domingo, 3 de enero de 2010

Los Hombres Gigantes

Cantidad de recetas han sido inventadas por diferentes autores para gobernar el mundo, cada uno ha ofrecido la suya como si fuese la más perfecta. Sin embargo, todas han resultado ser insuficientes.


Caídos los horizontes del sur, los de la tierra de gigantes. Caídos los que se adivinan tras el manto ruidoso y vibrante de las selvas, bosques y montañas de mitad del mundo. Partidos por un rayo fulminante los mil horizontes. Raspada la sal que ha hallado hogar en el cielo. Mil líneas que dividen el presente del futuro, y lo certero de lo ignoto. Líneas que ocultan a la inagotable magia de este grano de piedra celestial. Tanto tocado, tanto andado y la pregunta aún intacta ¿Qué habrá un poco más allá?
Es en verdad magia. Mas persiste la sed del curioso. Lamenta que este mundo esté ya tan gastado, tan usado. Manoseado, dividido con alambre y clasificado. Añora aquel globo sin mapas, aquel de países prístinos. Tierra en la que cada paso era uno nuevo, y nada se sabía de lo que ocultaba aquella burlona línea, que siempre se corre un poco, alejándonos de su verdad. ¿Cuánta magia se habrá esfumado en el espacio? ¿Cuánta se habrá fundido en la roca para persistir aunque sea en sueños? ¿Cuántos hombres extraordinarios se habrán perdido para siempre en su búsqueda? No existe un cielo chiquito, sino uno infinito. No existe un suelo chiquito, sino uno vasto. No existe un hombre chiquito, sino uno gigante. Allí está la magia, admirada de detrás de un vidrio que ya se empaña, ya se cubre de polvo, y permite distinguir solo figuras vagas e inalcanzables. Allí está la magia, casi olvidada, aún a la espera. Siempre a la espera del los hombres gigantes.

Como siempre volver a nuestro relato, es volver a hablar de amistades inesperadas y enormes. Es volver a hablar de manos de hombres generosos y pequeñas batallas superadas. Es volver a hablar de lo incierto, de ir un paso más allá y recibir fascinados lo que el camino nos pone delante. Una persona, una comida desconocida, una isla, un reencuentro, otro problema mecánico, y una línea burlona que perseguir.

Para esta publicación de americaencitro, contamos con la colaboración especial de Gunther, el fotógrafo conceptual alemán. Gunther (que siempre viste polera) tituló y explicó las primeras 25 fotos de esta entrada. Ojalá puedan disfrutar su arte tanto como lo hacemos nosotros.

“Insabora, incolora e incípida. La historia paralela” (Patada en medio líquido).

Nos quedamos en Playa del Carmen, uno de esos puntos magnéticos que nos atrapan por meses. La nave aún dejaba su cortina de humo mientras nos movíamos, así que la prioridad número uno era aprovechar los repuestos recién llegados de Argentina a manos de Mirtman y Guada, para acabar de una vez con este problema. Tras un paso obligado por el cuartel de bomberos una última noche, hallamos hospedaje en la casa de Braulio y su familia. Braulio es mecánico y vive alejado unos diez kilómetros de la ciudad. La casa es chiquita y allí viven él, Lupe y su hijita Christi Anselle. Además, sus padres ocupan una piecita y por las noches arman su puesto de venta de gorditas, tacos y empanadas en el frente de la casa. El movimiento era mucho, el espacio poco, pero la predisposición y generosidad de esta familia, inmensas.

“El xilofón de Mertezacker” (Yah Rasta y Titi).

Allí durante el día, la Nave se sometía a la cirugía del Dr. Faca, y por las noches, los vapores del aceite se abrían paso ocupándolo todo. No hay fotos del arreglo, probablemente a esta altura ya no nos hacía ninguna gracia tener que desarmar una vez más el motor del Citro. Tras dos intentos fallidos en Guatemala, volvíamos a un cambio de aros (esta vez con materia prima nueva y argenta). La sorpresa fue que los aros estaban perfectos, y era en cambio un pistón el que tenía un tajo que recorría su cabeza de un extremo al otro. ¿Cómo pudimos pasarlo por alto cuatro tipos en Guatemala? Ni idea, pero ahí estaba el cabezón partido al medio y todos los repuestos que con tanto trabajo habían llegado de Argentina (incluyendo camisas nuevas), de poco servían. La historia de Colombia se repetía, una vez más se estiraban los plazos, había que molestar a todo el mundo para conseguir pistones nuevos y todo dentro de la casita de espacios diminutos y corazón inmenso.

