martes, 2 de febrero de 2010

Ganaron los Duendes

Una figura desdibujada asoma de entre el polvo y la tierra. Habiendo incluso quienes lo daban por muerto, pudo con su propio peso y el de la montaña que se había posado sobre sus hombros.

Siempre hay razones para desaparecer. Siempre hay razones para retornar. En este caso, un poco de esto y un poco de aquello, nada en particular. Aprovechamos este anonimato pasajero para hacer lo de siempre. Movernos un poco más pa' l norte.

Cuando los dejamos estabamos en Chiapas, más precisamente en San Cristóbal de las Casas, y nuestra posición acual es La Paz, Baja California (miles de kilometros arriba en el mapa). Por eso a mover los dedos, hay muchísimo que contar.

¡¡¡Pero primero lo primero!!! ¡¡¡GANARON LOS DUENDES!!!

Si bien el resultado final de la encuesta estuvo muy cerrado, un voto inclinó la balanza a favor de los simpáticos enanos barbudos. Por "Definitivamente si" hubo 17 votos. Por la opción "Dependiendo de la humedad atmosférica, podría ser" 16. Y apenas 8 votos para "No, ni a patadas ninjas".
Esto significa que el 81% de los votantes, o cree fervientemente en la existencia de seres que la ciencia considera mitológicos, o cree fervientemente en la existencia de seres que la ciencia considera mitológicos dependiendo de la humedad atmosférica. Los primeros podrían considerarse románticos o soñadores. Posiblemente se resisten juvenilmente a abandonar la magia del mundo. Y a pesar de saber, muy en su interior, que su si expresa más un deseo que una postura real, prefieren desprenderse del lastre de lo cotidiano y se animan volar (aunque sea cortito y a baja altura, vuelan). Los segundos necesitan urgentemente ayuda profesional, para retornar a un planeta que abandonaron ya hace mucho (con un poco de suerte, ya jamás seran alcanzados en su viaje a través de la galaxia del hombre). Nuestras felicitaciones a ambos. Por supuesto, se hacen extensivas estas también, a todos los seres barbados de puntiagudos sombreros.

Dejamos San Cristóbal y retornamos a las rutas aztecas junto Miri (que seguro votó a favor de los duendes, y posiblemente habla con ellos a diario) y Victor (que es el que impide que los pies de Miriam se despeguen demasiado de la tierra) siguiendo a la nave de cerca. Tras unos cientos de kilómetros descendiendo casi 2000 metros hasta los 500 msnm, llegamos a Tuxtla Gutierrez donde nos esperaban Paul, Mary y su familia para regalarle un par de calcos mas a la nave, unas playeras y refrescar nuestras gargantas sedientas, con un vaso de gaseosa de marca. Como siempre, México nos muestra lo lindo de su gente que nos recibió con muchísimo afecto y hospitalidad.
Esa misma tarde nos libramos del trafico infernal de Tuxtla e iniciamos el tranquilo ascenso al majestuoso cañon del sumidero.

El Cañón del Sumidero eleva sus paredes rocosas a más de mil metros por encima de la superficie del río Grijalva. Su belleza se impone en el extenso paisaje de geografía atenuada, que pierde su existencia en un horizonte lejano y prometedor. Casi no hay criatura que domine este espacio. Los cocodrilos deben conformarse chapoteando en el descuidado curso de agua, a los pies de aquellas paredes enternas. Chupacabras, clamares gigantes y extraterrestres (de otros planetas) quedan muy lejos de este muro sólido y no son más que testigos a la distancia, dejando así la hegemonia del sitio a otros seres alados. Son los zopilotes quienes logran abarcarlo en toda su enormidad. Literalmente, haciendo zumbar sus alas, dan cátedra de vuelo ante nuestros ojos, que envidiosos deben conformarse con imaginar aquel mundo sin gravedad y sin barreras. Se elevan y descienden a gran velocidad, aprovechando las corrientes de aire que aceleran su andar contra las altísimas paredes, mientras el sol vomita sus últimos rayos y regala a nuestros huesos un último instante de calor.

La noche nos sorprendió en el cañon por lo que pedimos permiso para levantar campamento alliímismo. Sopita instantanea y a la cama.

