-Y si tu ser estalla será un corazón el que sangre-
Cuba quedó atrás, sus ilusiones frágiles como burbujas de jabón, se vuelen chiquitas hasta desaparecer mientras volamos a México. A medida que nos alejamos dejamos de ver. A medida que dejamos de ver, dejamos de sentir. Y cuando dejamos de sentir, olvidamos. Y las fábulas vuelven a tomar el lugar de las cosas. Tal es el efecto de la distancia y el tiempo, que lo distorsionan todo. Y poco importa a través de que lente se filtre la realidad, o quien la esté observando, cuando los pies están enterrados en el aquí y el ahora.
Ya no recuerdo si eran volcanes, aquellos de los infinitos desiertos de altura bolivianos, o si eran gigantes vestidos con faldas de roca. No recuerdo si eran sus voces las que nos acompañaron, o si se trataba del caprichoso silbido del viento. Ya no recuerdo si eran alas de libertad, o yunques de sometimiento, aquellos que adornaban las negras espaldas. Tales son los efectos de la distancia y el tiempo.
All you need is love (and a Citro)
Antes de dejar Playa del Carmen, Hans y su esposa, nos hicieron una entrevista para su revista “Aquí en Playa”. Esta foto fue tomada para acompañar la nota. Utilizamos la propia luz del Citro (al que metimos en plena playa y sacamos a los empujones), reflejada en una plancha metálica (con la incalculable ayuda de Baby Face), mientras la luna desplegaba su magia fosforescente desde el cielo.
Al partir, dejamos atrás mil amigos y una playa de blanca arena. Pero esta vez no salimos solos al camino. No, no se asusten, no adoptamos a Arturo Puig. Se trata de Miriam y Víctor. Se dirigen a pasar las fiestas junto a su familia en Ciudad de México y están dispuestos a recorrer los estados del sur a lo americaencitro. O sea, durmiendo donde nos encuentre la noche, en gasolineras, una casita humilde al costado del camino, cuarteles de bomberos u hospedados por amigos aún desconocidos. Cocinando sopitas instantáneas en nuestra cocinita portátil (que con cada uso debe ser reparada). Moviéndonos lento, al ritmo de La Nave que resopla en las montañas y ruge en las llanuras. En fin, a lo americaencitro.
El recorrido sería de aproximadamente 15 días a través de los estados de Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco, Chiapas y Oaxaca, donde nos separaríamos, para volver a encontrarnos ya cercanos al D.F.
Nuestra primera parada fue Mérida, una ciudad ubicada al norte de la península de Yucatán. Apenas llegados, fuimos en busca del cuartel de bomberos, donde muy amablemente nos dieron un lugar para las carpas, ducha y sitio para cocinar. ¿Cuando no? Nuestros buenos amigos del camino.
La ciudad es muy bonita, pero con un día de paseo estábamos más que listos para seguir viaje. Después de tantos días sin rodar, los cuerpos nos pedían acción.
La ciudad es una obra de arte, muy prolija, limpia y cuidada. Puertas adentro, las construcciones pueden estar viniéndose abajo, pero por fuera son una pinturita.
Con estos perdimos la guerra de escupitajos.
Victor y Miriam se han vuelto casi hermanos en muy poquito tiempo. Y es que son dos personas increíbles, de una generosidad infinita y transparencia absoluta (tipo Gasparín). Hemos compartido casa, su boda, paseos por mil lugares y ahora este viaje. Miriam no para de reír (y hacer macanas) desde que se levanta hasta que se acuesta y esa alegría que trae encima nos contagia a todos. Victor alias “Baby Face” es el socio ideal para las noches de truco, los asaditos y la charla de fobal. A estos dos purretes nos los mandaron los dioses como regalo adelantado de fin de año.
Esta vez no hubo suerte con los bomberos. Así fue que emprendimos la búsqueda de hospedaje, dando con el campo de deportes de la universidad. Si bien el lugar era espectacular y ya teníamos el visto bueno de las autoridades para quedarnos, apareció un francés fascinado con el Citro y nos llevó a los cuatro para su casa. ¡Bingo! Sobre todo, porque queríamos que Víctor y Miriam vieran y sintieran un poquito lo que nosotros venimos experimentando, desde hace ya más de dos años. Un perfecto desconocido que se vuelve un amigo en una noche.
