sábado, 24 de octubre de 2009

Esto yo ya lo vi, esto ya lo escuché....

"Cada día sabemos más y entendemos menos."

Ni el sol va a apagarse en los próximos millones de años, ni tendremos la suerte de que el señor Klemm regrese envuelto en intocables astromelias a regalarnos eso....... eso que él nos regalaba y no puede definirse con facilidad. No despertamos nunca del sueño y sin embargo nos mantenemos en eterna vigilia. La sofisticación ha alcanzado niveles absurdos, y una botella de vino cuesta lo que mil almuerzos pobres. Rodamos, desordenados, hacia donde nos lleva el tiempo. Hacia donde nos sopla el viento. Vamos adelante (aunque algunos a veces creemos que es atrás. Pero no, es adelante). Y seguiremos acertados y errados. Entre esos diminutos tornillitos que llevan los marcos de los anteojos y la nueva generación de productos lácteos (que está por sobrepasar mi capacidad de retener nombres y atributos fantásticos), acomodando las mesas chuecas con pedacitos de cartón bajo la pata corta y nadando por un ciberespacio virtual que amenaza con volvernos enteramente ceros y unos. Nada que temer, nada que decir, nada que hacer, o todo lo contrario. Americaencitro rueda.
Ya desde antes de dejar Argentina, teníamos a Guatemala como uno de los sitios que más nos interesaba conocer. ¿Motivos? Su simpático nombre y nada más. ¡Guatemala! Suena bien ¿no? Aquella mañana, dejamos la casita prestada en una playa perdida de El Salvador y rodamos sin parar hasta entrar en suelo chapín. No atropellamos mamíferos ni cetáceos en nuestro andar (de hecho no lo hicimos a lo largo de los 40.000 km andados). No dimos tregua a la nave en todo el día, y ya atardeciendo, decidimos parar y hacer noche en una estación de servicio en la ruta. Así evitamos entrar a la ciudad de noche, sin saber a donde caer muertos. A la mañana siguiente, los primeros rayos del regordete gigante de helio, nos regalaron el reflejo de los volcanes que nos rodean, sin opción a fuga, desde todos los puntos cardinales. El gigante y dormido Agua, nos esperaba cerca de nuestro destino en Antigua, y el furioso y activo Fuego, montaba su clásico show de erupciones (estuve tentado de escribir eructos, pero no lo hice) y humo, por sobre sus enrojecidas laderas afiladas. Finalmente el Acatenango, como fiel servidor de su podreroso y extrovertido amo, vigilaba la escena con ojos de admirada obsidiana.
Antigua, es una ciudad obscenamente bella. Sus calles adoquinadas revelan lo viejo de sus huesos, a la vez que castigan la suspensión de los carros y restringen el ímpetu de los velocistas urbanos. Cada rincón de Antigua posee un tesoro deseoso de ser descubierto. Al traspasar las místicas fachadas, nos encontramos con jardines y patios coloniales, con esmeradas fuentes y el susurro del agua que se escurre a través de cansados azulejos adornados. De pié, como encantados y poseídos por un sopor de ensueños lejanos, respiramos aún los aromas de viejos conflictos y pasados amores. Esto es Antigua.
Rápidamente nos hospedamos en el predio donde la Policía recibe a los viajeros. Armamos la carpa y cuando preguntamos por el costo nos dijeron: - Sólo traigan detergente y desinfectante para el baño que vayan a usar - Así lo hicimos, y pasamos una semana en la que, sin duda, es la más lindas de las ciudades guatemaltecas.
Como toda torta de quince años, una de las tantas iglesias de Antigua, se confiesa peronista.

El gigante dormido, Agua, vigila a la ciudad en absoluto silencio. Quienes deambulan a sus pies, aunque parezca imposible, llegan hasta a olvidarse de su presencia monumental. ¿Será un gigante bueno? No podemos negar que es permisivo. Con su inmensa masa, debería ser Rey y señor. En cambio, se lo ignora. Parece que los humanos tenemos problemas para distinguir a los gigantes que vigilan nuestro devenir. Ya por su belleza, ya por por su silencio. Ya por ser enormes o enanos. Y ellos, los gigantes, ya con bigote o sin él, nos ridiculizan al punto de la burla, con escupitajo incluído. Gigantes invisibles y peligrosos, o peor aún, gigantes peligrosamente invisibles. ¡Ya los ví!