  “Del Kilimanjaro a Taipei” (Ara, Lupe, Titi, Braulio, la Peque y Faca posando para la posteridad).

En Argentina todos se movieron como un rayo para no alargar la espera. Alfredo, nuestro querido y respetado repuestero, eligió tres pistones de los mejores que tenía, Beto y Quique (nuestros queridos padres) hicieron el resto. Solo quedaba esperar.

Para no molestar demasiado, comenzamos una seguidilla de mudanzas que nos llevaron de una casa a otra dentro de la ciudad (nos mudamos en total 12 veces). Fue increíble la cantidad de gente que nos tendió la mano en Playa del Carmen. La primer mudanza fue a lo de dos cordobeses; “El Sapo” y Emi, en su casa nos quedamos durante diez días hasta que llegaron los pistones.

 “La metamorfosis de Sun Yat Sen” (Impronta del Sapo y Dr. Faca en el Pura Vida). El Sapo, un grande que llevará su nombre a la cúspide del universo. Una vez allí las opciones partidas. Abandonarlo y seguir el camino del ser terrenal, o abrazarse a la gloria del nombre, que no es más que abrazarse a un reflejo sin substancia. Mil gracias por todo hermano.

En medio del dilema, Victor y Miriam, nos habían invitado a su casamiento varios días antes. Nosotros habíamos creído estar bien lejos para esta fecha, pero no. Mucho tendríamos que vivir en Playa todavía. Así fue que la Peque desempolvó sus vituallas de gala y el Sapo vistió bien caribeño a Faca para la ocasión.

 “Mucho Mojo” (Joven caucásico despilfarrando facha)

“¿El esquimal?” (Músicos ocasionales sobre la playa)

"Sr. Presidente, el trabajo está hecho" (foto de boda)

“Paralelismo montado en patineta”. (Los de Fuego en blanco y negro)

 “La ameba superlógica” (Zapatos de un novio en la playa).

El casorio fue hermoso, en la playa. Todo de prima, mucho dancing, mucho morfi y trago. Todo como debe ser, pero lo más importante viéndolo desde nuestro lado egoísta y dejando a los anillos a un lado, fue como nuestra relación con los chicos comenzaba a hacerse grande. Dicen que entre locos se entienden; de nuestro estado mental poco queda por decir, y para que juzguen el de Victor y Miriam, solo diremos que nos nombraron padrinos de velación (o sea que nosotros venimos a ser la pareja experimentada, aplomada y bien encauzada a la que deben acudir en busca de consejo cuando las papas queman). Sin comentarios….   

 “Espora y desenlace” (Vista romántica de una pareja enamorada)

Llegados los pistones, Faca armó todo con aros y camisas nuevos. El humo desapareció pero, siempre un pero. Ahora con un sonido de golpe suicida, el motor se sacudía y pedía desarme nuevamente. De locos, todo, absolutamente todo surge de no haber abierto el motor antes de salir, un detalle que pagaríamos con creces a lo largo de nuestro periplo americano. Cuando trabajamos una de las culatas en Perú con el estimadísimo y genial Yuri Zimic, el rectificador se pasó de rosca y ahora, varios miles de kilómetros al norte, el pistón golpeaba contra la culata. Por eso se partió el viejo, y por eso ahora el nuevo sin desgaste, sonaba más duro.
Créanme cuando les digo que estoy abreviando esto a más no poder para no aburrirlos. Las vueltas que dimos para hallar la causa del ruido no fueron pocas, estuvimos a punto de cambiar guías y válvulas, en fin un rock´n roll de cuatro tiempos. Fue Alfredo desde Mar del Plata el que se iluminó y cantó la posta. Mandamos a hacer una arandela a medida para suplementar la camisa, armamos todo el circo y ¡MIRACOLO! ¡FUNCIONA!
Claro que hicieron falta varios ajustes post operatorios. Hasta los frenos por arte de magia se descalibraron durante el parate, cosa ´e mandinga. Apenas pusimos el motor a andar, se sacudía como un ko-hi-nor, otra vez con el alma por el piso, dejamos la casa de Braulio andando a los tumbos diez kilómetros hasta nuestro nuevo hogar (ya no nos daba la cara para volver a desarmar todo allí) en la casa de una Pehuajense; Cecilia. Afortunadamente las luces del nuevo día, trajeron soluciones; solo era una bujía. Hubo que ajustar las tuercas de ¡ambos! Semiejes, que también como si el diablo hubiera estado jugando con ellas, se encontraban sueltas. El día que salimos a la ruta a probar y asentar la Nave, como para coronar el gualicho, se largó un diluvio torrencial que nos obligó a regresar sin alcanzar nuestro destino en Tulum.