Jean Pierre y Poulette (no se si se escribirá así, mi francés no es de lo mejor ¿Rod?) nos abrieron las puertas de su casa a cuatro extraños, y no solo eso; lo hicieron con una alegría y hospitalidad alucinantes ¿Para cuantos esto resulta extraño o improbable? Pues no lo es en absoluto, la gente sencillamente se brinda y lo hace con alegría si encuentra un buen motivo para hacerlo. En nada se parece esta realidad viajera a aquel tango que sentencia:
Verás que todo es mentira
verás que todo es amor
que al mundo nada le importa
yira... yira
Aunque te quiebre la vida
Aunque te muerda un dolor
no esperes nunca una ayuda
ni una mano ni un favor.
Nada que ver; igual cantado por el zorzal es una pinturita.
A continuación un cuento opcional titulado “Un Cuento Opcional”.
En el asteroide P-22-U-6-IG los kafondulirians y los ver-vers viven encerrados. Se comunican con sus trabajos a través de una extensa red de túneles que abarca todo el asteroide, trepando incluso por encima del los picos Vinmar y Dassler, y atravezando también el extenso Mar de Faller.
No salen al cine, ni al supermercado, ni a hacer trámites. Todo se soluciona desde sus cuevas, utilizando knanderferbers último modelo. Las knanderferbers son su única conexión con la realidad. Sus cuevas, el único sitio donde se sienten seguros. Es raro que las noticias del día no incluyan la muerte de un kafondulirian, a manos de un ver-ver o vice-versa. Una vez un ver-ver salió al exterior y volvió con noticias maravillosas de hongos bailando el vals y altísimos tallos que se perdían en el espacio. Dijo haber visto un kel-kaalar, pero nadie le creyó porque éstos se sabían extintos desde hacía ya 33 nano-parks. De hecho nadie le creyó nada de lo que dijo. Las autoridades lo encerraron en la prisión Gayol-la durante 0,002 nano-parks y al salir, ya poco le importaba que todos supieran de aquel mundo increíble.
En el asteroide P-22-U-6-IG se dice que pronto comenzará una lluvia Nimbar, por eso todos prefieren quedarse dentro de sus cuevas, alumbradas solo por el brillo de las modernas knanderferbers de esfera kinética. Afuera es demasiado peligroso, afuera es demasiado incierto, después de todo, la esfera kinética reproduce las sensaciones de movimiento y percepción con una eficiencia del 99,7%.
En el asteroide P-22-U-6-IG se dice que existe un foco de ver-vers infectados de dodeddameroheliomacademelia sobre las faldas carbonadas del Vinmar. Nadie sabe cuantos son, o si su enfermedad es contagiosa. Mejor quedarse en la casa. Por si las chechkas, mejor quedarse en la cueva.
De Campeche viajamos a Palenque, a buen ritmo, aprovechando los últimos kilómetros de llanura. Teníamos cerca de la ciudad, un amigo que conocimos casualmente en la playa mientas nos sacaban la foto del esplendido beso lunar. Nos había invitado a pasar unos días en su finca orgánica. No sabíamos exactamente donde quedaba el lugar, pues sus indicaciones habían sido del todo vagas, pero corríamos con la ventaja de que no existe persona en Palenque, que no sepa de Manuel Oca.
Llegamos ya oscureciendo y Manuel nos recibió a su manera. Con su discurso de acomódense como quieran, donde quieran y hagan lo que quieran. A mi no me importa mientras no me molesten. Suena una poco brusco, pero en realidad fue todo lo contrario. Nos mostró el lugar y nos dejó solos. Manuel es un tipo diferente, habla de cosas que no comprendemos muy bien, y vive en una realidad diferente a la nuestra. De vez en cuando ambas realidades se cruzan y hay puntos de conexión, pero por momentos se alejan y quedamos a años luz de distancia.
fin, no hubo demasiado tiempo para hablar, ya oscurecido el día en la selva, armamos nuestras carpas, cocinamos algo y nos acostamos a esperar la llegada del nuevo sol.
En el sitio no hay electricidad, el baño es orgánico y la ducha de agua fría. Lo bueno, tenemos una palapa con cocina a gas. Nosotros nos encontramos muy a gusto, pero sobre todo Víctor, no termina de adaptarse bien a lo rústico de nuestro nuevo hogar. Los chicos amagaron con irse uno o dos días antes que nosotros, pero finalmente hicieron un esfuerzo, se acostumbraron y nos quedamos juntos unos cuatro o cinco días allí. Manuel aparecía y desaparecía como un fantasma entre el profundo verde del lugar. Nos traía sus consignas místicas, nos contó su increíble historia repleta de magia y nos analizó uno a uno. Miriam fue la que más se dejó llevar, ella tuvo sueños extraños con duendes que le daban regalos de la selva y podía sentir la energía del ambiente. Víctor, era más lo que quería sentir que lo que sentía, y nosotros, Los de Fuego, los más escépticos a todo el asunto, debo decir con algo de pena. ¿Quién no quisiera un mundo lleno de duendes, hadas y magia? ¿Existen? ¿No existen? Creo que depende más de nosotros que de ellos.