Partimos hacia Oaxaca y desde el principio la cosa pintó muy bien. El camino se vistió de desierto y el pasiaje detras de cada curva que pasaba se volvía más hermoso. La ruta serpentea entre montañas relativamente bajas, las naves se mueven lento y aprovechamos para disfrutar cada segundo en esta carretera de ensueño. A los lados no mucho, algunos cactus en su batalla eterna contra la falta de humedad y unos cuantos sembrados de maguey (planta que se utiliza para hacer mezcal), en las laderas de las montañas. A diferencia de Argentina, en México, una gran proporción de la tierra es cultivada por pequeños granjeros. Gran parte de la producción agrícola se comercializa informalmente, muchas veces en pequeños puestos o mercados. Esto favorece la economía de mucha gente humilde, que todavía encuentran en su lugar (el campo) una alternativa valida para vivir. Imaginamos que esto tendrá que ver con las varias revueltas populares llevadas adelante en México a lo largo de su historia,  principalmente por el campesinado. Si bien vemos aquí también el latifundio (y las tierras más ricas del pais quedan, como en toda latinamérica, en unas pocas manos acaudaladas) aun en grandes extensiones los campesinos e indígenas se salvan de tener que vivir vidas ajenas, mendigando miserablemente, o trabajando a cambio de salarios de hambre en ciudades enfermas de ambición.



El paisaje del estado Oaxaca, nos envuelve completamente.

Las plantaciones de Maguey se abren sitio en escarpadas laderas y planicies resecas. Otro buen ejemplo de lo que hablamos, llegando a Oaxaca pasamos por Matatlan, la capital del mezcal (bebida de altisima graduacion alcoholica, similar al tequila). Lejos de haber tan solo una gran fabrica industrial de mezcal, proliferan a lo largo del camino decenas de pequeños productores que venden su trabajo artesanal terminado, en austeras capsulas vidriadas de felicidad.

¿Apetece un gusano tal vez?
Ya llegados a la increiblemente bella y colonial Oaxaca, paseamos un rato por el centro historico, y nos fuimos en busca de nuestros buenos amigos del camino, los bomberos voluntarios.
A lo largo y ancho de Mexico, los bomberos voluntarios nos han recibido siempre con una infinita amabilidad, borrando de nuestro horizonte aquella incertidumbre, que de tanto en tanto masticamos al ver caer el sol, sin saber donde levantar nuestra carpa guatemalteca.

Oaxaca es una de esas ciudades imperdibles de Mexico. Realmente, los mexicanos se han esmerado en conservar estas joyas de la arquitectura colonial, burlandose del tiempo y sus secuaces erosivos. El resultado: San Cristobal de las Casas, Oaxaca, Taxco, Morelia, San Miguel de Allende, Guanajuato y mil sitios mas que bien merecen el titulo de "pueblos magicos". Reconforta en verdad caminar por estas calles imperecederas, reconforta respirar aires de perdurabilidad en estos tiempos modernos y descartables. Mexico tiene tanta magia, tanta gravedad, tanta historia y verdad en cada piedra, en cada rincon de ciudad o rafaga de viento del valle, que incita a respirar. Incita a querer atrapar toda esta belleza y toda esta historia con cada bocanada de aire que tomamos. La identidad mexicana es infinitamente rica. Este pais deberia sentirse orgulloso del pasado que lo engrandece, aquel pasado de hombres inspirados y gigantescos que aun viven en cada particula de tierra, cada cerro sin nombre y cada niño que nace bajo el cielo del aguila que devora la serpiente posada sobre el nopal. La serpiente emplumada vuela por encima de todas nuestras cabezas. No entiendo el afan por seguir aguilas ajenas. Quetzacoatl vuela sobre todas nuestras cabezas, solo hace falta querer verla.

Como hermanos latinoamericanos que apenas nos regalamos cinco meses en este paraiso de tierra y fuego sagrados, dejenos expresar nuestro profundo agradecimiento y admiracion por Mexico y su gente que nos ha demostrado una grandeza y generosidad inifinitas.

QUE VIVA QUETZACOATL!!! QUE VIVA MEXICO!!!

