martes, 23 de marzo de 2010

Siete pelícanos

No se detienen las agujas y sigo sin encontrar a veces mis manos. No descansa el tiempo, y sigo perdiendo de vista la voluntad de mi alma. No paran las galaxias de girar, ni bosteza el universo. Yo, sigo perdiendo el rumbo al caminar esta insignificante roca.
Que tan estúpido puedo ser? Día a día, desafío mis viejas marcas. Tal como lo dijo Alberto: Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.
Nos han regalado (de alguna manera incierta y confusa), un poco de tiempo. Tres gotas ultravioletas, un instante dentro de un paralelogramo, un destello incandescente, ochenta y cinco notas sostenidas por un delgado hilo de plata. Nos han cedido (de una manera indescifrable y esquiva), un sonido carbonado, una sustancia infinita, un inacabable núcleo de gelatina sideral.
Y lo certero es que no se detiene el huso mientras existimos. No se detiene aunque hagamos poco, o mucho. No se detiene la gravedad a ver si aprendemos a ser algo, o alguien. Y a veces no aprendemos….

Y tras tantas vueltas del diminuto rotor celeste, llegamos a Guadalajara. México, tierra hermana y latinoamericana. Tierra de gente con espíritu de fuego y pies de plomo. Guadalajara cuna del mariachi y el tequila. Segunda ciudad de México, gigante de autopistas, hormigas motorizadas y modernidad intransigente.

A diferencia de la mayor parte de las ciudades que pueblan el centro de la patria azteca, Guadalajara derribó su pasado y se recreó a si misma, en el más absoluto de los caos modernos. Sin piedras que hablen, nuestra atención se centró en algún otro locutor. Los homo sapiens.

Mientras nos movíamos como un microbio lento y primitivo en las grandes bocas de entrada a la ciudad. Llamamos a nuestro desconocido anfitrión guadalajarense (ni una pista de cómo se dice); Pepe Hernandez.
Las indicaciones llegaban a través del celular, pero el tráfico nos tenía presos, sin pan y sin agua. Ya de noche, la voz anónima, se hizo voz con rostro y alma. Pepe, el amigo que Bobby Dávalos de Morelia, nos había puesto en el camino.

Dos palabras, algo distantes pero cálidas aquella noche, y los de Fuego tenían casa y cama. ¡Y que casa! Nuestro departamento tenía vista a la increíble colección de carritos clásicos del gran Pepe. Unos treinta o más, impecables, brillantes, devolviendo el tiempo pa´ atrás y trayendo el pasado al presente, como por arte de magia.
"Yo nunca pienso en el futuro. Viene bastante rápido."

Al día siguiente Pepe ya nos había adoptado como hijos. Aprovechamos el taller para aceitar un poco las artríticas articulaciones del Citro, chasis y suspensión. Bajamos el tanque de nafta (al cuete porque la agujita conservó su viciosa postura de no medir la nafta) y la tarde se fue entre tuercas y visitas.

Con cuarenta y monedas, sos el pibe del barrio.

Esa noche, Pepe nos llevó a la reunión del Club de Autos Clásicos de Guadalajara (que se efectúa todos los miércoles). Éramos entre treinta y cuarenta personas, rica comida mexicana y por supuesto tequila. Con un proyector pasamos fotos de nuestro viaje y contamos algunas de nuestras extravagantes historias. Luego llegaron las preguntas, algo así como una rueda de prensa. Buena noche, buenos amigos y buena venta de postales. Suficiente para unas cuantas llenadas de tanque.

Los de Fuego y la muchachada fierrera de Guadalajara. ¡Mil veces gracias amigos!
Lo cierto es que no nos quedamos mucho tiempo en Guadalajara, apenas salimos a pasear un día, aunque con guía de lujo. Lalo, uno de los hermanos de Pepe, nos llevó a ver el centro histórico, el mercado y un pueblito deglutido por el crecimiento incontenible de la urbe; Tlaquepaque. Este último, es el lugar que nos cautivó. Repleto de artesanías, saturado de magia cerámica y vidriada. Envuelto en un manto technicolor que se le mete a uno por los poros, rico en talento humano y creatividad inagotable.