Aquellos días compratimos camping con Oli y Sabine de Alemania y Patrick (suizo) y Ana (alemana). Más viajeros con sed de asfalto. La nave parece un microbio al lado de la ocho cilindros de Oli. Cada vez que le envidiábamos sus comodidades abría grande los ojos, levantaba los brazos y decía: - ¡22 litros cada 100 km! ¡¡¡Muy grande!!! ¡¡¡American way!!! - y entonces, entre risas, volvíamos a estar agradecidos a nuestro pequeño dos cilindros de 6,5 lt cada 100.... En ocho, cuatro o dos cilindros, de a caballo o en patineta, sudando o gastando nafta, a todos los viajeros ¡A darle Átomos!

A unos pocos kilómetros de Antigua (todo está a pocos kilómetros en Guatemala, el tema es que con las tremendas montañas los tiempos para recorrelos se vuelven eternos) se encuentra el volcán Pacaya. Activo y con 23 erupciones contabilizadas desde la conquista española, la mole de piedra se ha tranquilizado en los últimos 10 años. Ahora posee un flujo de lava continuo en una de sus caras, y por ello no hay tanto riesgo de grandes erupciones. ¡A caminar sobre la lava pues!
La combi que nos subió al volcán, nos dejó a unas dos horas de la lengua de lava. Quienes ya habían subido nos decían que el calor es insoportable, y hasta que las zapatillas se derriten si uno se acerca demasiado a la lava.... ¿exageraban? Mordor está cerca. Timoteo el gran perro callejero, sabio y gigante, vive casi llegando a la cima del Pacaya. Allí la gente puede preguntarle toda clase de cosas y él, si está de humor, contesta siempre con la verdad absoluta. Nadie sabe bien como adquirió semejante tamaño, ni porque desairó a Jack Palance en su 73mo onomástico, dejándolo en silencio y con un vaso de brandy en la mano. Lo que si se sabe a ciencia cierta, es que nació de un huevo, que los átomos de sus uñas no poseen neutrones y que bebe trece litros de lava a diario.
¿Que hay al final de todas las cosas? Timoteo lo sabe, pero no quisimos preguntarle por motivos obvios.
Fluye la sangre de la tierra. Fluye hasta volverse roca y se detiene. Hay algo mágico en esto de ver como el mundo sigue naciendo, aún teniendo millones de años de viejo. Tal vez los hombres nos hacemos viejos demasiado rápido. Tal vez Gardel tenga razón y la vida sea solo un soplo. Tal vez malentendimos a Pitágoras. Y a Pity. Más nada es en balde. Siempre hemos sido polvo de estrellas, pero lo curioso es que este polvo prepara mayonesa y hace cambiar su vino si el proceso de fermentación de azúcares a cargo de los casi invisibles microorganismos, se sale de ciertos parametros deseados que lo vuelven palatable. Curiosamente cósmico.
El calor en el lugar era insoportable, literalmente hablando. No podíamos mantenernos más de unos pocos segundos viendo a la lava fluir a nuestros pies. El viento se arremolinaba entre la joven roca y cuando se abalanzaba sobre nosotros nos obligaba a retroceder. Más allá de todo, nuestras zapatillas no se derritieron. Si exageraban.

Hoy, en la sección "Confesiones de los de Fuego"
- Atropellamos un cangrejo en Puerto viejo (Costa Rica) y otro en Tulum (México).

¡Nueva y moderna! ¡Única y espectacular! ¡Desmesuradamente actual! ¡Y ahora también con Felfer!
La "Linyerita 33" te da todo lo que estabas necesitando. Con un estilo único y una generosa entrada de aire frontal, es sin duda el calzado ideal para toda clase de actividades al aire libre y también en prisión. ¡No busque más señora! La "Linyerita 33" está fabricada con materiales descartados, que casi usa la Nasa. Ideal para caminar por la lava sin preocupaciones.
En una oferta única, comprando YA dos pares de "Linyerita 33" le regalamos una zapatilla izquierda extra, por si las moscas.
Vamos, ¿que espera? camine despreocupado. La "Linyerita 33" es la única zapatilla del mercado que se vende con al menos treinta y tres mil pasos dados certificados. Lleve la Linyerita y no esté pendiente de esos primeros rayones y manchas.
"Linyerita 33" el calzado despreocupado, o, la evolución del calzado.
Nota: El producto no incluye la piola que se ve en la fotografía.
En Antigua conocimos a Gabi y Jose (el Indiana Jones del mundo maya). Pegamos onda desde el primer segundo. Como Jose es arqueólogo y se dedica al turismo también, conoce prácticamente cada rincón de su país, y además, ama a cada uno de esos rincones. Por eso cuando trazamos juntos nuestro camino dentro de Guatemala, nada quedó afuera. Los dos meses y monedas que anduvimos por estas tierras, tuvieron mucho que ver con este encuentro.