¡Tu tienes el control!
¡Tu tienes el control!
Delux Palapa c/cocina y sala de estar.
El segundo o tercer día nos fuimos a conocer las famosas ruinas de Palenque. Según Manuel, el ombligo energético del mundo. Los chicos entraban gratis por ser domingo, pero nosotros no, por ser extranjeros. Fuimos a la administración, y tras hablar con el encargado de turno, conseguimos el pase libre.
Ya en las ruinas, con el permiso de los guardianes de Pacal, cada quien buscó su propio camino de preguntas y respuestas.
Las ruinas de Palenque están inmersas en una densa selva.
¿Fue acaso el poder sobrenatural del destino que, según se cree, guía las vidas de cualquier ser de forma necesaria y a menudo es fatal, es decir, inevitable o ineludible, el que te trajo hasta aquí Alfonso?
En tu loco espiral de metamorfosis se te va la vida Carlos. ¿Entendés Carloncho? Se te va hermano. Se te escurre imperceptiblemente, como una caprichosa y cristalina gota de grapa rolando por la húmeda oscuridad de tu ser. Carlos, Carlitos, Carloncho, ocultate si querés, ¡si! Ocultate Carlitos, no hay drama. Hacete invisible como lo hicimos en aquellos páramos helados de la tundra Rusa en los treintas. Acordate de aquella inmensidad de hielo y tomate el palo Carloncho. La metamorfosis está bien, pero ¿y la vita? ¿Y la vita hermano?
“El poder es la capacidad de pocos de hacerles creer a muchos lo poco que importan”
La manada y sus tres Criters invisibles.
De regreso en la finca, encontramos nuestra conexión con Manuel y el lugar trabajando la tierra. Limpiando la huerta, preparando un compost de lombrices criollas y acomodando la única colmena en producción, para hacerla crecer y comenzar a sacar núcleos para las otras deshabitadas. Yo particularmente estaba en mi salsa, esto es justo lo que soñamos siempre con Le´chien (Dolores). Hasta un galpón para producción de hongos había por ahí, perdido en la vegetación, solo que todo abandonado. Las piletas para lombricultura llenas de plantas de mango, las colmenas desordenadas y desatendidas, los hongos abandonados, y así. Él solo no puede con todo y vive de lo que su reserva le provee. Los frutos de los árboles, su huerta y no mucho más, casi no maneja dinero y el tiempo no le alcanza.
BF.
Pienso, luego juego con abejas.
BF.
Nos vimos tentados de quedarnos un mes trabajando en el lugar, pero entendemos que todo a la vez no puede hacerse. Ya nos había pasado en la selva de Ecuador, en Río Blanco. Nos invitaban a quedarnos y ganas no nos faltaban, pero estamos viajando a Alaska y por eso, siempre debemos continuar.
Nos vimos tentados de quedarnos un mes trabajando en el lugar, pero entendemos que todo a la vez no puede hacerse. Ya nos había pasado en la selva de Ecuador, en Río Blanco. Nos invitaban a quedarnos y ganas no nos faltaban, pero estamos viajando a Alaska y por eso, siempre debemos continuar.
Como siempre que se pasa tiempo en la naturaleza, salimos con fuerzas renovadas. Además Manuel trajo a un brujito local, que nos limpió cuerpo y espíritu pasándonos un huevo y leyendo luego el veredicto en un vaso de agua. Cosa ´e mandinga, mejor no pregunten.
La llanura muere aquí, en Palenque, a partir de este momento volvemos a las montañas. A trepar con gran esfuerzo hasta los 2.200 msnm de San Cristóbal de las Casas. El camino no es tan exigente, pero pasamos por muchísimos pueblitos que tienen la costumbre de poner topes en la ruta. Estos malditos topes bajan mucho el ritmo del viaje y demuelen la paciencia del conductor. Para nosotros con nuestro motorcito de 602 cc, son un dolor de cabeza, ya que los ponen incluso en plena trepada, dificultándonos tomar ritmo y meter segunda. Guatemala y México están repletos de estos topes.
