"Cada día sabemos más y entendemos menos."
Ni el sol va a apagarse en los próximos millones de años, ni tendremos la suerte de que el señor Klemm regrese envuelto en intocables astromelias a regalarnos eso....... eso que él nos regalaba y no puede definirse con facilidad. No despertamos nunca del sueño y sin embargo nos mantenemos en eterna vigilia. La sofisticación ha alcanzado niveles absurdos, y una botella de vino cuesta lo que mil almuerzos pobres. Rodamos, desordenados, hacia donde nos lleva el tiempo. Hacia donde nos sopla el viento. Vamos adelante (aunque algunos a veces creemos que es atrás. Pero no, es adelante). Y seguiremos acertados y errados. Entre esos diminutos tornillitos que llevan los marcos de los anteojos y la nueva generación de productos lácteos (que está por sobrepasar mi capacidad de retener nombres y atributos fantásticos), acomodando las mesas chuecas con pedacitos de cartón bajo la pata corta y nadando por un ciberespacio virtual que amenaza con volvernos enteramente ceros y unos. Nada que temer, nada que decir, nada que hacer, o todo lo contrario. Americaencitro rueda.
Ya desde antes de dejar Argentina, teníamos a Guatemala como uno de los sitios que más nos interesaba conocer. ¿Motivos? Su simpático nombre y nada más. ¡Guatemala! Suena bien ¿no? Aquella mañana, dejamos la casita prestada en una playa perdida de El Salvador y rodamos sin parar hasta entrar en suelo chapín. No atropellamos mamíferos ni cetáceos en nuestro andar (de hecho no lo hicimos a lo largo de los 40.000 km andados). No dimos tregua a la nave en todo el día, y ya atardeciendo, decidimos parar y hacer noche en una estación de servicio en la ruta. Así evitamos entrar a la ciudad de noche, sin saber a donde caer muertos. A la mañana siguiente, los primeros rayos del regordete gigante de helio, nos regalaron el reflejo de los volcanes que nos rodean, sin opción a fuga, desde todos los puntos cardinales. El gigante y dormido Agua, nos esperaba cerca de nuestro destino en Antigua, y el furioso y activo Fuego, montaba su clásico show de erupciones (estuve tentado de escribir eructos, pero no lo hice) y humo, por sobre sus enrojecidas laderas afiladas. Finalmente el Acatenango, como fiel servidor de su podreroso y extrovertido amo, vigilaba la escena con ojos de admirada obsidiana.
Rápidamente nos hospedamos en el predio donde la Policía recibe a los viajeros. Armamos la carpa y cuando preguntamos por el costo nos dijeron: - Sólo traigan detergente y desinfectante para el baño que vayan a usar - Así lo hicimos, y pasamos una semana en la que, sin duda, es la más lindas de las ciudades guatemaltecas.
A unos pocos kilómetros de Antigua (todo está a pocos kilómetros en Guatemala, el tema es que con las tremendas montañas los tiempos para recorrelos se vuelven eternos) se encuentra el volcán Pacaya. Activo y con 23 erupciones contabilizadas desde la conquista española, la mole de piedra se ha tranquilizado en los últimos 10 años. Ahora posee un flujo de lava continuo en una de sus caras, y por ello no hay tanto riesgo de grandes erupciones. ¡A caminar sobre la lava pues!
La combi que nos subió al volcán, nos dejó a unas dos horas de la lengua de lava. Quienes ya habían subido nos decían que el calor es insoportable, y hasta que las zapatillas se derriten si uno se acerca demasiado a la lava.... ¿exageraban?
Mordor está cerca.
Timoteo el gran perro callejero, sabio y gigante, vive casi llegando a la cima del Pacaya. Allí la gente puede preguntarle toda clase de cosas y él, si está de humor, contesta siempre con la verdad absoluta. Nadie sabe bien como adquirió semejante tamaño, ni porque desairó a Jack Palance en su 73mo onomástico, dejándolo en silencio y con un vaso de brandy en la mano. Lo que si se sabe a ciencia cierta, es que nació de un huevo, que los átomos de sus uñas no poseen neutrones y que bebe trece litros de lava a diario.
