Wilmer, Wallace, Willy, Worthforth, Weiss, Wagner, Wilco, Wall-e, Winston y Washington platican en un guadual. Mientras Worthforth propone que la ciencia no deja de ser un acto de fe, Wiess cae en la más absoluta depresión descubriéndose insignificante. Winston, que lo había escuchado atentamente, siente un alivio absoluto. Flota. Willy no dice nada, no cree en nada. Wallace no deja masticar su banana. Wilco ora a toda hora. Washington pretende unificar pensamientos. Wagner lo aporrea. Willy prefiere estar ajeno a toda polémica. Wilmer no logra conciliar el sueño, lo atormenta su existencia. Wall-e no vale nada, da igual que esté dormido o despierto. Monos...
Salento, es un pueblito bellísimo, ubicado en pleno eje cafetero colombiano. Apenas lejano a Pereira y Armenia, llegamos a sus empinadas calles con la ilusión de vender algo de nuestros productos, ya que por aquellos días había feria. El lugar estaba atestado de gente y nunca conseguimos el permiso, pero algo insólito sucedió aquella noche. Habíamos intentado hacernos de hospedaje donde los bomberos, cruz roja y defensa civil, todos esto sin éxito. Finalmente, un grupo de voluntarios de defensa civil de Armenia, nos hizo lugarcito en un cuarto que les habían prestado. Inflamos el colchón con dulce dióxido de carbono como cada noche, y conciliamos el más dulce de los sueños. Bien entrada la noche, nos despiertan con la noticia de que los macanudísimos bomberos de Salento se habían quejado de nuestra presencia, y nos mandaron a echar. Si, si, ya sabemos que ellos están para apagar incendios y no para dar hospedaje a los vagabundos, pero que no nos dejen dormir en casa ajena, ya es demasiado. Desinflamos el doite y a pernoctar dentro de la nave. De yapa como el pueblo estaba de fiesta, pasaban los borrachos y nos golpeaban el auto para despertarnos cada media hora. ¡Ojo! Si hemos tenido buenos amigos en el camino, muchos han sido bomberos, a los cuales respetamos profundamente. A los de Salento... Mafangulo!
De izquierda a derecha. Jorge "estómago pródigo", Faca "hippie roñoso", la nave "corcel endemoniado", Loli "niña catástrofe", Germán "ropavejero de los 50´s", Constanza "reina de Pereira" y Caro "la cazadora de cocodrilos de pileta".
En Pereira, Germán Garcés nos encuentra estacionados a media cuadra de la Catedral. Apenas llevábamos 5 minutos en la ciudad. Se había escapado de la misa, pues el padre de turno tenía poderes somníferos. Cruzamos unas pocas palabras, llamó a Camilo (amigo fanático del 2CV), y salimos juntos de gira por la ciudad. Nos hospedó en su casa donde Constanza y Sofía terminaron de confirmar la hermosa familia que son. Unos días después conocimos a Jorge y a Caro que nos llevaron a que llenemos nuestros estómagos por ahí. Nos metieron empanada, arepa (manjar de los dioses) y Poker (cerveza local de interesante graduación alcohólica) hasta que apenas podíamos respirar, de paso nos consiguieron casita y nos alejaron de nuestra vida rutinaria de vicios glucosados y crímenes innarrables.
Este es uno de los tantos juguetes de la colección de Germán Garcés de Pereira. Lejos de ser tonta, esta fotografía es la introducción a un breve ensayo sobre ovnis.
Desayunando en las afueras de Pereira. Compartimos con el gran Javier Toro "el brichero cusqueño", hijo del gran ajedrecista Don Alberto Toro, tres días de finca y el más exquisito tour gastronómico que Pereira puede ofrecer.
"Felicidad en torno a un yobaca".
Alguna vez alguien dijo vía telefónica. Salúdeme a Loli especialmente, por que acá el valiente no es usted, ni el auto. Es ella. Don Loli capaz de matar un oso con sus propias manos, esconde tras esa apariencia inocente, una fiera que ha sabido mezclar fideos y chocolatada en el desayuno sin que le tiemblen las patas.
Nuevamente la falta de alimento, obliga a Faca a encantar con su música austral a un grupo de tiernos colombianitos. En un sopor de fusas y semicorcheas, los párvulos son conducidos a la olla sin miramiento alguno. Con papas, morrones y una salsita de perro callejero.... delicatessen.
La foto surreal de la fecha.