Es una maravilla esta ciudad de Antigua. Las mudanzas y reconstrucciones a las que se vió sometida a lo largo de los años, causadas por la furia incontenible de la pachamama, le dieron una historia que contar. La cuenta con fachadas derrumbadas, iglesias caídas y ladrillos jóvenes y viejos, todos entremezclados en un ballet arquitectónico que revienta de color. Lo que se pagó, queda amortizado con la vista de sus inmensos vecinos volcánicos. En la fotografía, Fuego lanza una perfecta columna de cenizas al cielo, pretendiendo derribar alguna nube, y por que no, un par de ángeles.

Antigua y en soledad.
Sigamos embruteciendo a los chicos. Los diez faroles azules están indignados. Quieren permitir más faltas y retirar las expulsiones de los colegios en Argentina. ¿Fundamentos? Disminuir la altísima deserción escolar ¡Por favor no pueden al menos esforzarse y buscar una mejor excusa! ¡Al menos eso! Los diez faroles azules se preguntan: ¿De que sirven niños matriculados si pueden nunca ir al colegio, hay setecientos paros docentes por año, mil quinientos feriados y finalmente cuando tienen clases, la ausencia total de límites y bajísimo nivel académico los avalan para hacer todo menos estudiar? En el mundo de los faroles azules eso no tiene mayor sentido. Por una de esas casualidades ¿no será que quieren más gente ignorante para poder conseguir votos a cambio de someter a los humildes a una vida improductiva, sin iniciativa y subsidiada con una mensualidad miserable? Bueno, si a esto agregamos que además del voto se consigue manipular con mayor facilidad a las mentes menos preparadas, pues tal vez ahí estemos recién empezando a vislumbrar una puntita de lo que se busca con estas leyes para una "mejor educación".
¡Viva la patria carajo! ¡Que mierda importa todo esto si vamos al mundial!
Necesariamente hay que cambiar de capítulo después de la aparición de los faroles azules.

Capítulo II
Klinker-Kubb-Kerber III. El más alegre de los seres de la segunda dimensión.

Salimos a yirar junto a Gaby y Jose un domingo tempranito. Encaramos las siempre accidentada topografía guatemalteca y nos dirigimos a el sitio arqueológico (nunca ruinas según Jose) de Mixco Viejo. En el camino nos detuvimos para ver uno de los espectáculos de colores y aromas más hermosos de latinoamérica: un mercado de domingo, en un pueblo cualquiera de la montaña.
Nada que agregar.

Klinker-Kubb-Kerber III, es el más alegre de los seres de la segunda dimensión, y aún atascado en la rugosa superficie de concreto, sonríe.
Todo el que crea que los mayas ya no existen, deberían venir a recorrer los cientos de pueblitos que salpican estas tierras escarpadas. La verdad, no recordamos el nombre del pueblo, pero bastó con poner un pié abajo del auto para darnos cuenta de que estábamos en un lugar especial. Todas las cabezas giraban para vernos, mientras tratábamos de pasar lo más desapercibidos que fuera posible. Queríamos ver un mercado auténtico, pero claro nuestra presencia y nuestras cámaras incomodaban a las personas que intentaban vender allí sus productos. El mercado cobra vida gracias a comerciantes de todo tipo y campesinos que acuden con sus excedentes agropecuarios desde lejos, muchas veces a pié, para trocar o vender a bajísimos precios su trabajo.
No nos costó mucho imaginar como serían los mercados mayas cientos de años atrás, pues lo que estábamos viendo, seguramente no difiere mucho de aquellos.
A esta gente no le gusta ser fotografiada y nos quedamos con las ganas de sacar muchísimas más fotos. Un poco por respeto, un poco por sentir la incomodidad de no pertenecer y otro tanto por la hostilidad de los modelos, las lentes no tuvieron mucho trabajo allí aquella mañana. Claro que cuando tomábamos la desición y nos animábamos...
...éramos descubiertos sin excepción.

"El verdadero precio de todas las cosas, lo que todas las cosas cuestan realmente al hombre que quiere adquirirlas es el esfuerzo y la molestia que supone adquirirlas."
¿Adam tenía razón?
"No puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados."
Coincidimos señor Smith, pero nadie se hace cargo.
"550nm" (Obra conceptual Rumana. 1821)
Tras la visita al mercado, llegamos al sitio arqueológico Mixco Viejo. Tal como nos explica Jose, las construcciones no son ni monumentales, ni poseen un arte que se destaca, fueron construidas una vez pasado el esplendor de la civilización maya y nos ayudan a entender como fue el ocaso de aquella cultura que no se extinguió violentamente. Se fue apagando poco a poco, pero jamás desapareció por completo y vive aún hoy, en la sangre de quienes trabajan estos suelos y siguen realizando sus ceremonias y rituales justo aquí, bajo la mirada atenta de sus antepasados que les hablan desde la piedra y el recuerdo.
Hoy en la sección "Buscando a Michael Landon".

