partir, a tejer, a pescar carachamas en el río, a acarrear los paquetes de hojas de palma sobre la espalda, a compartirlo todo. Queríamos ser un quichua más, y así pasaron los días de caminata en la selva, almuerzos y cenas con nuestros nuevos amigos. Trabajo duro y buen descanso apenas se escondía el sol. Entonces, las luciérnagas encendían sus candiles, y los sapos comenzaban su sinfonía.
Poco a poco, dejamos de extrañar el colchón, la comida, la ropa y la comodidad. La increíble fuerza de la selva y la simpleza de su gente nos atrapó por completo. Cuan simple es allí la vida. El trabajo rinde en alimento y satisfacción, la selva lo provee todo. Todo. De la selva uno se alimenta, la selva da para levantar las casas, da la cura a las dolencias y enfermedades, da la tranquilidad para el espíritu, y regala voces apenas susurradas de secretos y maravillas. Allí la compañia es más compañia, la ayuda más ayuda y los hombres más hombres.
Créannos que no existen las palabras para describirlo. Intentamos que les llegue un poquito de lo que vivimos, pero es una tarea frustrante. Hay que vivirlo. La despedida fue a los lagrimones puros. Los dos estábamos hechos unos chiquillos, llorando y llorando. Llorábamos por la despedida de esa gente increíble. Gente que nos dio todo, y abrió su corazón endurecido por la selva. Tan intensos fueron aquellos días y nuestro vínculo, que entre lágrimas nos llamarnos hijos, y nos ofrecieron un terrenito para que levantemos nuestra casa y vivamos allí cultivando la tierra. Pero debemos seguir nuestro viaje al norte. Secar los ojos que no dejan de ver el verde profundo, las inmensas palmas y ceibos, el atardecer que invita a la selva a cantar y reventar en mil sonidos. La tranquilidad hundida en nuestros pechos, el silencio arrullando nuestras mentes, el sol que cuando asoma no da tregua y la lluvia que llega para refrescarlo todo. Al dejar todo eso atrás, respiramos profundo y el corazón se nos estremeció de pena. Es la pura verdad. Veremos como hacemos para conseguir fotos de Clemente, Carmela, Agucho, Ventura, Verónica, Inés, Augusto, Pascual, Elsa, Katy, Mónica, Ali y los demás enanos. Por lo pronto a todos ustedes les decimos ashka pagarachu, y yuk punchagamma.

Keila y Maite. Enanas morfables.

Keila, Saida, Katy, Maite y una wawita NN entre las sonrisas de Juancho, Aymi, Loli y Faca.
Al bajar de la canoa que nos devolvió a Punta Ahuano, lo primero que ve Faca es a un niño saltando desde el techo del citro. A medida que sus pasos lo acercan a la nave se da cuenta de la tragedia. Un grupo de salvajes de la selva, se tomarom el trabajo de arrancar las calcomanías que con tanto trabajo Los de Fuego fueron recolectando en el camino, dañaron un limpiaparabrisas, escupieron todo el auto con chicha y al subir al techo doblaron uno de los parantes. Los queríamos matar con un palo, pero en lugar de eso, nos juimos chiflando bajito.
Los días siguientes fueron muy tranquilos, pasamos a visitar a los bomberos del Tena una vez más, y retornamos a la ¿civilización?. Rodó la nave otro tanto y nos depositó en tierras capitalinas ecuatorianas. Quito.
Recién llegados, metimos a la nave en el estacionamiento de un shopping (solo para dejarlo seguro y sin pagar), al acercarnos para salir a la calle por una rampa, el guardia con tono violento nos dice: ¡no hay forma de salir por aquí señores, solo autos! En ese instante vino a nosotros el recuerdo de la selva, y nos sentimos demasiado lejos.
Esta vez la foto surreal se las debemos, con el tema de la camarilla se complicó. Igual no pegan una loco (en los comentarios de la entrada anterior está la solución pasada). A no preocuparse que ya la hicimos arreglar en Quito (una pequeña fortuna), y hay blog para rato. Por lo demás, les contamos que estamos en la capital del Ecuador desde hace unos 5 días y la gente nos ha recibido espectacularmente. Hay muuuucho para contar, pero lo mejor vinen en camino asique preferimos poner todo juntito en la próxima entrada. Los extrañamos los queremos y bla, bla, bla.... No discutan con los vendedores de garrapiñada callejeros, que son las gentes más tercas que existen. Besos, abrazos y caricias con una lija al agua de 220.
Hasta la próxima.
¡Arrivederci e buonafortuna! o mejor aún ¡Yuk punchagamma!

lunes, 27 de octubre de 2008

"Efecto Chimborazo"

.... lejos de los polos magnéticos de la tierra, americaencitro rueda. La mitad del mundo nos ofrece sabores que jamás habíamos imaginado, amigos humanos por montones, y más frío del deseado. Bananas asadas que saben a papas, mangos, chirimoyas y papayas danzan al ritmo de la salsa, que ya se va pegando a nuestras piernas cada vez más flacas. Los insectos, se multiplican tanto fuera, como dentro de la carpa y el sol bombardea con sus poderosos fotones cada centímetro de suelo, dando al paisaje un verde de intensidad superior.