 “Interrumpida y en foco” (Ceci y los de Fuego sobre un sofá-cama). Ceci, otra ídola con un corazón del tamaño de  Júpiter. Mil gracias por todo niña de Pehuajó.

Pasada la tormenta y con el ánimo repuesto, comenzamos con las averiguaciones para aprovechar nuestra cercanía y volar a Cuba desde Cancún. La decisión no fue sencilla, pero finalmente nos dispusimos a adentrarnos en el Mar Caribe para pasar diez días en la isla de Fidel.

Los preparativos y últimos días de espera para volar a Cuba, los hicimos desde la casa de Victor y Miriam último bastión de los de Fuego en Playa del Carmen. Los chicos nos dieron una mano enorme, Miriam sacó a la Peque a lucir la bijou y vendieron muchísimo, ese dinero fue crucial para el viaje al mundo comunista. Además aprovechamos sus vacaciones para visitar Xcaret en día de muertos, buceamos con tortugas en Akumal, conocimos Puerto Aventuras y todo en medio de un festival gastronómico casero.

“Sin peroné” (Joven caucásica pintada en ocasión de día de muertos).

 “Las velas” (guacamayas).

 “Las Guacamayas” (velas).

 “Beethoven no comía mortadela” (Joven caucásica junto a dos muertos. Altar en Xcaret)

“Jardín sin jardín” (Miriam y Loli y Faca y dos extraterrestres de otro planeta).

“¡Lástima! Salió hace cinco minutos” (Estatua oculta en la vegetación).

“El Yo” (Panorámica de Playa del Carmen).

 “Kachemira” (Loli perdiendo su mirada en Playa del Carmen).

 “Cuchara y circunstancia” (Miriam y Loli y un lemon pie).

“Gorrión gaseoso” (Manatí en medio líquido).

“Cetáceo lactante deslactosado” (Medio delfín a contraluz).

“Ischabaud” (Pareja nómade caucásica en el paraíso).

“Ischabaudeleir” (Pareja nómade caucásica + pareja sedentaria en el paraíso).

“ Sangrona y con molcajete” (Señora casada preparando guacamole).

Capitulo II. Cuba.

Trataré de ser lo más objetivo posible al escribir estas líneas, que se sepa. No voy a hablar ninguna verdad de Cuba o del comunismo, socialismo o como quieran llamarlo. Sería complicado hacerlo ya que nos topamos con muchas verdades (casi todas distintas) y mayor cantidad aún de mentiras. Voy a relatar nuestras impresiones y vivencias. El resto; las opiniones, tómenlas como notas al margen, ya que sacar una radiografía social de Cuba en diez días, es imposible. Por eso disculpen la desfachatez.

 Desde que pisamos el aeropuerto y nos dispusimos a despachar nuestras maletas, nos dimos cuenta de que estábamos a punto de entrar en un planeta que nada tiene que ver con el nuestro. Volábamos a Cuba fabulando como sería todo, volábamos a un mundo nuevo, aterrizábamos en el mundo socialista.

 El primer mito quedó enterrado en cuanto nos subimos al avión, que no se veía como aquellos de la segunda guerra mundial. Los cuentos no eran más que eso; cuentos.
Tras una hora de vuelo tranquilo (aunque en medio de un caos de valijas y pasajeros poco considerados), aterrizábamos en el aeropuerto internacional José Martí de La Habana. 

 Hay dos formas de viajar en Cuba, una es gastando muchísimo dinero. Para quienes eligen este modo están los CUC. Los CUC son apenas más caros que el dólar, y son utilizados principalmente por los turistas y los cubanos que hacen mucha plata “ilegal” (y esto de ilegal es una obviedad, ya que los sueldos oficiales de Cuba promedian menos de 20 CUC mensuales. Además ilegal va entre comillas, porque en este país todo es ilegal). La otra manera de viajar es fenomenalmente económica; se usan pesos cubanos que se cambian a 25 por cada CUC. Para esto hay que mezclarse con el pueblo, hay que caminar, buscar y ser tenaz. Dicho esto, imaginarán en cual de los dos botes elegimos embarcarnos. Podíamos pagar 25 CUC para abandonar el aeropuerto en taxi, o tomarnos una guagua (colectivo) por 0,8 pesos cubanos (o sea, más de 625 veces más barato).