Los de Fuego parapetados en posición estratégica para comenzar la guerra de salivazos.
El hombre la ama más de lo que la ama el tiempo.

De la boca de la serpiente, el bailarín cósmico emerge.
No es que no derramase el té y su sabor. "Vidrios".
Obra conceptual uruguaya (1821 AC).
Nada que agregar.
En ciudad de Guatemala, Ricardo, Dorita y Gaby no solo nos hospedaron. Nos hicieron parte de la familia y enriquecieron un poquito más nuestra experiencia con amor, amistad y una mano desinteresada con la que se puede contar para lo que sea. Sepan que los sentimos familia y nunca vamos a olvidarnos de esos desayunos monumentales que Dorita tenía en la mesa esperándonos cada mañana (frijoles, pan, yogurt, cereales, leche, queso, café, huevos, galletas, etc), la generosidad y sencillez de Ricardo con sus cafés a toda hora y las carcajadas y rebeldía de "la libre gaviota", nuestra hermanita guatemalteca. ¡Gracias por todo! Los esperamos en Argentina con nuestros humildes café con leche y medialunas.

A los "Doctores de Fuego" se suman en la lucha por la igualdad y la justicia; la "Ameba intergaláctica" y el "Moscardón Suicida", célebres superhéroes guatemaltecos. Solo falta el justiciero anónimo para completar el grupo invencible. Claro que si estuviera aquí dejaría de ser anónimo y eso es justamente lo que él quiere evitar. Su nombre sublima anonimato, toda su figura se basa en el anonimato, el tipo no quiere que sepan quien es. ¿O acaso es un cobarde? Descargos en los comentarios por favor.

Dejamos Ciudad de Guatemala con rumbo hacia el Lago Atitlán. En nuestra agenda, antes de abandonar Guatemala figuraban como lugares a visitar. Chajul (en el triángulo Ixil), Cobán, Semuc Champey, la Laguna de Lachuá, las Cuevas de la Candelaria, Quiriguá (previa escapada a Copán en Honduras) y Tical en el Petén.
Llegando a Panajachel en Atitlán, nos detuvimos en uno de los mercados típicos más grandes del país; el mercado de Sololá. Allí se encuentra lo que sea. La gente va y viene por los pasillos, que quedan diminutos ante las corrientes humanas que lo arrastran todo.

En muchas cosas, Guatemala se parece a Bolivia. La población indígena es importantísima, luego, los colores se repiten y algo del carácter de la gente del altiplano boliviano puede encontrarse también aquí. Claro que la puna en Bolivia es más sórdida, más despojada y desolada, claro que aquí no pasamos noches a veinte grados bajo cero y la tierra provee a la gente de toda clase alimentos y agua, pero aún así, algo de aquel país del sur vive en éste y viceversa.

Los pueblos aborígenes son cerrados, muy desconfiados y distantes hasta que se logra romper esa barrera cultural y de realidades lejanas que nos separa. Nos cuesta mucho penetrar en sus vidas, escuchar sus palabras, compartir sus costumbres y aprender de su inmensa sabiduría (absolutamente distinta de la nuestra, pero igualmente válida). Lo que sí, una vez superada esa barrera, la entrega es total y es sincera. Pocas cosas en este viaje nos han dado más satisfacción que encontrar esas cosas en común, que en definitiva y más allá de las diferencias, nos vuelven a todos hermanos.

Al llegar a Pana, nos encontramos con un pueblo vacío, nuestra idea era quedarnos una semana vendiendo un poco de bijouterie, pero no solo se frustró esa idea, las cosas se dieron de tal forma que no pasamos ni una noche en el mítico pueblo. Todo el mundo nos había recomendado Panajachel, pero ya en el lugar, no conseguimos donde quedarnos. Agotamos todos los lugares de siempre: bomberos, policía, campings, estaciones de servicio.... nada. Nos movimos de un pueblo en otro pasando por San Agustín y Santa Catalina, pero no hubo caso.
La vista del lago con sus volcanes al otro lado nos invitaba a quedarnos, pero el resto del universo no.