Lalo y Faca sentados en un extraño sillón que te toca la cola.
En las calles de Tlaquepaque, nos encontramos con uno de los famosos murales de Diego Rivera, pintado sobre azuejos.

Antes de dejar la ciudad, nos hicimos una escapada a Tequila. La idea era conocer un poco el proceso de ….. bueno ustedes saben, tomarnos unos tragos. Asi que salimos raudos (y sobrios) a la carretera. La primer parada la hicimos en la estancia “La Herradura”, ahí nos desayunamos que para recorrer el lugar, había que desembolsar unos morlacos, cosa que no esperábamos. Nos dirigimos a las oficinas y hablamos con unas lindas mexicanas que no solo nos invitaron a hacer el tour gratuitamente, sino que al final nos terminaron comprando una tonelada de bijouterie. Tarde redonda como una barrica de estacionamiento.

Lidiana, Fernanda y Meche (nuestra guía), “las doncellas tequileras”. Muuuy buena onda, ¡GRACIAS CHICAS, GRACIAS MANY TIMES!

“Jimador”, este es el nombre del campesino que trabaja el agave en el campo, para llevar a los hornos el corazón, sin hojas y bien trozado. Este es el nombre de estos héroes anónimos que dan alegría infinita a los paladares del mundo entero.

¡Al horrrrrrno!

Tras ahorcar al cuervo gigante, se colgó de la cola de un cometa errante y regó esporas fosforescentes en cinco galaxias sin nombre. Al despuntar el alba del día siguiente, cavó a mano un profundo hoyo que lo condujo al centro fundido de la tierra y de allí trajo un puñado de astromelias invisibles. A última hora, se modó los dientes y se fugó con las bacterias puntuales pensantes.

Y durante nuestro prudente regreso a casa, tuvimos que parar a hacer una siestita, ya que el tequila pegó juerte.

No pregunten por Reno, a esta altura ya existía, pero en el futuro iba a existir más fuerte asique, a esperar.

A pata, Pepe, no se va a quedar.

Pepe y Los de Fuego

Durante aquellos días en Guadalajara, hicimos una excelente relación con Pepe. Conocimos a su familia y terminaron invitándonos a pasar unos días con ellos en Manzanillo. Si bien nos desviábamos un poco de nuestro camino a Alaska (una vez más), valía la pena volver a mojar las patas en el Pacífico, más aún sabiendo la calidad de compañía que nos esperaba allí. La idea era armar la carpa en el jardín de un amigo, pero finalmente cuando llegamos, nos hicieron lugar en su departamento.

Una imagen vale más que mil palabras.
La Peque con las “water monkies”. Ni asegurándoles que se iban a convertir en pescados lográbamos sacarlas del agua a las enanas.
Tutta la familia con Pepe y Jess.

Dos días en los que descansamos a pata suelta y disfrutamos de Pepe, Isa, Pepe hijo, Jessica y las dos hermosas sirenitas Maar y Juliana.

Una vez más México nos muestra lo mejor que tiene, su gente. Pepe siempre estuvo pendiente de nuestras necesidades, nos llevó a hacer un chequeo al médico, nos paseó por Manzanillo, nos presentó muchísimos amigos y sobre todo confió en nosotros. “Los Ches” nos decía, y se metía en el rol de papá. Un tipo con todas las letras, educado, generoso, culto, alegre y sobre todo dispuesto a seguir descubriendo y descubriéndose a una edad en la que muchos ya sienten que se les acabó la cuerda. Apasionado por los autos y sus nietas, un grande, otro amigo querible que nos regaló este increíble viaje.

Y de tal palo tal astilla dicen, Pepe hijo y Jessica nos tuvieron todo el fin de semana bien mimados, ayudándonos en todo lo que podían y obligándonos a relajarnos, cosa a la que no estamos acostumbrados. Viajando como lo hacemos, siempre se está alerta, no por posibles peligros, sino debido a que hay que absorber todo lo que a uno lo rodea. Y por supuesto, procurarse un sitio para pasar la noche, cada noche. Por eso nos cuesta un poco pasar un día entero sin pensar en nada, con los pies en la pileta y la barriga llena de comida, bueno…. Tampoco costó tanto.