Salimos a pie del aeropuerto y diez minutos más tarde estábamos en la casa de un cubano llamado Yosvanni, tomando café. 

  A diferencia de lo que acostumbramos, en Cuba no pudimos alojarnos en cuarteles de bomberos, ni recibimos invitaciones para hospedarnos en casas de familia o gasolineras. Todo es ilegal en Cuba. Esta vez lo que oímos por ahí era verdad, los cubanos no pueden alojar extranjeros, a menos que posean un permiso del estado y paguen un impuesto mensual. Ya de noche Yosvanni nos dejó en la casa de “Mamita”, nuestro hogar en La Habana.


 Nuestro recorrido en Cuba además de la capital, incluyó a tres ciudades del interior; Santa Clara, Cienfuegos y Trinidad. Con cada día transcurrido en la isla, nuestra opinión del país y la revolución cambiaba rotundamente, según lo que nos tocara ver y oír.
Quisimos empezar por conocer La Habana, y si bien el transporte público es casi regalado (a veces regalado del todo, ya que muchos usuarios suben y no echan la moneda en la alcancía), preferimos caminar para ver más y mejor. Desde el Vedado a La Habana Vieja y vuelta, bajo un sol que se hacía sentir, pero no aplastaba.

 Para mí una verdadera tortura por el estado de mis zapatillas, que era deplorable, obligado a pisar mal y con ampollas en los pies.







La ciudad entera cabe dentro de una foto vieja. Una foto amarillenta con las puntas dobladas, y dos o tres remiendos de cinta adhesiva. Pausada, detenida en el tiempo. Viviendo del recuerdo, alimentándose de él para mantenerse de pie y respirando en blanco y negro.
Los edificios con sus fachadas descascaradas, cuando no deshechas; se mantienen verticales solo por orgullo. Al foro asisten sin maquillaje, día tras día. La Habana es anacrónicamente hermosa. Sus anchas avenidas vacías, sus monumentales construcciones que laten al ritmo de ciudad enferma de realidad, que se afana por persistir. Sus automóviles de partes prestadas, yendo y viniendo sin compás de capital, muchas veces al lado del camino con sus capotas levantadas y sus fierros cansados de tanto andar. Los balcones teñidos con los colores de la eterna pobreza latinoamericana, los colores de la ropa usada mil veces y zurcida mil veces más. Los andadores hinchados de transeúntes, también ellos despreocupados, sin compás de capital. Calles sin voces de niños, o manos de niños mostrando sus palmas al cielo, o a la tierra. Calles vacías de preocupación, pero vacías de conformidad. Ruido de voces vivas, e inquietante silencio de voces silenciadas. Con su noche que conoce solo el brillo fosforescente de la luna, si es que hay luna. Con sus noches de caminata serena bajo mil focos que no alumbran, contagiados por ese andar apagado de los hombres sin voz. Con su son que se escurre entre las hendiduras de las infinitas puertas, impregnadas de vejez y caducidad denegada. Con su sonrisa dibujada en una boca mulata. Con sus remaches de socialismo y remiendos de revolución. Única, eterna en su fotografía amarillenta. En su cárcel de papel. La Habana es la más hermosa de las ciudades.

El hombre y su boicot al hombre. El hombre y su mentira. El hombre y su bastón de mando. Siempre el mismo cuento, con distintos nombres, pero siempre el mismo cuento.

Pros; pocos pero de cuidado. Los chicos en la escuela, estudiando, o jugando, o lo que sea, pero siendo chicos. Ni en la calle, ni trabajando, ni sin brújula; en la escuela. Si bien no podemos pasar por alto lo que se les enseña, o como se los adoctrina, tampoco podemos desatender, que primero se les debe permitir ser chicos, y eso en Cuba es ley sagrada.