Vic y Miriam se fueron a degustar unos ricos mezcales a Matatlan mientras nosotros atendiamos nuestros negocios. Sacamos un permiso municipal para vender bijoux, y accedieron a que lo hagamos durante un fin de semana en una pequeña plaza, alejada unas diez cuadras del corazon de la ciudad. Ademas conseguimos que nos hagan una nota en el diario mas leido de la ciudad. Los periodistas nos trataron muy amablemente (hasta nos ofrecieron casa, ya que el sitio que los bomberos nos habian destinado para las carpas, estaba ahora ocupado por un tianguis {mercado callejero ambulante}) y se entusiasmaron tanto con nuestro viaje, que llamaron a unos colegas de TV Azteca que nos entrevistaron ese mismo dia por la tarde. Mientras esperabamos tranquilamente el encuentro, La Peque hacia bijoux sentada dentro del auto y yo aprovechaba lo agradable de la tarde para leer un poco. Saque nuestro banquito plegable a la vereda y me deje llevar a tierras aun mas lejanas, acompañando a Marco Polo en sus fantasticos viajes.

Esta es la tranquilidad que nos han otorgado estos mas de dos años de viaje ininterrumpido. Sin un sitio en donde dormir, en una ciudad que recien comenzamos a conocer y nosotros armando bijoux o leyendo. El mundo es la sala de estar de nuestra casa.
Y nada tiene que ver esto con la inconciencia, al contrario. Esta calama nace del conocimiento absoluto de como ha funcionado todo hasta aqui. Dejarse arrastrar por la corriente, no luchar contra ella. Procurar, en la medida de nuestras posibilidades, abandonar esa gran ilusion de control que nos posee. Controlar y poseer, da tranquilidad al hombre. Clasificar el entorno, meterlo en cajas. Guardarlo bajo llave, hacer copias de seguridad. No dejar que el imprevisto se haga dueño de la escena y nuestro devenir, ese es el gran deporte mundial al que nos hemos acostumbrado. La incertidumbre incomoda, da comezon y nos pone en jaque, pero al fin de cuentas, es inevitable. Una vez mas el miedo, haciendo chiquito al hombre, impideindole abrazar todo lo que le rodea.
Todo lo que controlamos es una sombra, y eso solo, si el angulo de la luz es el indicado.
Y abrazandonos al milagro de lo que pueda suceder, es que suceden las cosas. Mientras leia yo acerca de la sabiduria del Kublai Khan y sus encomiendas a Marco Polo, llega de la nada un pefecto extraño de blancas barbas y me hace dos preguntas. ¿Tu estas viajando en este carro? ¿Ya tienes donde quedarte aqui en Oaxaca?
Medio minuto mas tarde, ya habia abandonado La Peque sus pinzas, y el bueno de Marco con todo y sus copas voladoras, descansaban entre oscuras paginas cerradas. Seguimos de cerca al auto de Toño que nos alejo unos cuantos kilometros de la ciudad, hasta llegar a su casa. Asi de sencillo, sin mayores preambulos, sin especulaciones o calculos. Cuando se habla el mismo idioma, un vistazo directo a los ojos de alguien, es mas que suficiente para lo que se ocupe.
Este portugues con corazon brasilero, viajero hasta los tuetanos y que recorrio todo Brasil en un Vespa hace ya algunos años, nos abrio las puertas de su hogar, como si nos conociera de toda la vida.
Toño, Norma y Toto hicieron lugar en la casa y en sus corazones pa' nosotros. Compartimos tres dias hermosos junto a ellos con cenas para recodar eternamente. ¿Y que hacen los estacionarios en la foto? Juancho y Aymi acababan de llegar a Oacaxa, nos juntamos como solemos hacerlo, con la velocidad del rayo, y nuestros buenos amigos sin dudarlo, agregaron dos platos a la mesa.
Ni hay palabras para expresar nuestro agradecimiento, ni las hay para explicar la satisfaccion que es, dejar en cada sitio que pisamos amigos como estos. Molte Grazie!
Abrazar al mundo con brazos de hombre gigante, de eso se trata, nada mas.
Como siempre el color domina las calles de todo Mexico, que de alguna forma se las arregla para vivir de fiesta etrenamente.
La nota que nos hicieron en TV Azteca, saldria unos cuantos dias mas tarde a nivel nacional y nos abriria mil puertas a lo largo y ancho de toda la republica. Los astros alineados, nos allanaban el camino al norte una vez mas.
Ademas, con el permiso obtenido, pudimos juntar unos cuantos morlacos, para seguir viaje mas tranquilos.
A veces nos preguntamos si no sera demasiado buena la vida, ¿que hicimos para merecer tanto?
Rodeados de buenos amigos, conociendo las maravillas del mundo y sintiendonos plenos de amor y alegria. ¿Como diablos vamos a hacer para volver a los horarios y la rutina? ¿Lo haremos alguna vez? Si alguno lo sabe, por favor no diga nada.
Hasta aqui llegamos con Vic y Miri, los chicos siguen su camino al DF y le pasan la posta a Aymi y Juancho con quienes enfilamos las naves hacia la costa del Pacifico, para pasar la navidad en la playa. Nada de despedidas tristes, dentro de una semanita nos reencontraremos en la gran capital mexicana.
Ni recuerdo cuantos kilometros hicimos aquel dia. Si recuerdo haber trepado montañas hasta perdernos en inmensos bosques de pinos, recuerdo haber llegado a la cima y nuestro descenso pausado y suave, deslizandonos a traves de infinitas curvas con las naves. Sin prisas, con un paciencia que pocas veces recuerdo en mi, moviendonos mas lento cada vez, disfrutando el camino y dejando que el atardecer nos alcance donde se lo proponga. Y en ningun lugar, paramos. Habia alli una casita humilde, golpeamos la puerta y timidamente asomo una doña bien entrada en años. Le solicitamos permiso para levantar nuestra carpita guatemalteca, a lo que accedio amablemente. Mas tarde junto a su esposo, nos prepararon una cena tipica mexicana. Comimos iluminados por la escasa luz del fogon, alimentado con una madera muy resinosa de pino que parecia eterna. El ocote se consumia lentamente, mientras hablabamos de una manera no muy fluida con los dueños de casa. De tanto en tanto, el silencio invadia el lugar y entonces alcanzabamos a escuhar con mas claridad el crujir de la madera ardiendo.
Y recuerdo que aquella noche paso, con silencio de bosque, iluminada por cien mil estrellas.