Como no llegamos de un tirón, paramos en una casita al costado de la ruta y pedimos permiso para armar las carpas en el terreno que había al fondo. Nos permitieron acampar y calentaron agua para nuestras sopitas instantáneas. Por primera vez en siglos, el frío se hacía sentir fuerte. Bajamos las mantas del porta equipajes, y bajo una oscura bóveda sembrada de infinitas estrellas, pasamos la helada noche ¡como extrañábamos el frío!
A la mañana siguiente todos moqueando (y ya extrañando al frío poco y nada), esperamos que el sol seque las carpas, mientras encendíamos un fuego para calentar café. Un rato más tarde llegábamos a San Cristóbal.
La Nave se abre paso en las callecitas de San Cristobal.
San Cristóbal de las Casas, es una de las ciudades más bellas que hemos visto a lo largo de nuestro viaje, sin exagerar. Su estilo colonial, sus iglesias con fachadas que son obras de arte, los colores vivos que dan vida a las casas, sus calles adoquinadas y el extra de estar allí para las fiestas de la Virgen de Guadalupe, nos dejaron enamorados.
Ambas de BF.
La devoción que existe en México por Guadalupe es sobrecogedora. Desde que partimos de Yucatán, encontramos a gran cantidad de gente volcada en las rutas, viajando para agradecer, para saldar compromisos con la Virgen. Algunos van en bicicleta, otros alquilan un camión y se van pasando una antorcha que llevan corriendo a un lado del camino. Corren a través de las montañas sin importar el frío, la lluvia o el sol. Cubren grandes distancias hasta llegar al santuario, con la ropa sucia y deshecha, para ver a su madre de frente y decirle gracias. Es un espectáculo digno de ser admirado, por el despliegue de color, sacrificio, fe, alegría y ruido.
La devoción que existe en México por Guadalupe es sobrecogedora. Desde que partimos de Yucatán, encontramos a gran cantidad de gente volcada en las rutas, viajando para agradecer, para saldar compromisos con la Virgen. Algunos van en bicicleta, otros alquilan un camión y se van pasando una antorcha que llevan corriendo a un lado del camino. Corren a través de las montañas sin importar el frío, la lluvia o el sol. Cubren grandes distancias hasta llegar al santuario, con la ropa sucia y deshecha, para ver a su madre de frente y decirle gracias. Es un espectáculo digno de ser admirado, por el despliegue de color, sacrificio, fe, alegría y ruido.
En México se vive de fiesta, y festejan a lo grande. Los pueblos y ciudades permanecen decorados con vistosos colores, las ropas de gala abundan en las calles, los estruendos de la pólvora nunca descansan, la alegría de la gente se revuelve entre el bullicio y nunca se acaba el jolgorio. Día de muertos, día de la Virgen, Navidad, Año Nuevo, Reyes y a esto sumadas las fiestas locales. Créannos, la alegría no es solo brasilera.
BF.
La primera noche la pasamos en el cuartel de bomberos. Particularmente el cuerpo de bomberos de San Cristóbal resultó ser sumamente amable y hospitalario. Hasta uno de los comandantes al ver que se complicaba hospedarnos allí, nos ofreció su casa. Al día siguiente un italiano se acercó a La Nave y comenzamos a charlar. Gian Carlo vive aquí hace unos cuantos años y tiene una pizzería llamada Di Vino, sobre la peatonal. Nos preguntó si teníamos donde quedarnos y nos prometió hablar con su novia, Nedelka, para ver si nos prestaba su casa. Por la tarde fuimos a ver a Nedelka, que nos saludó a todos con un efusivo beso y un abrazo, como si nos conociera de toda la vida. A veces nos preguntamos si será casualidad, que siempre conozcamos a gente tan linda en nuestro andar (acá recibo el reto de la Peque, que me pregunta como puedo aún pensar en las casualidades). Nooooo, nada de casualidad, nos encontramos con tanta gente hermosa porque estamos sintonizando la misma frecuencia. Así es en realidad.
El hecho es que nos quedamos cuatro días en la casita, con la única condición de que por la mañana, alimentáramos a los seis perros callejeros que se acercaban a la puerta sin excepción, con la salida del sol. Nedelka tiene una inmensa bolsa de “croquetas” para alimentar a los vagabundos de la calle y otro tanto para sus perros oficiales, los de puertas adentro, que son otros seis sumados a los de Gian Carlo.
La manada junto a Gian Carlo y Nedelka.
Intentamos sacar un permiso para vender bijoux en la calle, pero los tentáculos de la burocracia volvieron a frustrar nuestro esfuerzo. Aún así, algo llegamos a vender y pudimos montar una megafiesta para el cumpleaños de Loli.