Pros, pocos pero de cuidado. La seguridad en Cuba es superior a la del resto de Latinoamérica. Caminamos por calles pobres y oscuras con la sensación de que nada malo nos podía pasar. Y difícilmente algo malo podría habernos pasado, porque en Cuba no existe el nivel de violencia al que estamos acostumbrados afuera. Menos robos, menos armas, menos marginalidad. Hay un control que por momentos da miedo, hay un pueblo adoctrinado, sumiso y sin reacción. Hay un pueblo controlado en el sentido amplio de la palabra.

Pros, pocos pero de cuidado. La pobreza cubana es una pobreza más digna. No creo que sea un consuelo tonto, o un detalle sin importancia. Lo peor de la pobreza no es el plato de frijoles y arroz, o de arroz y nada más. Lo peor de la pobreza no está en el techo que no es techo, o en la caminata obligada. Lo peor es la marginalidad, lo triste es estar afuera. Además de vivir en penas, vivir obligado a ser invisible, a no existir. Discriminado por los que no somos pobres, señalados, excluidos, olvidados, condenados y despreciados. Menos que los perros sarnosos que los acompañan. Esos son los pobres de las villas miseria argentinas, de las inmensas barriadas limeñas o fábricas de maras salvadoreñas. En Cuba se niveló para abajo, y créanme que se les fue la mano, porque están raspando el fondo del tarro. Pero su pobreza, es una pobreza de hermanos, de bolsillos vacíos que no conocen el resentimiento del marginado. Es una pobreza diferente a la que conocimos antes de venir a la isla, una más digna por muerte.

Pros, pocos pero de cuidado. La explosión, y nada más. La idea pero hace muchos años, no ahora. Decir basta y revelarse contra la opresión, pelear por lo que bien vale la vida. Ese momento, que duró mientras hubo un opresor. Apenas ahuyentada la bestia, el vencedor asumió el rol de la bestia. Y no hablo en el sentido patético de los revolucionarios modernos, que alzan banderas ajenas desde la inacción. De los que ni siquiera gritan, y se llenan la boca de palabras sin actuar jamás. Yo asumo que pertenezco a una generación de corderos y que vivo en una hora de quietud ridícula. No comparto los medios violentos, y no creo que estos sirvan en absoluto a los fines de obtener cambios profundos y sustentables. Aún así, aplaudo y aplaudiré siempre a los que se revelan contra la injusticia y la opresión. Aplaudo ese coraje que no he sabido encontrar en mi, ni a mi alrededor.


De la salud pública no hablo, porque no me consta el gran nivel que le adjudican. Hemos escuchado versiones de cubanos, tanto a favor como en contra.

Contras, infinitos y también de cuidado.
¿Gobierno para el pueblo? ¡Por favor! Quitamos el poder de las manos del enemigo, del imperialismo del norte, para dárselo a los cubanos -eso dicen-. Hasta hace poco los cubanos no tenían derecho de entrar en hoteles y círculos de elite. Hasta el día de la fecha es ilegal para todo cubano (salvo artistas, deportistas y algún otro) caminar junto a un extranjero en su propio país. I – LE – GAL. Lo del hospedaje ya lo hablamos.

No poseen los cubanos, la libertad para salir de su país a voluntad. Quien diga lo contrario está chicaneando, sin dar explicaciones y por que si, nadie puede salir de la isla. ¿Gobierno para los cubanos? La lista es infinita. No hay libertad de acción o expresión, todo pasa bajo la lente vigilante del estado. En resumen nada ha cambiado, los cubanos siguen como los campesinos de la montaña, atrapados entre dos fuegos. Si van por la revolución se los joden los de afuera por comunistas, si se alzan como voz opositora, se los cargan los de adentro por contrarrevolucionarios. No hay a donde ir, por ambos lados la tenaza se cierra sobre ellos. ¿Gobierno para la gente? No, como en todos lados; gobierno para el gobierno.

Y si la discusión se muere en que clase de sistema es mejor, pues a nada se llega. Porque el problema no es el sistema capitalista, ni el comunista, el problema somos los tipitos que vivimos dentro de ellos.
 Nuestras sociedades nos reflejan. Nos pesa ser lo que somos, pero no podemos hacer otra cosa.
¿Cuba? Cada quién se lleva su propia conclusión al pasar por allí. Buenos, malos, mejores, peores…. Para mí que hace dos días cumplí dos años de viaje junto a la Peque a través de 15 países de América, me resulta imposible mirar con simpatía la política de Fidel y sus muchachos. Y lo dice alguien que no está nada contento con la picadora de carne. 