El resto del descenso hasta la costa fue igualmente pausado. Aun asi, llegamos temprano a Mazunte, nuestra primera parada sobre la costa del Pacifico mexicano. Los pelicanos hacian su demostracion de habilidad habitual, pegando su panza a las olas, aprovechando el aire que los mantiene en perfecto planeo sin siquiera mover las alas. Se elevaban para lanzarse en picada, haciendo pequeños ajustes en su trayectoria con las puntas de las alas, y estirando el cogote en el instante final para atrapar un puñado de sardinas. Tirados en la arena disfrutamos del alucinante espectaculo y despejamos un poco mas nuestras mentes, embriagadas de tranquilidad.


El hombre es la medida del hombre.
Acampamos aquella noche en Mazunte, en la propiedad de una familia sencilla. Encendimos un fogon con leña que juntamos en el lecho del rio seco y cenamos unas quesadillas. A la mañana siguiente seguimos viaje hasta Puerto Escondido. Este sitio tiene mucho renombre, pero nos habiamos hecho a la idea de algo menos urbanizado. ¿Que mas da? El lugar no importa, la compañia no podria ser mejor para pasar la nochebuena. Efectivamente era 24 de diciembre (esto da la pauta de lo atrasado que estoy con el blog) y nos dispusimos a buscar un lugar tranquilo donde pasar la navidad. Recorrimos la playa de Zicatela hasta el final, donde encontramos un descampado para armar la carpa y preparar el festin.