Cada tarde se los ve llegar de tierra adentro y apostarse en la costa del lago. Miran las ondulaciones del agua con ojos submarinos, mientras contra el áspero suelo, crujen. Se agitan sus tablas, se inspiran sus uniones y se sienten flotar. Más por alguna razón, nunca navegan. Solo contemplan su sueño a un paso de distancia y lo añoran en silencio. Lo mantienen intacto y perfectamente lejano, perfectamente imposible.
Cada tarde esforzadamente se alejan tierra adentro, sangrando malheridos de tristeza. Se sienten vencidos, secos y pesados. Y no mueren de tristeza, pues saben que cada tarde, con ojos submarinos verán a la orilla de lago, mágicas ondulaciones intocables, reflejos caprichosos del sol sumergiéndose en busca de un fondo incierto y oirán sonidos imperceptibles e inquietantes de agua en movimiento, susurros de libertad.
Cada tarde se los ve llegar de tierra adentro y apostarse en la costa de lago a los hombr... ¡digo a los botes!
Las mujeres de Santa Catalina utilizan su tiempo libre sin excepción, para confeccionar huipiles y mantos artesanales con su telar de cintura. Uno de estos caminos puede requerir un mes de trabajo y los huipiles hasta dos meses. Los bellísimos diseños y colores, escapan de los dedos de estas mujeres, como lo hacen los sueños de los dedos de los hombres y las tablas de los botes. Así es desde hace cientos de años y así seguirá siendo, hasta que deje de ser.
Asi es que dejamos atrás el lago, y créannos esto suena más fácil de lo que en realidad fue. La geografía accidentada de la gran cordillera guatemalteca, es quebrada como pocas. Además bajar al nivel del lago es fácil, pero la subida de empinadísimas pendientes exigía que la nave estuviera hecha un violín y ese no era el caso. Ni siquiera la poderosa primera del Citro pudo con la gran trepada, estábamos con el carburador mal regulado y gastando una locura de nafta, eso sumado a la falta de oxígeno de la altura y las bajas revoluciones, da como resultado el famoso apunamiento o ahogo. La nube de humo negro se extendía inmensa detrás nuestro y ni a fuerza de quemar embrague lográbamos avanzar. Finalmente un auto paró, se bajaron dos hombres y con un empujoncito, el motor se avispó y ganamos la cima.
El día no había sido ideal, apenas dejamos el lago atrás, comenzamos a buscar una estación de servicio en la ruta para pasar la noche. Paramos en una Puma, al principio no estaban muy convencidos de darnos permiso, hablaron con el dueño y al rato teníamos remeras y tazas de regalo, un lugarcito techado para armar la carpa y ducha con agua caliente a nuestra disposición. Los dioses volvían a sonreirnos y como siempre, aprovechamos ese envión para alcanzar nuestro siguiente destino; Chajul. Pero como me gusta decir, esa ya es arena de otro costal.

Queridos conejos, en el próximo capítulo de americaencitro vamos a meternos en uno de los corazones indígenas de Guatemala; el triángulo Ixil. De ahí saltaremos a través de rutas de acantilados derrumbados a la capital de las orquídeas, para pasar luego a tres paraísos naturales de ríos subterráneos y lagos en medio de la selva. Volveremoos a Honduras por un día, para visitar las ruinas mayas de Copán, y finalmente visitaremos la imponente Tikal para salir del Petén y entrar a México en un coletazo de hipogrifo.
Mientras tanto les mandamos unas cuantas patadas ninjas y mordiscones en la cola, que ustedes se repartirán acorde a sus gustos personales.
No se conformen si no están a gusto, no abusen de su propia capacidad de acostumbrarse a las cosas, coman mayonesa, pregúntense quién es el justiciero anónimo y recuerden que pelearse en nombre de políticos vendepatria corruptos, que se ríen en nuestra cara mientras esterilizan las tierras y las cabezas, hipotecan con desfachatez nuestro futuro y roban con impunidad de los bolsillos del pueblo al que "representan", es una de las cosas más estúpidas que podemos hacer.
Nada está perdido, no si aprendemos de los grandes.