Viajar dentro de Cuba fue distinto, empezando por el método que utilizamos para movernos entre ciudades. En las afueras de cada ciudad, existen los que se llaman “Puntos amarillos”. Como los bienes del estado son en realidad bienes de la gente (y eso es en todos lados), muchísimos automóviles y camiones manejados por empleados del gobierno, son en realidad medios de transporte potenciales para toda la gente. La cosa funciona así: Al llegar al punto amarillo se notifica al funcionario (obviamente vestido de amarillo), a que ciudad se desea viajar. Así se entra en una lista de espera y a partir de entonces, toca cultivar bastante la paciencia. El “amarillo” para a los coches de placa azul y les pregunta a donde se dirigen, si alguien va para allá ¡ZACATE! ¡Viaje gratis! Bueno, en realidad se pagan entre dos y tres pesos cubanos, dependiendo de la distancia del viaje (unos 6 centavos de dólar).  Todo parece ideal, pero no es tan así. En primer lugar hay muchos “amarillos” sin autoridad y con poco interés por hacer viajar a la gente. Además, muchísimos conductores no se molestan en parar, porque prefieren viajar solos, a tener un campesino maloliente a su lado (recuerden que este sistema, es utilizado preferentemente por la gente más pobre. De hecho cuando les contábamos a nuestros anfitriones que habíamos viajado con los amarillos, se agarraban la cabeza y se morían de risa). Usamos mucho este sistema, esperamos largas horas en la ruta (nuestra condición de extranjeros jugó en contra en el punto de Trinidad) y descubrimos dos cosas: Uno; la falta de sentimiento socialista de la gran mayoría de los cubanos. Dos; lo que ayuda a los fines de que los coches se detengan, tener un billete de veinte en la mano.

Aún así, recorrimos una buena extensión de la isla gastando poquísimo dinero y aprovechando la oportunidad para hablar con la gente. El regreso a La Habana desde Trinidad nos tomó el día completo, e hicimos nuestra segunda entrada triunfal a la capital, montados en la caja de un camión que si paraba, y lo hacía hasta cuando nadie se lo requería.  

 El interior del país, como en todos lados, es más vivible. Tanto Santa Clara, como Cienfuegos y Trinidad, son ciudades tranquilas de gente agradable y alegre. Ya de por si, el ritmo de los cubanos es bien tranquilo, y en las ciudades de provincia esta tranquilidad puede llegar aparecer una sana enfermedad. Influye bastante al respecto, el hecho de que como todos los cubanos son empleados del estado y su pobre sueldo no es proporcional al esfuerzo realizado en las labores, les da lo mismo hacer que no hacer. El carácter del cubano está impregnado de desinterés, a causa de la falta de motivación.

La más linda de las ciudades que visitamos, a nuestro juicio, fue Santa Clara. Su cadencia pausada, la pureza de su gente, su música y belleza nos cautivaron de inmediato. Allí visitamos el museo del Che, la biblioteca y “El Mejunje”. Este último sitio es una gran pista de baile con música en vivo, a donde los jóvenes se acercan para lucir su destreza con los pies. Nos llamó la atención lo sana que es la diversión de los jóvenes de Santa Clara. Casi ni beben en el lugar, posiblemente porque no les alcaza el dinero para hacerlo. Sea como sea, la música y el baile eran de primera. 

Faca posa en la puerta de "El Mejunje"





Tras pasar un día en Cienfuegos, sin mayores cosas para destacar, llegamos a Trinidad cuyo atractivo son las antiquísimas construcciones coloniales.

La ciudad es bellísima, pero la gran afluencia de turistas ya ha despertado en su gente ese afán por sacar al visitante algo, lo que sea. Es curioso como influye el turismo, sobre la manera de comportarse de los pueblos. Casi siempre se pierde algo de frescura y se gana otro tanto en especulación y oportunismo. 



Como viajábamos en plan cubano, gastamos poco pero también comimos muy mal. Casi siempre caminábamos durante horas hasta encontrar una pizzería, donde por 10 pesos cubanos (o cinco en el interior) comíamos una buena pizza napolitana. Nuestro menú casi no varió en absoluto, solo Mamita nos preparaba un sustancioso desayuno que contaba como almuerzo, antes de largarnos a la calle.