¿Que hay al final de todas las cosas? Timoteo lo sabe, pero no quisimos preguntarle por motivos obvios.
¿Que hay al final de todas las cosas? Timoteo lo sabe, pero no quisimos preguntarle por motivos obvios.
El calor en el lugar era insoportable, literalmente hablando. No podíamos mantenernos más de unos pocos segundos viendo a la lava fluir a nuestros pies. El viento se arremolinaba entre la joven roca y cuando se abalanzaba sobre nosotros nos obligaba a retroceder. Más allá de todo, nuestras zapatillas no se derritieron. Si exageraban.
Hoy, en la sección "Confesiones de los de Fuego"
- Atropellamos un cangrejo en Puerto viejo (Costa Rica) y otro en Tulum (México).
En Antigua conocimos a Gabi y Jose (el Indiana Jones del mundo maya). Pegamos onda desde el primer segundo. Como Jose es arqueólogo y se dedica al turismo también, conoce prácticamente cada rincón de su país, y además, ama a cada uno de esos rincones. Por eso cuando trazamos juntos nuestro camino dentro de Guatemala, nada quedó afuera. Los dos meses y monedas que anduvimos por estas tierras, tuvieron mucho que ver con este encuentro.
Es una maravilla esta ciudad de Antigua. Las mudanzas y reconstrucciones a las que se vió sometida a lo largo de los años, causadas por la furia incontenible de la pachamama, le dieron una historia que contar. La cuenta con fachadas derrumbadas, iglesias caídas y ladrillos jóvenes y viejos, todos entremezclados en un ballet arquitectónico que revienta de color. Lo que se pagó, queda amortizado con la vista de sus inmensos vecinos volcánicos. En la fotografía, Fuego lanza una perfecta columna de cenizas al cielo, pretendiendo derribar alguna nube, y por que no, un par de ángeles.
Sigamos embruteciendo a los chicos. Los diez faroles azules están indignados. Quieren permitir más faltas y retirar las expulsiones de los colegios en Argentina. ¿Fundamentos? Disminuir la altísima deserción escolar ¡Por favor no pueden al menos esforzarse y buscar una mejor excusa! ¡Al menos eso! Los diez faroles azules se preguntan: ¿De que sirven niños matriculados si pueden nunca ir al colegio, hay setecientos paros docentes por año, mil quinientos feriados y finalmente cuando tienen clases, la ausencia total de límites y bajísimo nivel académico los avalan para hacer todo menos estudiar? En el mundo de los faroles azules eso no tiene mayor sentido. Por una de esas casualidades ¿no será que quieren más gente ignorante para poder conseguir votos a cambio de someter a los humildes a una vida improductiva, sin iniciativa y subsidiada con una mensualidad miserable? Bueno, si a esto agregamos que además del voto se consigue manipular con mayor facilidad a las mentes menos preparadas, pues tal vez ahí estemos recién empezando a vislumbrar una puntita de lo que se busca con estas leyes para una "mejor educación".
Salimos a yirar junto a Gaby y Jose un domingo tempranito. Encaramos las siempre accidentada topografía guatemalteca y nos dirigimos a el sitio arqueológico (nunca ruinas según Jose) de Mixco Viejo. En el camino nos detuvimos para ver uno de los espectáculos de colores y aromas más hermosos de latinoamérica: un mercado de domingo, en un pueblo cualquiera de la montaña.
Nada que agregar.
Klinker-Kubb-Kerber III, es el más alegre de los seres de la segunda dimensión, y aún atascado en la rugosa superficie de concreto, sonríe.
...éramos descubiertos sin excepción.
"El verdadero precio de todas las cosas, lo que todas las cosas cuestan realmente al hombre que quiere adquirirlas es el esfuerzo y la molestia que supone adquirirlas."
El hombre la ama más de lo que la ama el tiempo.