Hace exactamente un año estabamos entrando a Colombia de noche, tras un dia casi completo perdido en migraciones de Ecuador. Pasamos aquella navidad en Ipiales, sin festejo, solos pensando en nuestras familias. Aquella vez invertimos los ultimos pesos que teniamos, en pagar un hotelito ya que ni con los bomberos tuvimos suerte. Cuan distinta fue la navidad este año. Preparamos una mega picada muy mexicanizada, con guacamole, salchichitas, frijoles y una buena botella de ron para brindar a medianoche. Siempre pensando en nuestras familias y amigos tanto en argentina, como en el camino. Junto a Aymi y Juancho, nuestros super amigos estacionarios que ya se han convertido casi en hermanos. Con tanto compartido desde aquel encuentro en Cuenca, con diferencias y similitudes que nos enriquecen y nos enseñan, con tanto vivido juntos. Un momento que el tiempo ya no puede alcanzar, algo unico. Y por si todo esto fuera poco, con la compañia sorpresiva de un pequeño alienigena que llego a acampar a unos pocos metros de nuestro lugar. Mmgrrummeiligh.
Gracias Aymi y Juancho por aquella noche irrepetible.

Terde vio el cartelito Dr. Faca, flor de revolcada le pegaron las olas de Zicatela. Casi enviuda la Peque en las visperas de la nochebuena, pero como siempre, salimos con la frente en alto.

¿Y a donde vas ahora Mork?
Nuevamente a decir adios. Los de Fuego seguimos viaje trepando las montañas una vez mas hacia Cuernavaca, dejando a los chicos en la playa. Se quedan esperando la llegada de amigos de Argentina.
Antes de llegar a la casa donde nos esperan Victor y Miriam, pasamos por la increible Taxco, en el estado de Guerrero. Subimos a mas de 1700 msnm, es gracioso, estamos mas obsesionados con la altitud y la geografia, que con los kilometros recorridos, pero claro, esto tiene una explicacion logica. Nuestro Citroen de dos cilindros, varia muchisimo su andar con la falta de oxigeno, y la pobre potencia del motor, es llevada al limite de sus posibilidades cuando andamos sobre las montañas. Primera, segunda y a aguantarsela.
Taxco, ha prosperado enormemente garcias a las importantes minas de plata que se encuentran a su alrededor. De hecho a su nacimiento alla por el 1528 (segun dicen, primera mina colonial de America), el pueblo mismo era la inagotable mina. Aun hoy la plata abunda en el lugar y sus calles estan colmadas de vendedores y artesanos.

Atardece en Taxco y tenemos que buscar donde dormir. Armamos la carpita en una plaza cerrada colonial de ensueño. Los muchachos de Defensa Civil nos prestan sus instalaciones para la ducha y el baño. Ma' que hotel de cinco estrellas! El nuestro tiene mil, como dice el Calamar.
En todo el centro de Mexico, pueden verse las catedrales y edificios coloniales mas hermosos del continente.
"Belleza con papalote".
"Belleza con flores".
Nos paseamos por las estrechisimas callecitas de Taxco, sus laberinticos pasajes y escaleras nos llevan a donde quieren. El mayor espectaculo lo dan los bochitos, que suben y bajan por las infernales pendientes empedradas como cabras de montaña. En Taxco los taxis son todos bochos, hay cientos por toda la ciudad, lo cual le da la apariencia de un hormiguero. Como las calles son muy angostas, los autitos deben cederse el paso, detenerse en medio de las trepadas, hacerse a un lado y todo con una maestria genial. Ademas miles de peatones dificultan aun mas este caos. El comercio florece en las calles que se encuentran saturadas de vendedores ambulantes, puestos informales y clientes curiosos. Todo esto adornado con la clasica paleta multicolor Mexicana. Las casitas con sus tejas al estilo español intactas, sus balcones de hierro forjado, sus fachadas pintadas de blanco y apuntaladas sobre la solida roca, dan la impresion de ser indestructibles. Asi es Taxco, otro pueblo magico que nos robo el aliento y supero ampliamente nuestra capacidad de imaginar belleza.

Ahora si estabamos listos para llegar con los chicos. Creiamos nosotros que la casita se encontraba en Cuernavaca, pero alli nos enteramos de que debiamos seguir hasta un pueblito llamado Oaxtepec. La verdad es que no nos resulto sencillo hacerlo. En todo pais existen dos clases de carreteras, las de cuota, mas modernas, mejor señalizadas y atenuadas, y las libres. Nosotros viajamos como es de esperar por las libres, asi nos ahorramos el peaje y conocemos ademas los innumerables pueblitos del inerior. Lo malo es que estos suelen estar asociados a los malditos topes, que tienen la capacidad de llevar a la locura hasta al conductor mas paciente. Ni en Guatemala hay tantos topes como en este pais. Tras una o dos perdidas saliendo de los pueblos, que ademas por ser fin de semana, se encontraban un tanto convulsionados con visitantes del DF, llegamos a Oaxtepec.