¡Que grande sos Le´Chien!
Vino invitado por los chicos, que además fueron compañía de lujo para la ocasión, un guisito riquísimo en el que todos metimos mano y lemon pie de postre. 29 pirulos para la Peque que cada día está más hermosa y más viajera.
Ese día, 12 de Diciembre nos fuimos todos juntos a conocer un pueblito cercano llamado San Juan Chamula. Este pueblo es famoso por lo que sucede dentro de su iglesia. Se ha dado, como en muchos lugares, un curioso sincretismo religioso. Pero aquí, los pueblerinos aborígenes, son muy celosos de sus costumbres y no permiten que se tomen fotos. La pena para el turista desobediente no es una multa, si no el linchamiento o un castigo semejante. Traten de imaginar un poco la vibra del lugar, uno más que extranjero, se siente extraterrestre.
Con nuestras cámaras bien guardadas, llegamos al pueblo que estaba en plena fiesta. Curiosamente no había casi figuras de la Virgen de Guadalupe, salvo una, dentro de la iglesia. Si había muchos santos, miles de velas encendidas ardiendo con más intensidad de la acostumbrada, y extraños aromas saliendo de todos lados. Las explosiones aturdían y al cabo de un rato hasta nos dolían los oídos. Lo peor era cuando agarraban un trozo de madera ahuecado, lo llenaban con pólvora y le daban candela sosteniéndolo aún en la mano. La explosión era fortísima, muchos turistas se tapaban los oídos y hasta vimos a una chica llorando sobrepasada por los estruendos (un poco exagerada ella).
No entramos a la iglesia porque nos querían cobrar y no le hallamos demasiado sentido al asunto. Si no quieren mostrar, pues que no lo hagan, están en su derecho. Ahora, cobrar la entrada es vender algo que no debería ser vendido. Con la misma idea, nunca entramos a las iglesias cuando pretenden cobrarnos por hacerlo (y ya han sido varios los casos). En fin, nos quedamos en la puerta viendo como salían las columnas de gente con sus músicos, sus braseros, sus rezadores, etc. La plaza estaba llena de simpáticos borrachos bailando en ausencia total del ritmo. Una chica nos cuenta que si bien hay mucho alcohol, nadie molesta. Si alguien se pasa de la raya, los “policías” (que son unos tipos que llevan un bastón), se los llevan para la casa. Nos cuenta que no hay robos, que no hay crimen y le creemos, porque aquí la ley si se aplica, y es dura. Aquí no hay indulgencia ni favoritismo, aquí el que delinque, paga. Por eso no hay delincuentes. ¿Sencillo no? Para pensar.
Nuevamente nos encontrábamos en un mundo distinto, pero esta vez no pudimos documentarlo con fotos. Tendrán que creer en nuestras palabras.
El panteón a la salida de San Juan Chamula, fue lo único que alcanzamos a fotografiar (desde arriba del auto).
Ya de regreso a San Cristóbal, quisimos pasar a conocer otro pueblito, pero en la entrada pretendían que paguemos para circular por las calles. Le dije al flaco –si vinieras a mi ciudad de visita podrías entrar sin pagar nada, me parece de mal gusto que cobren solo porque somos de afuera. Venimos a comprar artesanías (mentira), a conocer tu gente y tu lugar, nada más-. Como el muchacho no aflojaba y no había superior, le dije –Con vos no hay ningún problema, hacés lo que te dicen, pero contale a tu jefe, que así lo que logran es echar a la gente-. Al menos a nosotros nos echaron. El bendito turismo, ¡como arruina todo! Yo no quiero vivir en un mundo donde te cobran hasta por respirar. Acá hasta en las estaciones de servicio cobran el baño. Imagínense viajar al pasado y contarle a alguien de hace cincuenta o cien años atrás, que en el futuro va a tener que pagar para orinar. Pues hoy eso es de lo más común. No more complaining.
Y bueno conejillos, por esta vez los vamos dejando. Partimos esta publicación en dos para que no sea tan extensa. Aún nos queda camino por recorrer con los magníficos “Babyface” y Miriam.
No mentían quienes nos decían que México es un país alucinante, con gente de primera y mucha magia por ser descubierta. ¡VIVA MEXICO CABRONES!
¡Besos, abrazos y patadas ninjas para todos!
¡Arrivederci e buonafortuna!
Fe de Ratas: Varias de las fotos de este y el próximo posteo fueron tomadas por el genial Baby Face. Las mismas se indican con la sigla BF.
Además busquen la encuesta al pie de la página.