Por si todo esto fuera poco, Pepe hijo perseguía a los vecinos para venderles postales y también la bijoux circuló a lo loco entre daikiri y daikiri. A la hora de partir, dejamos atrás a una familia que se siente como propia ¡Un millón de gracias por todo amigos! Los esperamos en Argentina cuando quieran (solo déjenos llegar primero a nosotros).
Veramente tutta la famiglia, Pepe, Pepe, Juliana, Jessica, Maar, Isa, Faca y Loli.

Esta vez, el camino nos recibió de mala gana, con lluvia y frío. Parece que nos pasaba factura por todo lo bueno que habíamos vivido. Y si che, hay que poner un poco de equilibrio a todo esto, sin balance en el cosmos, no hay sustentabilidad.

Y después lo de siempre. Nos tomamos unos mates en la nave para combatir al chiflete y paramos a nadar un rato en un río plagado de cocodrilos.
“Nadar con cocodrilos es tan inofensivo como recoger flores en el campo” -Faca dixit-

Llegamos esa tarde directamente a la famosísima Puerto Vallarta. Realmente el sitio es un paraíso, pero el clima no acompañaba en absoluto. Mucho lujo, calles anchas y un enjambre de turistas que pululaban por la ciudad, sin que hacer con la lluvia. Para los bomberos esta vez fuimos invisibles, no nos dieron ni cinco de bola, no nos dijeron ni que no, ni que si, asique nos fuimos chiflando bajito y terminamos armando la carpa debajo de un techito en una gasolinera. Un vecino nos prestó un enchufe pa´ cocinar algo y al sobre. Aquella noche nos metimos en la carpa y vimos una peli (muy recomendada por cierto, “La ciencia del Sueño”, con Gael García Bernal), apenas terminó la función, se desató un temporal de viento y lluvia que volaba la carpa con nosotros adentro y todo. Aún estando bajo techo, empezamos a hacer agua y hubo que abandonar la nave. Salimos de la carpa, sacamos las varillas para disminuir la superficie de interacción con la tormenta y movimos todo a otro sitio más reparado. Fueron minutos, empapados metimos todo como pudimos dentro de una obra en construcción y comenzamos a contar las bajas. Colchón, mantas, ropa, sábanas, todo empapado…. y la compú? Ya no prendió más, el celu, igual. Los relámpagos volvían a la noche día y el viento arrancaba de cuajo las láminas del techo de la estación. ¡Tragedia! ¡Disastre!

Y si, el cosmos equilibró la balanza de un tirón.
A la mañana siguiente la nube seguía sobre nuestras cabezas y decidimos salir a conocer la ciudad bajo la lluvia. Desayunamos huevos con frijol y atole en el mercado y a patear el malecón.

De veras Vallarta es bello. El paseo costero fue muy entretenido. Mientras caminábamos, ya sin pretender esquivar los charcos, los pelícanos hacían su habitual demostración de habilidad mientras pescaban el desayuno, decenas de estatuas (muchas de ellas increíblemente delirantes) vestían el malecón de punta a punta y toda la escena se tornaba un poco surreal.
“El comedor de huevos”
¡Cuánto hace que no te veía, cabeza de empanada!

Al llegar al muelle, nos deleitamos con el show de los pescadores y los pelícanos. Unos y otros enfurecidos luchando por quitarle al océano la mayor cantidad de peces posible. Todo esto en medio de un conflicto de intereses humano-pelicanoide. Apenas salían las redes llenas de sardinas, los pelícanos se abalanzaban sobre ellas y empezaba la guerra. Cada tanto el anzuelo en lugar de pescado traía un pelícano y tocaba liberarlo con mucha delicadeza al bichito.
Pa´ que vean que todos los relatos de americaencitro tienen sustento en hechos verídicos.
Todo movimiento se compone de seis pelícanos, y el séptimo da el retorno.