Arturo, Alberto, Federico, Sun y Ulises.
Carisma, genialidad, ¿? Compromiso y trayectoria.
¡Ahhhh.. nos olvidabamos! Señora, los perros no necesitan psicólogo.
¡¡¡Arrivederci e buonafortuna!!!

martes, 6 de octubre de 2009

Cinco por cuatro veinte, te espero en la lechería (parte I)

Norte, siempre al norte. Al norte eterno para siempre. No es una obsesión, ni un reto, ni algo que pretenda ser más de lo que siempre ha sido. A esta altura siento que nuestro viaje dejó de ser la correría romántica, un poco inconciente, pero también cuerda y llena de gravedad de dos chicos enamorados, para convertirse en algo más que un escape de lo que nos gusta llamar (a los humanos digo ¿no?) "vida real". Aunque "vida real" suene tonto y tendencioso, dejémoslo ahí. A esta altura, debatir sobre que es real y que no, suena a pérdida de tiempo. En algún punto, lo irreal es inalcanzable, pues estamos demasiados empapados de realidad. Chorreamos realidad, pues es esta la única posibilidad del que existe. Ya no se trata de moverse, ni de llegar o no llegar. Miramos hacia atrás y vemos casi dos años de viaje, vemos miles de kilómetros, vemos paises, amigos, decenas de estaciones de bomberos, arroz, la tan humana y polémica humanidad a la que pertenecemos, vemos a la familia que tanto extrañamos, nos vemos a nosotros y al horizonte. El cansancio se deja sentir desde hace rato, pero a diferencia de lo que podía sucedernos antes, no nos interesa pretender que no estamos cansados. Es que ya hemos andado tanto, que es imposible esconder a nuestro propio entendimiento lo que somos. ¿Por que tanto empeño en seguir trepando el continente? En realidad no hay una sola respuesta a esa pregunta. Lo cierto es que acá estamos, nos hemos convertidos en acróbatas que saltan de sitio en sitio, y comenzamos a preguntarnos como será pisar el mismo suelo por más de un instante. Extrañamos Argentina con ganas locas, extrañamos todo, los amigos, la familia, las facturas, que se yo, todo. Y eso significa que estuvimos demasido tiempo afuera, aprendiendo a vivir de una manera tan distinta a como solíamos hacerlo. Significa que estamos como el hombre de Platón en la cueva, viendo sombras.

¿Que hay de todo aquello que nos motivó a llenar el tanque de la nave y pretender cruzar un continente entero, vaya a saberse como? ¿Que hay de aquella tan horrenda frusración de pertenecer a un mundo ajeno? Ese sentimiento de vivir la vida para alguien más y no para uno mismo. Pues... ya no se siente como algo tan cercano, pero sigue estando ahí. Me siento muy inteligente cuando digo a quienes escuchan asombrados nuestras historias, y no logran comprender como es que hacemos lo que hacemos - la libertad nada tiene que ver con el movimiento, solo es capaz de vivir en la cabeza y el corazón - Muchos nos ven como a gente más libre, pero la única libertad que cuenta es la que te permite tomar una desición realmente propia. Creo yo que la que importa, es la desición de viajar como lo hacemos, y no el hecho de amanecer cada día en un lugar diferente, sin responder a horarios ni obligaciones propias de la vida ciudadana.
Podría aburrirlos un siglo entero, pero debemos recordar que esto no es tanto para mí como para ustedes asique, hasta aquí llegó mi amor. Este movimiento continuo, ya nos ha dejado en la piel ciertas marcas endelebles. Hace tiempo quedaron atrás la sensación de partir, la de romper muros y revelarse. Nosotros los afortunados, convivimos con las oportunidades.

Él no tanto.


En la plaza de Granada (Nicaragua donde quedamos), él duerme. Vencido por el alcohol, los años, las oportuindades y su propia voluntad. Él mañana volverá hacer aquí su siesta, y pasado mañana también. Nosotros de la boca para fuera andamos bárbaro, y disfrutamos todo lo que él no puede.


¿Y a él lo contamos también? ¿O con el de arriba alcanzó?


Granada es una hermosísima ciudad colonial, situada al noroeste del gran lago de Nicaragua. Al entrar aquella tarde, buscando como siempre en el cuartel de bomberos nuestra casa de turno, bajamos la intensidad de nuestro andar, acoplándonos al ritmo del sopor de las horas de la siesta. El calor aplasta los cuerpos contra el suelo, el pueblo apenas respira y tenemos que esperar a que despierte para conseguir un si, y comenzar a levantar nuestra carpa en una playa de estacionamiento colmada de carros. El color de las puertas Granadinas, sus visagras oxidadas y el pasado que las mantiene de pié, aún cansadas, es el alma de este pueblo.