En ciudad de Guatemala, Ricardo, Dorita y Gaby no solo nos hospedaron. Nos hicieron parte de la familia y enriquecieron un poquito más nuestra experiencia con amor, amistad y una mano desinteresada con la que se puede contar para lo que sea. Sepan que los sentimos familia y nunca vamos a olvidarnos de esos desayunos monumentales que Dorita tenía en la mesa esperándonos cada mañana (frijoles, pan, yogurt, cereales, leche, queso, café, huevos, galletas, etc), la generosidad y sencillez de Ricardo con sus cafés a toda hora y las carcajadas y rebeldía de "la libre gaviota", nuestra hermanita guatemalteca. ¡Gracias por todo! Los esperamos en Argentina con nuestros humildes café con leche y medialunas.
A los "Doctores de Fuego" se suman en la lucha por la igualdad y la justicia; la "Ameba intergaláctica" y el "Moscardón Suicida", célebres superhéroes guatemaltecos. Solo falta el justiciero anónimo para completar el grupo invencible. Claro que si estuviera aquí dejaría de ser anónimo y eso es justamente lo que él quiere evitar. Su nombre sublima anonimato, toda su figura se basa en el anonimato, el tipo no quiere que sepan quien es. ¿O acaso es un cobarde? Descargos en los comentarios por favor.
Llegando a Panajachel en Atitlán, nos detuvimos en uno de los mercados típicos más grandes del país; el mercado de Sololá. Allí se encuentra lo que sea. La gente va y viene por los pasillos, que quedan diminutos ante las corrientes humanas que lo arrastran todo.
En muchas cosas, Guatemala se parece a Bolivia. La población indígena es importantísima, luego, los colores se repiten y algo del carácter de la gente del altiplano boliviano puede encontrarse también aquí. Claro que la puna en Bolivia es más sórdida, más despojada y desolada, claro que aquí no pasamos noches a veinte grados bajo cero y la tierra provee a la gente de toda clase alimentos y agua, pero aún así, algo de aquel país del sur vive en éste y viceversa.
Los pueblos aborígenes son cerrados, muy desconfiados y distantes hasta que se logra romper esa barrera cultural y de realidades lejanas que nos separa. Nos cuesta mucho penetrar en sus vidas, escuchar sus palabras, compartir sus costumbres y aprender de su inmensa sabiduría (absolutamente distinta de la nuestra, pero igualmente válida). Lo que sí, una vez superada esa barrera, la entrega es total y es sincera. Pocas cosas en este viaje nos han dado más satisfacción que encontrar esas cosas en común, que en definitiva y más allá de las diferencias, nos vuelven a todos hermanos.
Al llegar a Pana, nos encontramos con un pueblo vacío, nuestra idea era quedarnos una semana vendiendo un poco de bijouterie, pero no solo se frustró esa idea, las cosas se dieron de tal forma que no pasamos ni una noche en el mítico pueblo. Todo el mundo nos había recomendado Panajachel, pero ya en el lugar, no conseguimos donde quedarnos. Agotamos todos los lugares de siempre: bomberos, policía, campings, estaciones de servicio.... nada. Nos movimos de un pueblo en otro pasando por San Agustín y Santa Catalina, pero no hubo caso.
La vista del lago con sus volcanes al otro lado nos invitaba a quedarnos, pero el resto del universo no.
Cada tarde se los ve llegar de tierra adentro y apostarse en la costa del lago. Miran las ondulaciones del agua con ojos submarinos, mientras contra el áspero suelo, crujen. Se agitan sus tablas, se inspiran sus uniones y se sienten flotar. Más por alguna razón, nunca navegan. Solo contemplan su sueño a un paso de distancia y lo añoran en silencio. Lo mantienen intacto y perfectamente lejano, perfectamente imposible.
Hoy, en la sección "Confesiones de los de Fuego"
- Atropellamos un cangrejo en Puerto viejo (Costa Rica) y otro en Tulum (México).
La "Linyerita 33" te da todo lo que estabas necesitando. Con un estilo único y una generosa entrada de aire frontal, es sin duda el calzado ideal para toda clase de actividades al aire libre y también en prisión. ¡No busque más señora! La "Linyerita 33" está fabricada con materiales descartados, que casi usa la Nasa. Ideal para caminar por la lava sin preocupaciones.
En una oferta única, comprando YA dos pares de "Linyerita 33" le regalamos una zapatilla izquierda extra, por si las moscas.