Al fin de cuentas, hombres y pajarracos se las arreglan para convivir en armonía por estas latitudes.
¡Hola Miguel!
Cuesta llegar, cuesta. Hoy dejamos el Gran Cañón del Colorado, estamos en Arizona, en un pequeño pueblo llamado….. ni me acuerdo como se llama…mmm ¡Page!. Es tarde, viajamos todo el día y terminamos encontrando un techo (de lujo) en una iglesia protestante, donde nos permitieron pasar esta noche. No acampamos porque el clima está horrendo y acá todavía parece invierno.

Taaaaan atrasado estoy…. Cada vez cuesta mas sentarme a escribir (o escribir parado, de rodillas o haciendo la plancha) pero ahí vamos.

Má si, les va una del Cañón pa´ no dejarlos tan perdidos en el tiempo.


Queda mucho y muy lindo para contar de México, pero cortamos acá, además si largamos el choclo completo nadie lo va a leer.

¡¡La seguimos pronto conejillos!!
¡Arrivederci e buonafortuna!

9 comentarios:

  1. Quique14.4.10

    Huaaaaaachos, paren de provocar envidia!!!!

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  2. Anónimo14.4.10

    JAJAJAJA!!!! ESTOY CON QUIQUE.

    BESOS,LOS EXTRAÑOS.

    MECHA

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  3. Anónimo14.4.10

    Que lindísimo!!! Felices se los ve y queremos más fotos!!! Saludos desde San Juan. Cecilia.

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  4. Anónimo14.4.10

    Holaaa! Que lugares tan divinoooos! Me copan las esculturas! A propósito Facu, debo decirte q quedaste super mal con cabeza de fatay, al confundírtelo así con el primo....
    Jajajaj mundial la foto de la ruta del tequilaaa! juju! A mí hace poco me tocó interactuar con unos simpáticos mexicanos y x supuesto tampoco pude eludir la ingestión de tal bebida.... No vaya a ser que sientan que uno les hace un desaire, vió!!
    Loli: estás muuuuuy hermosa en la foto con las 2 nenitas (me lo hizo notar tu orgulloso padrino Tíito Mario)

    Besos a los dooosss!!!!!! Los quiero!
    Charito

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  5. quiero un cuervote asi en mi casa!!

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  6. Vamos AmericaEnCitro! Felicitaciones por los 50000km ya recorridos... y vamos por más!! Viajen tranqui y disfruten del paisaje que vienen muy bien con el recorrido. Hace poco me encontré con gente que vino de Calgary (más o menos cerca de Vancouver) y me dijeron que empezó a despuntar el calor, pero que cada tanto hay nevadas todavía.

    Si siguen hacia el norte por Utah, y ya que tienen los pases gratis para los Parques Nacionales, les aconsejo altamente que visiten el Parque Nacional Grand Teton, que aparte de tener un nombre que desilusiona a más de uno cuando llega, tiene el cañón del río Snake con unas vistas impresionantes, salvo que se hayan cansado de ver cañones después de cruzar el Colorado. Y además les queda a mitad de camino del Parque de Yellowstone, donde aparte de sacarse una foto con Yogi y Bubu está probado que hay bastantes géiseres como para hervir una paella para 200000 personas (son esas estadísticas que salen por Internet, uno nunca sabe, podría ser verdad).

    Salutaciones desde lejos y despreocúpense del atraso, lo único que falta es que los corra la rutina del posteo. Ya habrá tiempo para eso.

    Abrazos!


    El oso asarozo & cía.

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  7. que grandes !!!!!!!!! los dos !! bien merecido lo bueno que han recibido con pepe y flia!!
    la foto del tequila !!!! Postal muy buena!! jejejej!! me hizo reir mucho , admirable la expresion que se siente en las palabras !!
    y la foto del cara de empanada me mato jejeje!!
    igual las fotos estan excelentes !! los sigo,admiro y toda la merda para que sigan de lo mejor!!!
    cariños desde victoria entre rios argentina
    Damian

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  8. Anónimo17.4.10

    Faca, ya que estas por alli....anda a un pueblito que se llama SEDONA te prometo!!! no te vas a arrepentir!!!!!

    love yaaa!!!! Guada

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  9. Alfredo Rodriguez Landero26.4.10

    Sigan adelante con su sueño y los esperamos de regreso aqui en Guadalajara en el Automovil Guadalajara Club AC, estuvimos felices de su viaje..............Saludos

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