El reencuentro con el doctor Perozzo y la loca de los duendes, amerito la innaguracion de la "Pampa I" que cumplio ampliamente las espectativas de los comensales. Compartimos dos dias con los chicos que nos dejaron para ir a pasar el año nuevo con la familia al DF.

Loli y Miriam, mejor conocidas como "Las Damas Catastroficas", vuelven a sonreir juntas. Ahora pueden destruir tranquilas todo lo que las rodea, amparadas la una en la fortaleza de la otra. Nos, los maridos unidos en la desgracia, nos reconfortamos dandonos palmadas en sendas espaldas, mientras escuchamos estoicamente el sonido de mil artefactos destruidos. Vasos, platos y demas cachibaches caen ininterrumpidamente, en un vallet de destruccion desarticulado, atraidos por las fuerzas gravitacionales hacia un suelo que recibe orondo, de las manos mantecosas de las nombradas feminas, los bienes prontos a ser desmembrados.
La triste realidad de nos, los maridos unidos en la desgracias, contrasta con nuestra identidad oculta. Como angeles de la electricidad, empuñamos pinzas y pelacables para dar a la instalacion de la casa nueva vida, y luz a las pupilas esperanzadas de las muchachas, que encontraron el camino perdido en tiempos de oscuridad. Otro exito cosechado, bajo el mando firme aunque candido del Doctor V. Perozzo.

Otra comida exotica para apuntar en la bitacora. Chapulines en su tinta, o sea, grillos con guacamole, servidos como no podia ser de otra manera, sobre una tortilla de maiz.
Y el año nuevo, el tercero en nuestra era viajera, nos encontro compartiendo en la intimidad unas riquisimas croquetas de papa, huevos y tomates rellenos que Loli preparo con su mano experta. La casita que nos prestaron durante una semana en Lomas de Cocoyoc, fue el lugar justo para poner orden en la nave. Cambiamos aceite, bujias y platinos, regulamos valvulas y salimos con impetu renovadon hacia la mitica capital, donde una vez mas encontrariamos a la muchachada.

Y vos sabes, esto es asiiiiiiiiiii..... Unos cocinan...

... y otros comen.
Año nuevo, misma vida. Una vida que se ha vuelto magica, insospechada e ingravida. Todo esto, gracias a mi Peque hermosa, que se las arregla para vivr con infinita naturalidad, lo que para la mayoria de las mujeres seria catastrofico. Durmiendo en nuestra carpita guatemalteca donde nos agarra la noche, haciendo amigos nuevos cada dia. Descubriendo la magia del mundo, dejando atras lo que nos limita y torneando la realidad a nuestra medida. Preparando cafe con leche dentro de la nave mientras avanzamos, inventando almuerzos sin fuego, sentada en una butaca reclinable que no puede reclinarse debido a los bartulos que ocupan todo el auto. Otro año con los ojos bien abiertos, abrazandonos a la idea de ser hombres gigantes, atrapando cielos inabarcables y pisando la tierra del ahora. Subiendo en primera si hace falta, ensordecidos por el ruido infernal de nuestro motor de dos cilindros. Todo gracias a mi princesa que baila sobre una nuez y mi nave indestructible que nos abre paso a ambos por las rutas de la hermosa America. Este es el año en que pisamos Alaska.
Nos preguntan si no nos da miedo viajar asi, si no estamos cansados. Miedo nos da saber que va a terminar. Pucha....
Y eso es todo por ahora, los tildes se los debo para cuando encuentre una maquina que los tenga. Ya estamos por recuperar la compu, por lo que prometo ponerme al dia pronto con toda esta historia y poder caminar mas sobre nuestras huellas actuales. En el mientras tanto lo de siempre, muchas patadas ninjas para todos, codazos en la cola y cabezasos en el coxis.
Arrivederci e buonafortuna conejillos!!!