Podríamos pasarnos la vida hablando de todo lo que vivimos durante esos 10 días, pero ¿que objeto tiene? Lo mejor es que cada uno lo vea con sus ojos y saque sus conclusiones. Para nosotros fue una experiencia increíblemente enriquecedora, conocimos un mundo distinto por donde se lo mire. Un mundo sin publicidades, sin marcas ni ruidos. Un mundo menos competitivo, menos ávido de éxito (claro que esta palabra puede significar demasiadas cosas, pero hablo del éxito que lleva a algunos a pisar las cabezas de otros). Un mundo de austeridad, de necesidad y extraños fenómenos. Un auténtico cambalache donde el sálvese quien pueda, esta tan a la orden del día como en cualquier otro país latinoamericano. Un mundo que necesita propaganda política para sobrevivir al librepensamiento. Un mundo que necesita gente común; obreros comunes, técnicos comunes, soldados comunes, maestros comunes, alumnos comunes, y así. Un país que irónicamente se hace fuerte en la productividad del trabajo humano, pero aplaca el espíritu de sus obreros restringiéndolos de mil maneras (cometiendo el error de hacer al hombre chiquito). Un extraño mundo con virtudes y defectos. Incomunicado, desencajado y desengranado de la nefasta máquina mundial. Sometido, sometedor y orgulloso. Un mundo aislado no tanto por su condición de isla, como por su anacrónica existencia comunista. Un planeta con luz propia, sin demasiados amigos y un nombre cortito que despierta pasiones; Cuba.  


Disculpas por no haber hecho una publicación pre-navideña tal como nos era requerido, era la intención, pero se complicó. Como verán la Peque ya no es más Yah Rasta, la nave volvió al ruedo y nosotros, de regreso en México, estamos listos para seguir viaje al norte. Apenas 6 meses y unos 20.000 km nos separan de Alaska. A abrocharse los cinturones, que ahora pisamos el acelerador y no paramos hasta toparnos con un grizzly.

A todos les deseamos un 2010 enorme y feliz. ¡Aprovechenlo! Gracias por estar siempre ahí, los queremos conejos.
Braulio, Lupe, Titi, Ara, Beto, Aurea, Helgue, Sapo, Emi, Ceci, Rotem, Miriam y Victor agradecimiento eterno.

¡Arrivederci e buonafortuna!

13 comentarios:

  1. los vengo siguiendo desde el principio, y escribo ahora porque este post me gusto mucho!

    Avanti muchachos!

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  2. hola chicos como estan!! me tenian preocupado que no actualizaban el blog ahora me quedo tranquilo y les deseo muy feliz 2010 y que cumplan todos sus deseos y sueños ustedes se lo merecen (a pesar que nunca me contestan nada jaja)naaa!! todo bien y como digo siempre "yobancoalosdefuego" bueno chicos abrazos desde quilmes de otro citronero sigan haci

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  3. vamos los de fuego !!!!!!! me encanto todo lo que vivieron estos dias !! , es muy pleno todo lo que escriben !! los admiro muchisimo! soy citronero , es muy apasionado lo que escriben , la imagiancion vuela y te sentis que estas cerca de lo que cuentan !! siempre me pregunto como haran tantas cosas que sobrellevar !! admiro su relacion !! que al tener que pasar por tantos momentos ,van mostrando la mirada sonriente y haciendo cada paso firme juntando montones de vida que seguramente llenara los corazones , que lindo lo que estan haciendo!! aplausos !!cariños , feliz año!! y desde aqui lo mejor y mmuccha fuerza para sigan de lo mejor!! desde victoria ,entre rios ,Argentina
    Damian ALuani

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  4. Anónimo5.1.10

    Sin palabras para esta entrada. Sublime. Tanto en el relato como en sus imagenes. Pensar q estuve tan cerca de compartir esa pequeña travesia por Cuba con uds., porque una cosa es conocer Cuba y otra hubiese sido conocerla con uds dos. No se si me lo perdonaré.
    Increible q ya hayan pasado 2 años y falte tan poco para llegar al fin de esta travesia. Feliz Año, 2010 el año en que volveremos a hacer contacto.
    EL JUSTICIERO ANONIMO

    Muchos, pero muchos abrazos

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  5. Más que nunca, a las palabras se las termina llevando el viento cuando a los sentidos les toca reescribir la historia. Muy bueno el posteo, y no se hagan problema si llego un poco más tarde de lo esperado. La espera valió la pena, no les faltó nada! Hasta los metieron en un casorio ahora. Excelentes las fotos: delfines, atardeceres, manatíes... qué les faltan... arcoiris y enanos con sus ollas de oro y sirenas danzando a la luz de la luna?? Muy bueno el fotomontaje, para la próxima queremos fotos reales por favor.