Vamos, ¿que espera? camine despreocupado. La "Linyerita 33" es la única zapatilla del mercado que se vende con al menos treinta y tres mil pasos dados certificados. Lleve la Linyerita y no esté pendiente de esos primeros rayones y manchas.
"Linyerita 33" el calzado despreocupado, o, la evolución del calzado.
Nota: El producto no incluye la piola que se ve en la fotografía.
Antigua y en soledad.
¡Viva la patria carajo! ¡Que mierda importa todo esto si vamos al mundial!
Necesariamente hay que cambiar de capítulo después de la aparición de los faroles azules.
Capítulo II
Klinker-Kubb-Kerber III. El más alegre de los seres de la segunda dimensión.
Salimos a yirar junto a Gaby y Jose un domingo tempranito. Encaramos las siempre accidentada topografía guatemalteca y nos dirigimos a el sitio arqueológico (nunca ruinas según Jose) de Mixco Viejo. En el camino nos detuvimos para ver uno de los espectáculos de colores y aromas más hermosos de latinoamérica: un mercado de domingo, en un pueblo cualquiera de la montaña.
Todo el que crea que los mayas ya no existen, deberían venir a recorrer los cientos de pueblitos que salpican estas tierras escarpadas. La verdad, no recordamos el nombre del pueblo, pero bastó con poner un pié abajo del auto para darnos cuenta de que estábamos en un lugar especial. Todas las cabezas giraban para vernos, mientras tratábamos de pasar lo más desapercibidos que fuera posible. Queríamos ver un mercado auténtico, pero claro nuestra presencia y nuestras cámaras incomodaban a las personas que intentaban vender allí sus productos. El mercado cobra vida gracias a comerciantes de todo tipo y campesinos que acuden con sus excedentes agropecuarios desde lejos, muchas veces a pié, para trocar o vender a bajísimos precios su trabajo.
No nos costó mucho imaginar como serían los mercados mayas cientos de años atrás, pues lo que estábamos viendo, seguramente no difiere mucho de aquellos.
A esta gente no le gusta ser fotografiada y nos quedamos con las ganas de sacar muchísimas más fotos. Un poco por respeto, un poco por sentir la incomodidad de no pertenecer y otro tanto por la hostilidad de los modelos, las lentes no tuvieron mucho trabajo allí aquella mañana. Claro que cuando tomábamos la desición y nos animábamos...
¿Adam tenía razón?
"No puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados."
Coincidimos señor Smith, pero nadie se hace cargo.
Tras la visita al mercado, llegamos al sitio arqueológico Mixco Viejo. Tal como nos explica Jose, las construcciones no son ni monumentales, ni poseen un arte que se destaca, fueron construidas una vez pasado el esplendor de la civilización maya y nos ayudan a entender como fue el ocaso de aquella cultura que no se extinguió violentamente. Se fue apagando poco a poco, pero jamás desapareció por completo y vive aún hoy, en la sangre de quienes trabajan estos suelos y siguen realizando sus ceremonias y rituales justo aquí, bajo la mirada atenta de sus antepasados que les hablan desde la piedra y el recuerdo.
Los de Fuego parapetados en posición estratégica para comenzar la guerra de salivazos.
De la boca de la serpiente, el bailarín cósmico emerge.
Obra conceptual uruguaya (1821 AC).
Dejamos Ciudad de Guatemala con rumbo hacia el Lago Atitlán. En nuestra agenda, antes de abandonar Guatemala figuraban como lugares a visitar. Chajul (en el triángulo Ixil), Cobán, Semuc Champey, la Laguna de Lachuá, las Cuevas de la Candelaria, Quiriguá (previa escapada a Copán en Honduras) y Tical en el Petén.
Al llegar a Pana, nos encontramos con un pueblo vacío, nuestra idea era quedarnos una semana vendiendo un poco de bijouterie, pero no solo se frustró esa idea, las cosas se dieron de tal forma que no pasamos ni una noche en el mítico pueblo. Todo el mundo nos había recomendado Panajachel, pero ya en el lugar, no conseguimos donde quedarnos. Agotamos todos los lugares de siempre: bomberos, policía, campings, estaciones de servicio.... nada. Nos movimos de un pueblo en otro pasando por San Agustín y Santa Catalina, pero no hubo caso.