Faca ajusta los platinos de la nave en modo "mitad del mundo".

Antes de comenzar a hablar de los cuencanos, queremos advertir al lector. Si algo caracteriza a los pobladores de este fértil valle ecuatoriano, es su capacidad para ingerir alcohol. Canelazo, Shumir, Whiskilín, Ron, y demás fluidos espirituosos, corren por las venas de éstos simpáticos homo sapiens, abriéndose camino cual barreno diamantado en la dura piedra. Jugueteando entre escasos glóbulos rojos y blancos, las moléculas embriagantes, se apoderan de la voluntad, equilibrio, y hasta algunas veces libertad de los cuencanos, que se entregan a lo inevitable sin oponer la más mínima resistencia. Cuenca vive de fiesta, Cuenca es fiesta. Ahora, si esta tierra nos atrapó de la forma en que lo hizo, no fue por el chupi (al cual tuvimos que adherir obligadamente, para comprender mejor la idiosincrasia de esta ciudad), sino por la increíble amabilidad de su gente.

Llegamos a la curiosa ciudad ya anocheciendo, y como tantas otras veces, nos dirigimos directamente al cuartel de bomberos, en busca de una buena autobomba para pernoctar. Pero esta vez estábamos en Cuenca. En pleno tráfico, nos interceptaron Esteban y el Gotti. Entre cortes de semáforo, palabra va, palabra viene, antes de que termine el día teníamos un departamento donde parar, sanduches (así se les dice por acá) de jabalí, y una parada obligada en la Parrilla de Héctor.

Por un Ecuador Chévere. Fransisco Gottifredi Presidente, Esteban Vice y Los Doctores de Fuego al Ministerio de Asuntos que no Tienen que Ver con Nada Serio (MATVNS). No sea tímido, vote lista 1 UNO, y que la fiesta nunca termine. El futuro está en sus manos, no sea tilingo (por cada voto obtenido se regalará un "Rey Momo").

Veinte años no serán nada, pero para nosotros, veinte días de parrillada argentina (¡Gracias Dió!), fueron mucho más que todo. Madres, tranquilas todo lo que habíamos perdido en 10 meses de viaje, lo recuperamos en 20 días de Cuenca, a fuerza de totín y nerca.

Este gauchazo, que tiene el corazón más grande que el de una vaca, se montó al yobaca allá por el 93´ y se jué despacito al paso, desde Madariaga a New York. ¡Que me lleve mandinga si miento! Tres años y medio de viaje desde la tierra del potrillo hasta la gran manzana. El comentario del fibrón reservenselo señores, que ya está trillau, y a nadie trae buenos recuerdos.
Hétor, Hetitor, Don Dahur, o Héctor (como le gusta a la Peque) tus hijos dispersados por la indómita América, te saludan desde el Tena.

Y aquella noche en la intimidad que ofreció la penumbra, Faca entonó cierta melodía. "¡¡Era muda, era muda, la mina era muuuuda!!"

¡Y apareció George!

¡Volvió La banda del Golden Rocket!

El clima en Ecuador es absolutamente distinto de lo que habíamos imaginado. El sol apenas se deja ver de a ratos, un par de veces a la semana. El cielo, cubierto por un manto eterno de nubes, descarga al menos un chaparrón obligado por día, cuando no un diluvio de proporciones bíblicas. Y entre tanta agua, relámpago y trueno, americaencitro agrandó la familia. No, no se hagan ilusiones, Gumercindo todavía no viene, son Juancho y Aymará, dos locos de Bahía Blanca que están viajando en una Estanciera del 70´ con el mismo destino que nosotros. Hechos los trámites pertinentes en el Sindicato de Inconscientes Sobre Ruedas u Otros Medios de Transporte que Pueden ser Caballos (SISROMTPC), acordamos que seguimos viaje juntos. Siendo cuatro, ya nos animamos a patotear a la gente por la calle. ¡Ojo que alláaaaaa vaaaannn!

Los Doctores de Fuego, posan orgullosos con su nueva familia. Héctor ya nos sacó una vuelta de ventaja, pero en cuanto lleguemos a Alaska, ensilla nuevamente, y salimos todos juntos para Asia a atropellar chinos.

¿Locos o necios? ¿Tarambanas o visionarios? ¿Adultos responsables o peleles sin discernimiento? ¿Espíritus inquietos o idiotas sin remedio? Juzgue usted.

Esta mentira ya la vimos antes. Basta.

Esta vez aprendimos más nosotros que nadie. Las mentes del Colegio "Las Cumbres" de Cuenca, vuelan libres e increíblemente bien encaminadas. En tal caso, nosotros solo retorcimos un poco sus ideas. Margarita Vega de Córdova, no necesita estar en la foto para ser una persona alucinante. Nuestros respetos y admiración.