    Ahora, ustedes creerán que hacen un esfuerzo sobrehumano cuando tratan de conseguir todas las piezas necesarias para el Citro, pero es la máquina la que tiene la última palabra al arrancar o no. Va entonces mi reconocimiento a la nave que con su terquedad por seguir adelante no los ha dejado nunca en banda, próximamente tendrá reservado un lugar bien ganado en el museo del automóvil en Balcarce.

    Y como dije al principio, todo lo que digan ustedes sobre Cuba termina siendo... Cuba. Tienen la ventaja de haber estado ahí y vivido la realidad de su gente. Y la realidad suena más fuerte que el volumen de las voces que griten a favor o en contra. Me gustó mucho cómo explicaron todo, tal como hicieron en su momento con Colombia. Y si alguien tiene algo más que agregar, como decían ustedes... 'Hable pues'.

    Un abrazo enorme y cariños desde las pampas veraniegas.


    El oso caluroso & cía.

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  6. Anónimo11.1.10

    hola ! los escuche hoy en la entrevista radiofonica que tuvieron con Carlos Mota... me encanta su idea de recorrer america, y mas en el cochecito tan lindo.. me recuerda al auto de Mafalda (Quino) bueno al de su papà.... un abrazo y que todo salga bien para ustedes.

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  7. Walter29.1.10

    Abajo la dictadura de Cuba, libertad para los cubanos !!!Que tengan los mismos derechos humanos que las naciones libres, que puedan elegir a sus representantes, que puedan mejorar su calidad de vida, que vivan su propia vida sin depender de la dádiva del estado, que tengan ambiciónes de progresar, que haya libertad de prensa, que tengan derecho a opinar distinto y no ser martirizados, que vivan como quieran vivir sin dar explicación a un jefe de uniforme, que los niños que aun no saben que es la libertad, algun día no muy lejos la disfruten.
    Lindisimo viaje en Citroen, muchisimos exitos en su derrotero por América

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  8. Anónimo5.2.10

    Hola Chicos Viajeros: Les Deseamos Lo Mejor... Y Sigan Disfutando Del Mundo, No Hay Mejor Manera De Disfrutar La Vida Que Viajando Y Conocien Diferentes Culturas... No se olviden de sus amigas de Casa Herradura, Hacienda San Jose del Refugio, la casa del mejor tequila del mundo.....(Fotos)SUERTE!!!!XOXOXOXOX

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  9. Anónimo25.2.10

    ke tal facu y loli somos mary y paul de tuuxtla gutierrez, chiapas. nos recuerdan esperamos esten bien y les deseamos mucha suerte un cordial abrazo y bendiciones sus amigos

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  10. Anónimo12.3.10

    Hola Loli! cómo están? Soy Emilia R., de San Juan... Qué hermoso lo que llevan conocido, aunque me parece que me quedo corta con "hermoso".
    Lamento que cdo pasaron por acá (hace tantos km!) no hayamos podido hablar más...
    Espero que regresen muy bien!! Saludos a Facu.
    Que Dios los siga acompañando.
    Un beso grande y como siempre... Ato!

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  11. ERICK18.3.10

    HOLA, MI NOMBRE ES ERICK, SOY AMIGO DE JUAN PIROTA EL ITALIANO LOCO QUE VIVE EN LA PAZ,,JAJJAJA YO VIVO EN SAN DIEGO SI OCUPAN ALGP ME GUSTARIA QUE ME CONTACTARAN MI TEL ES 619 208 3049

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  12. Anónimo20.11.10

    yo tambien me gustaria viajar y ver otras partes del mundo, para ver q onda como son otras culturas, me gustaria ir a egypto a ver las ruinas de los templos

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  13. No coincido en nada con sus análisis sobre Cuba..Muy superficial, sin analisis historico, ni economico, sin datos de educacion, ni salud.. invito a leer esta reflexión de unos amigos santafesinos que anduvieron por uba el año pasado...

    http://www.facebook.com/notes/edu-chemes/breves-an%C3%A9cdotas-y-reflexiones-sobre-cuba/361999227163529



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