Cada tarde esforzadamente se alejan tierra adentro, sangrando malheridos de tristeza. Se sienten vencidos, secos y pesados. Y no mueren de tristeza, pues saben que cada tarde, con ojos submarinos verán a la orilla de lago, mágicas ondulaciones intocables, reflejos caprichosos del sol sumergiéndose en busca de un fondo incierto y oirán sonidos imperceptibles e inquietantes de agua en movimiento, susurros de libertad.
Cada tarde se los ve llegar de tierra adentro y apostarse en la costa de lago a los hombr... ¡digo a los botes!
Las mujeres de Santa Catalina utilizan su tiempo libre sin excepción, para confeccionar huipiles y mantos artesanales con su telar de cintura. Uno de estos caminos puede requerir un mes de trabajo y los huipiles hasta dos meses. Los bellísimos diseños y colores, escapan de los dedos de estas mujeres, como lo hacen los sueños de los dedos de los hombres y las tablas de los botes. Así es desde hace cientos de años y así seguirá siendo, hasta que deje de ser.
Asi es que dejamos atrás el lago, y créannos esto suena más fácil de lo que en realidad fue. La geografía accidentada de la gran cordillera guatemalteca, es quebrada como pocas. Además bajar al nivel del lago es fácil, pero la subida de empinadísimas pendientes exigía que la nave estuviera hecha un violín y ese no era el caso. Ni siquiera la poderosa primera del Citro pudo con la gran trepada, estábamos con el carburador mal regulado y gastando una locura de nafta, eso sumado a la falta de oxígeno de la altura y las bajas revoluciones, da como resultado el famoso apunamiento o ahogo. La nube de humo negro se extendía inmensa detrás nuestro y ni a fuerza de quemar embrague lográbamos avanzar. Finalmente un auto paró, se bajaron dos hombres y con un empujoncito, el motor se avispó y ganamos la cima.
El día no había sido ideal, apenas dejamos el lago atrás, comenzamos a buscar una estación de servicio en la ruta para pasar la noche. Paramos en una Puma, al principio no estaban muy convencidos de darnos permiso, hablaron con el dueño y al rato teníamos remeras y tazas de regalo, un lugarcito techado para armar la carpa y ducha con agua caliente a nuestra disposición. Los dioses volvían a sonreirnos y como siempre, aprovechamos ese envión para alcanzar nuestro siguiente destino; Chajul. Pero como me gusta decir, esa ya es arena de otro costal.
Queridos conejos, en el próximo capítulo de americaencitro vamos a meternos en uno de los corazones indígenas de Guatemala; el triángulo Ixil. De ahí saltaremos a través de rutas de acantilados derrumbados a la capital de las orquídeas, para pasar luego a tres paraísos naturales de ríos subterráneos y lagos en medio de la selva. Volveremoos a Honduras por un día, para visitar las ruinas mayas de Copán, y finalmente visitaremos la imponente Tikal para salir del Petén y entrar a México en un coletazo de hipogrifo.
Mientras tanto les mandamos unas cuantas patadas ninjas y mordiscones en la cola, que ustedes se repartirán acorde a sus gustos personales.
No se conformen si no están a gusto, no abusen de su propia capacidad de acostumbrarse a las cosas, coman mayonesa, pregúntense quién es el justiciero anónimo y recuerden que pelearse en nombre de políticos vendepatria corruptos, que se ríen en nuestra cara mientras esterilizan las tierras y las cabezas, hipotecan con desfachatez nuestro futuro y roban con impunidad de los bolsillos del pueblo al que "representan", es una de las cosas más estúpidas que podemos hacer.
Nada está perdido, no si aprendemos de los grandes.
Nada está perdido, no si aprendemos de los grandes.
Carisma, genialidad, ¿? Compromiso y trayectoria.
¡Ahhhh.. nos olvidabamos! Señora, los perros no necesitan psicólogo.
¡¡¡Arrivederci e buonafortuna!!!