No llegan a ser treinta. Ni van, ni vienen, ni rotan. Ni tiranía connotan. Los plebeyos al verlos flotan, y de fracciones imperfectas, a sus ecuaciones dotan . Ciertas moléculas carbonadas, en simples átomos constituyentes, se desbaratan. Puentes de hidrógeno se apuran en su constitución, y en el sentido inverso, perecen sin esfuerzo. Guardianes de oscuros senderos. De insondables sustancias mucosas. Vigilantes celosos del remoto intruso verdolaga. Sean, triunfen, alcancen, trasciendan.
Camilo es ilustrador e ilustrado. Prometemos pronta justificación. Ah! la foto es de nuestro puesto de venta en Pereira.
El Bolívar desnudo de Pereira horrorizó a los conservadores de la época. Jamás habíamos visto una escultura que represente con fuerza semejante el ideal libertador. Esta obra de Rodrigo Arenas es hoy un símbolo que llena de orgullo a Pereira y engrosa la lista de las bellísimas esculturas que pueden encontrarse a lo largo y ancho de Colombia.
Su tijera tenía el filo empobrecido. Sus dados el seis apenas insinuado. Pésimo en su profesión y apenas mediocre en el arte del amor, fué victima de todo. Del olvido. Pretendió engrosar listas de gentes influyentes, y dejó enseceguerse por promesas mudas, y sordas, y tontamente locas. La ilusión óptica se lo trago. Andante ma non troppo, no logró escapar nunca de si mismo, y allí se quedó. Siendo él. Arturo Puig.
Llegar tarde no es más una opción. No en Colombia.
No siendo amantes de las grandes ciudades, Medellín supo cautivarnos. La ciudad es moderna, de una arquitectura impecable y un espíritu inquieto. Plazas, museos y parques gratuitos dan una idea del curso que toman sus intenciones. Sus habitantes, "los paisas" los más regionalistas del país, se ponen de pie antes de anunciar su noble origen. Siete días en otra gran ciudad, que esta vez, disfrutamos a morir.
Viajando a los barrios pobres. El moderno metrocable medallo, lleva a diario miles de ilusionistas, ilusionados e ilusorios de casa a lugares lejanos, y de estos nuevamente a casa, sin mayor indagación.
Haciéndole gafas nuevas a la coloretti. La niña catástrofe es capaz en un solo día de perder, romper, pisar soretes, tropezar con fierros, caer de las escaleras, manchar y hasta lesionar sin intención. Aún así es adorable.
En la plaza de Botero, nadie se siente gordo. A lo sumo raquítico o normalín.
Otro de los famosos gorditos.
Los de Fuego y Jairo en el Metrocable. Conocimos a Jairo en nuestro puesto de ventas en Pereira, nos llevó a su casa donde pasamos tres días y con esta van.... cuatro casas distintas en Pereira. Se subió a la nave y viajamos juntos a Medellín donde hizo de guía espiritual y callejero.
Burocracia se asolea en el jardín botánico de medellín.
En medellín Alejo fué nuestro amigo, benefactor, papá, hermano y capitán. Tan loco como un psicólogo puede estar, fóbico a cualquier líquido cuya temperatura supere los 10ºC y revolucionario guevarista empedernido, nos abrió las puertas de su casa y su cabeza sin dudar un segundo. La capacidad de estar solos a la que nos habían acostumbrado los inmensos parajes Argentinos, el imponente sur chileno, la sangrante Bolivia, el mítico Perú y la helada sierra ecuatoriana, se volvió polvo en Colombia. No pasamos un segundo sin un nuevo amigo, estrechando la mano. Muchas veces nos preguntan por el dinero, ¿de donde lo sacan? ¿Ahorros? ¿Depósitos mensuales de papá? ¿Robo a ancianos? No. La ciudad chupa, chupa juerte, suele vaciar y no dejar lugar a la imaginación. Soltar los pies, parir una idea y creer es todo lo que se necesita. La ayuda de la gente, lo hace todo. Su magnitud podría expresarse sólo con una palabra que supere a -abrumadora- algunos millones de veces. Todo lo que no llegamos a contar en este blog, cada detalle, desde los chicos que aportan con unas gelatinas de pata de res intimidantes, pasando por mil cenas a cuenta de extraños encantadores, el lugar cedido para vender nuestras chucherías, el tanque de gasolina llenado por Batido en Cuenca antes de partir, todo suma. Los bocinazos en la ruta, las palmadas en la espalda, los gestos de cariño, el apoyo incondicional de amigos y ilustres desconocidos a través del blog. ¿Como vamos a parar? Esta bola se autopropulsa y ya no solo por nuestra energía, sino por la de miles. No sabemos que va a ser de nosotros a la hora de regresar. Para eso falta, pero déjenos decirles con absoluta sinceridad, que el haber vivido lo que nos tocó vivir en estos cuatrocientos días de viaje es un privilegio y la huella que América está dejando en nuestra alma es endeleble. Como esas manchas que jamás se quitan. "Mancha imposible de quitar" sentenciaba Pachi, y chantaba la etiqueta letal. Somos gente afortunada y eternamente agradecida. ¿Plata? creannos está sobreestimada y nosotros subestimados. No vemos casualidad en todo esto. Todos tenemos un espíritu listo para dar un salto mortal, en cuanto éste le sea requierido. Ese es el motor de americaencitro, y el motor del hombre.