No, no se preocupen, tampoco llegamos a Alaska. Hay americaencitro para rato todavía. Inesperadamente fue en Ecuador donde por primera vez, la nave amaneció cubierta de nieve. Trepamos con las naves (a duras penas) hasta los ¡4800 metros de altura! hasta el primer refugio del gigantezco Chimborazo. ¿Quien lo hubiera dicho? No solo llegamos a Ecuador en la nave, sino que de yapa ¡trepamos montañas con ella! Nada es imposible para esta joya de la mecánica moderna.

Mucho Head and Shoulders y a esperar.....

Esta fue nuestra humilde morada durante la noche. Diez grados bajo cero y casi 5000 metros sobre el nivel del mar, que te revientan la cabeza, dan taquicardia y una ganas loca de comer nieve.
De Bahía Blanca para mundo..... con ustedes Juancho.

La respuesta estaba en la cumbre; la cumbre demasiado alta.

Dolores adora hacer su imitación de Mercedes Sosa.

El Chimborazo es técnicamente el punto más cercano al sol en toda la tierra. Si bien con sus 6310 m.s.n.m. no es la montaña más alta del mundo (si del Ecuador), al encontrarse tan cerca de la latitud 0º, se arrima más que cualquiera de sus pares a la esfera incandescente.

El "Efecto Chimborazo" en todo su esplendor. No se sabe bien si se creen focas, actúan para el casting de Croky "la fuerza del cariño", o tuvieron una regresión hasta la forma de Homo Neanderthal. Sea como sea esta gente no esta bien.

Desde Riobamba, sale el tren más incómodo del mundo (y sea cual fuere, si es algún "más del mundo" vale la pena intentarlo). Son vagones de carga "ingeniosamente" adaptados a un viajecillo turístico de siete horas hasta la Nariz del Diablo (fin de la cordillera central del Ecuador o algo así). Nadie te dice nada, nadie sabe nada, te subís al techo y si no transas una almohadilla por "one dollar" terminás con el cu...... roto.

En sus rostros se ve que no pagaron su almohadilla.

Estos si pagaron almohadilla, pero igual tienen cara de ort....

Se ven tiernos, pero cuando machacaron a patadas al turista que no tenía caramelos para darles, todos nos asustamos mucho (y fuimos a comprar caramelos).

"No seré feliz pero tengo marido" -Loli Dixit-

El gigante de hielo amenaza con deglutir de un solo bocado a la estanciera de los locos bahieneses (de aquí en más "La Celestina"). La nave huye presurosa, pues para postre no sirve, y considera que lo "disco" ya ha pasado de moda.

A veces el camino se pone heavy y tira a matar. Nada de que preocuparse si se cuenta con retro (marcha atrás al argento).

Si, si querido, yaaaaa te vimos.....

Y si la cascada invita.....¡SALSA!
(Pailón del Diablo - Río Verde).

Esther, la cacatúa meteorológica (por lejos, más capacitada que el innombrable ausente) anuncia tiempos tormentosos y no le pifia. Aquella noche en el Puyo, el agua casi se lleva a los de Fuego con carpa y todo. Ya en el Tena, la cosa empeoró. La mejor salida, el techo de los siempre predispuestos bomberos (fotos inéditas, por fuertes contenidos bomberiles).

¡Ni cerca! No hacia falta ser un genio para darse cuenta que en la entrega anterior de "La Foto Surreal", asomaba la epidermis de alguno de los de Fuego. El detalle que todos pasaron por alto, fue la predominancia del color blanco, sobre la piel cuarteada. Solución: Pié de Faca bañado en Efficient.

Esta vez la tienen más fácil. Solo investiguen un poco, la foto fue tomada en Baños de Aguas Santas y no esconde nada bajo los efectos distorsivos del zoom.
Se estira anhelando saciar los más repugnantes deseos. El aire y el hombre, le confieren la dureza que todo purretín necesita para salir a la calle.

La manada se hace de más amigos en las afueras de Riobamba. Joel y su familia, nos regalaron dos noches de buen descanso en su casa de San Isidro. Tante grazie.

Descansa tranquila sobre las mismas redes que utilizó para atrapar a Dr. Faca. Lo verdaderamente importante es ¿cuando decidirá convertirlo en su cena?

Estimados, en este momento nos encontramos en las puertas mismas de la selva amazónica. El Tena y su río Napo, nos catapultarán al corazón mismo de los pueblos, que silenciosos no aguardan por nuestra llegada, en la espesura vegetal. Pasados por agua, y OFF en mano, los dejamos hasta el próximo encuentro. Compren dólares, fumen yenes, multipliquen sus euros, desconfíen de los reales, revisen abajo del colchón, y si les quedaron algunos patacones por ahí, no se hagan mala sangre, son muy buenos para prender el fueguito del domingo.
¡¡¡Besos, abrazos y codazos en la boca para todos!!!! ¡¡¡Los queremos!!!

"¡¡¡¡Es un buen momento para despedirnos Don Miembro.......!!!!"
¡Arrivederci e buonafortuna!