Nicaragua era entonces, el primero de varios países centroamericanos que se suponían peligrosos. La ansiedad e incertidumbre nos duró lo que tardamos en cruzar la frontera (que desgraciadamente no fue poco). Luego, al transitar el país, de San Juan del Sur a Ometepe, y de ahí a Granada, esa sensación desapareció por completo. La verdad es que más bien, nos encontramos con un país muy tranquilo y con gente empecinada en creer que es la más pobre del mundo. Alguien dijo que Nicaragua es el segundo país más pobre de América atrás de Haití (no entendemos bien en que se basa para decirlo), parece que eso marcó a fuego a su población, porque cada vez que hablamos con un nica, nos repite el cuento. Para nosotros latinoamérica es pobre de los pies a la cabeza, desde el Cabo de Hornos hasta Tijuana. Claro que hay distintos tipos de pobreza, está la digna, la del campo, la de la cosecha del elote o el plátano, y la indigna, la de las ciudades. Esta última, alimentada con basura y marginada como basura, es la que se merece el título de "pobre de los pobres".

Las gentes se refugian en la frescura de la sombra, mientras la tarde se pasea oronda y caliente por las callecitas granadinas.

Detrás de la mágica puerta, diez orugas cuentan todo su dinero. Lo cuentan para asegurarse de que no flate ni un centavo. Les toma tres horas contarlo, y cuando terminan, comienzan una vez más, pero esta vez silbando.

De granada a León, Faca se vió tentado otra vez con dejarlo todo e ira cumplir con su viejo sueño de ser basurero. Antes, lo habían detenido una gaviota cocinera y sus estudios (nunca se supo bien si los de la gaviota o los de él), esta vez lo hizo su esposa tomándolo del brazo. ¡Desgracia! ¡Infame truco del destino! Allí se aleja el camión, allí se pierde con sus héroes cantando...

Existen dos rutas que comunican Granada con León, nosotros intentando escapar del paso por Managua, tomamos sin duda alguna, la peor. El camino fue una tortura de pozos, la densidad de éstos por metro cuadrado de asfalto, fue de las más altas vistas por nuestros ojos. Era literalmente imposible esquivarlos a todos, las señales se hicieron más escasas a medida que avanzábamos hasta que finalmente desaparecieron por completo. Tras un par de horas de este andar poco feliz, llegamos a León.

Lo que no entendemos es como el resto de las estatuas, no botezan del aburrimiento. Bueno, una vez nos pareció ver a una estatua de Bolívar bostezar, pero por ahí estaba gritando con la voz muda de la piedra, al ver pelear a los hermanos, mientras se los comen los de afuera.

En la mirada del loco no hay sino locura, en la del sabio también. ¿Pero como va a estar loco el que celebra? ¡Gol de Batistuta! No hubo éxito con las ecuaciones, pasemos a prohibir masones. Sencillo, cortito y al pié. ¿Quedó claro? ¿Quedó claro justiciero anónimo? ¿Quedó claro cana cósmica? Yo creo que si.

Cada vez menos estos pibes, primero el trato era que los llevara a Alaska nomás, ahora encima tiene que vender bártulos para pagar su propia gasolina y la comida de los otros dos. ¡Basta che, basta!
En León conocimos a dos argentinos que venían viajando en una combi Volkswagen y a Rodrigo (mexicano) y Flor (argentina) que vienen bajando desde Monterrey (si mal no recuerdo), en otra camio. Como teníamos buena compañía, y el lugar es muy lindo y tranquilo, nos quedamos a vender bijoux en la plaza un par de días. Las ventas no fueron sobresalientes, pero veníamos con buenas reservas de Costa Rica, asique seguimos viaje tranquilos.

Los de Fuego junto a Rod, Flor y Cholita.
La verdad es que después de tardar un mes y medio para cruzar Panamá y más de dos para conocer Costa Rica queríamos empezar a avanzar rápido y nos lo tomamos en serio. Así, atravezamos Nicaragua en tan solo 1o días.

Ver que avanzábamos en el mapa nos gustó y tardamos solo un día en cruzar Honduras. El tema es que realmente estábamos con ganas de llegar a Guatemala y con Zelaya yendo y viniendo de la frontera, la cosa se prestó para pasar como un rayo por el país. Dormimos en una estación de servicio en la ruta y a la mañanan siguiente estábamos en El Salvador tempranito. En cuanto a el caos Hondureño, poco y nada. La gente con la que hablamos, nos dice que se sigue trabajando normalmente y el lío solo está en la casa del ex presidente, el palacio de gobierno y algunas fronteras. De hecho había toque de queda de seis a seis, con cierre de frontera. De yapa, siempre que uno llega a hacer los papeles algo pasa, como en este caso (había una reunión de empleados y mil camioneros esperando con sus papeles antes que nosotros), llegamos a salir con el tiempo justo antes del cierre. La Peque pasó por encima de todos con nuestros papeles y terminamos saliendo sin un segundo de sobra. No estamos muy empapados de la situación política de Honduras, pero por lo que pudimos percibir, a Zelaya no lo quiere nadie en el país.
Por más que esté fuera de foco, quisimos subir esta foto. ¡Una vez que encontramos a alguien que va más lento que nosotros hay que aprovechar viejo!