Que más podemos decir que gracias y que los extrañamos conejos.
Alejo prueba suerte en el Peñol con su señuelo. Pero claro, la suerte es para los principiantes. ¡Hasta la victoria siempre!
El que sabe, sabe.
El embalse del Peñol, visto desde la cima del Peñol.
Casi ciegos, primitivos, eléctricos y extrañamente propulsados por una única aleta ventral, estos simpáticos ¿peces? son exhibidos en una de las peceras del acuario de Medellín.
Los muchachos peronistas, todos unidos triunfaremoooos.....
La película de jabón es tan frágil como la verdad. Pueden penetrarse sin embargo, ambas. La de jabón, empapando la mano en jabón. La verdad, ni idea che. ¿Empapándose de verdad tal vez?
Pa´ que no se olviden de quien es el que manda acá. Sin él no somos nada. Nada.
Si de algo pueden estar seguros, es de que las rutas colombianas son seguras. Todo lo que se escucha afuera acerca de la guerrilla en el camino, pura basura. La gente nos cuenta que hace diez años hubiera sido mucho más peligroso hacer nuestro viaje por aquí. Este logro es pura y exlusiva responsabilidad de (como le llaman por acá) Papá Uribe.
Ya en Bogotá, nuestro registro fotográfico merma. Habrá que esperar a la próxima. Igual algo hay.Javi, Liz, Alex, Loli y Faca frente a una mano de Botero. Recurrente el pibe. Después de pasar una hora en su museo, salís medio abombado. Con la imaginación muerta e hinchada. Igual chévere.
La Peque junto a la Mona Lisa de Botero. Simpática la gorda, pero nos quedamos con la de Leonardo.
Ufffffff..... larga la bocha, vamos a tener que escribir más asiduamente para conservar su integridad mental y la nuestra. En fin conejos, estamos sanos, salvos, en una Bogotá que no nos mató de primeras, pero a la que le vamos tomando el gustito con los días. Entre amigos, en la Citroen de acá, con notas para un par de diarios, viendo si Sony nos tira una laptop pa´ facilitar la comunicacaon y disfrutando de los museos ¡Gratuitos! de la capi. Si todo sale bien, el domingo estaremos en un pueblito colonial llamado Villa de Leyva para un encuentro astronómico...
Ustedes se nos cuidan, se los extraña mucho, de veras extrañamos nuestra hermosa patria Argentina, a la flía y los amicis de allá y del camino. Gajes del oficio. Como escuchamos decir a alguien por acá; ojalá tengan una buena noche, y si no, que duerman. Abrazos, besos, patadas ninjas, tirones de orejas, paralíticas, plachas a la cabeza y quemadas con pucho (cigarrillo para los no argentinos. Viste Patty, algo es algo) en los ojos. Saludos especiales a nuestros amigos del campo Argentino en Mechongué, al Choli, Isabel y familia. A veces toca seca, pero como siempre dije, si nosotros pudieramos manejar el tiempo, lo mal que lo haríamos. Oso y compañía, we love you. Nikolaídis, Nico Chara y demás criaturas cefalópodas, respect. Margot, siempre grande. La última, Colo te pasaste con tu mail. Macho.
Ah! para aquellos que aún no saturaron su capacidad americaencitronil, ya salió la MDQmag, con nota de nuestro paso por Bolivia.
¡Yuk Punchagamma!
Arepa: Es una especie de torta pequeña preparada de harina de Maíz, de forma circular aplanada, de unos diez a veinte centímetros de diámetro. Es uno de los platos tradicionales de las gastronomía colombiana. Además de sola, la arepa se acostumbra a comer rellena, comúnmente como parte del desayuno o la cena.
Brichero: Dícese del latino que haciendo uso de sus capacidades de conquista, atrae hacia sus redes a féminas primermundistas, viviendo de sus recursos a la vez que retribuye sus favores, con fogosidad e imaginación ilimitadas.