Y así seguimos, a la velocidad de la luz por las carreteras de El Salvador, cruzar este país nos tomo un día, una vez más. Si seguíamos así, en cinco días llegábamos a Alaska, pero ahí se cortó la racha de un día por país. Manejamos algunas horas hasta el atardecer y en el país de las famosas maras, en lugar de asesinos, encontramos buena gente. Primero nos permitieron armar la carpa en un complejo turístico sobre la playa, y más tarde un grupo de capitalinos que estaban de paseo y salían para San Salvador, nos invitaron a su casa en la playa. Nos dijeron que podíamos quedarnos cuanto quisieramos en el lugar y parecía una excelente oportunidad para conocer un poco mejor el país, pero nuestras ansias de seguir viaje fueron más y al día siguiente ya estábamos en Guatemala.

Cabe hacer una reflexión breve del tema de la inseguridad de los países centroamericanos. Todos han tenido historias complicadas, con procesos muy similares al de Cuba, con revolución comunista y todo. La pobreza no ayuda a la seguridad y mucho menos los gobiernos impuestos desde afuera para que sigamos tristes y dormidos. Aún con todo esto, es imposible pensar en un lugar donde haya más malos que buenos. Nosotros que ya llevamos en esto mucho tiempo y que hemos tenido la fortuna de ver con nuestros propios ojos, como las cosas suelen ser tan distintas de lo que se dice (con Colombia como emblema), recorrimos centroamérica sin poder disfrutarla tanto, gracias a ese miedo muchas veces infundado. No quiero imaginarme lo que será para quienes no han tenido nuestra suerte. No se puede ser tan duro con esta gente, no se los puede condenar sin darles la oportunidad. Nosotron pasamos Nicaragua, Honduras y El Salvador volando (un poco debido a ese miedo) y sanos y salvos, dicho sea de paso. Pero hay muchos viajeros que se tomaron el tiempo y pueden contar, con conocimiento de causa, como son las cosas por allí. Sin ir más lejos, al que le interese, pueden ver el blog de Juancho y Aymi uniendolastresamericas.blogspot.com, ellos vivieron cosas hermosas tanto en Nicaragua como en El Salvador, los dos paises peor catalogados de nuestra bella tierra americana.

Nuestros amigos salvadoreños. Apenas nos vimos media hora, pero eso fue suficiente para que nos den un gran mano en nuestro viaje. El problema es que lo que es bueno en si, ni divierte, ni llama la atención, ni es noticia. Pero créannos, ahí está, nosotros convivimos con gente así de amable cada día. Uno imagina antes de emprender un viaje así que va a recibir ayuda, pero es tan fuerte, es tan abrumadora la bondad de la gente que hemos conocido durante estos seicientos y tantos días que no hay palabras para explicarlo como se debe. Muchas veces nos preguntan por lo mejor del viaje, y sin dudas, los amigos que se dejan en el camino son lo mejor de todo este embrollo. Particularmene yo que soy un renegado y había perdido mucha fe en las personas, me he vuelto a convertir en un defensor del hombre, con sus defectos y sus virtudes. He vuelto a creer en la gente, desde casi el comienzo mismo de esta aventura.
El momento de Alberto.

"Un estomago vacío, es un mal consejero."

Thomas y Michelle son dos ingleses que conocimos en el Hostel "La Oveja Negra" de Tamarindo, en Costa Rica. A partir de ahí no paramos de cruzarnos en el camino. Lo que no terminamos de entender, es como vamos a la misma velocidad, si ellos viajan pedaleando en bici y nosotros en un bólido de acero. Saquen sus propias conclusiones.
Hoy nos encontramos en las paradisíacas playas de la península de Yucatán, en México. Escribo desde la más absoluta de las comodidades. Un sueco llamado Helge, nos regaló una semana de estadía gratuita en un condominio de lujo, el Playa Palms. Por eso aprovechamos para escribir y actualizar la página. Ojalá entre mañana y pasado podamos subir más cosas así finalmente nos ponemos al día con el blog.
No mucho más conejos, desde las tierras calientes yucatecas; besos, abrazos y las correspondientes patadas ninjas para todos. ¡¡¡Los queremos conejillos!!!

¡¡¡Arrivedercci e buonafortuna!!!