Posteo extraoficial. Menos pretencioso, a todo color y por supuesto ¡Con Felfer!
Dejar Bolivia fue un parto natural sin anestesia. Pasamos a detallar lo ocurrido en los últimos y movidos días Titikaqueños.
CAPITULO 1: "El derrocamiento de la muela tirana"
Una atmósfera viciada de vapores fluorescentes, dió el marco a aquella mañana tragicómica. Siete patos expertos en martingalas se arrimaron para ser parte, pero el entierro ya había sido consumado. El dentista (que no se por qué se hace llamar doctor. Cosa muy común en los miembros de este clan) dijo: - Listo el pollo, podés masticar bulones si querés. Dolores, que jamás confió en los seres que visten de guardapolvo, o basan su estabilidad económica en el origami, retrocedió lentamente pero sin bajar el cuchillo. Los acróbatas festejaron sin acrobacias y partieron hacia la frontera. Resumen fotográfico del Capítulo 1. Si bien los siete patos no revelan su identidad, Guille y los de Fuego se preguntan acerca del mandala cósmico y encuentran en la vela la llave interdimensional a el otro mundo (ese donde vive Lucy y las mandarinas saben cada día mejor).
CAPITULO 2: "Nada que ver con Botnia, pero igual sobre papeles"
Llegamos a la frontera al mediodía, no tuvimos mayores inconvenientes en migración y.... PAF! el tipo le puso el sello de salida a los pasaportes (no sabíamos que pasarían 3 días para poder cruzar a Perú). En aduana la cosa se puso peluda. Al entrar nos habían dado 90 días a nosotros y tan solo 30 a la citraca para estar en Bolivia. Eso significa que el permiso del auto estaba vencido hacía más de veinte días. El aduanero nos anuncia que tiene que confiscarnos la nave. ¡¡¡¡QQQUEEE!!!! NO WAY!!! Un poco de charla por aquí y por allá, para que finalmente nos perdone la vida. Pero claro, ya estábamos "fuera de Bolivia", tuvimos que anular el PAF! y recién ahí...... El chiste es que tuvimos que manejar todo ese día de regreso al bolonqui del alto de La Paz. Al día siguiente, estuvimos con el corazón en la boca hasta que nos firmaron la extensión del permiso. Cualquiera puede pensar, listo, ya está..... pero NO! Vaya a saber que fuerzas extrañas nos llevaron a replantear nuestra ruta y decidimos salir de Bolivia por Puerto Acosta.....
CAPÍTULO 3: "Creer y reventar"
Ante nuestras consultas todos decían: Si, metele, es todo asfalto - o la clásica- Es lo más directo para Cusco. En fin, como inocentes palomillas, creímos a policías, civiles, domadores de llamas, abogados alimentados a dulce de leche bombomelo y tipos que ocupan cabinas de peaje (asimismo creímos a militares, posaderos y viajeros intergalácticos). Hicimos noche en un lugar que no viene al caso nombrar y tras recorrer los peores 20 kilómetros de las carreteras de Bolivia llegamos a Puerto Acosta.
CAPÍTULO 4: "La barrera"
.... y llegamos a una barrera...
CAPÍTULO 5: "La frontera fantasma"
Puerto Acosta, la frontera que es y no es frontera. Es frontera porque es frontera, y no es frontera por todo lo demás. En la aduana (sin aduanero) ciertos humanoides descansaban sus cuerpos sobre el suelo. En la plaza había un fiestón. En el destacamento de policía no daban garantías legales de registrar nuestra salida (ni de ningún otro tipo), y así es que nos vimos en una encrucijada. Con la vena del cuello a punto de reventar, Faca sentenció: Nos volvemos a Copacabana y a la mier...... 240 km de un regreso donde el aire se cortaba sin cuchillo, caminos horrorosos como Coppolo y bla, bla, bla...
Tercer cruce en balsa por el Titikaka. Dolores lo disfruta a más no poder.
CAPÍTULO 6: "Chau Evo mandá fruta"
.... ese separador de folios. Bla, bla, bla.... dormimos en Copacabana una noche más y al día siguiente tempranito estabamos en la frontera. Gastamos las monedas que sobraron en caramelos, papel higiénico, mandarínas (sin acento) y dos Nikolos (unos chocolates con gusto a cartón, a los cuales nos hicimos adictos en Bolivia). Pasamos, GRACIAS DIÓ PASAMOS!!!!!
CAPITULO 7: "De como dejamos Bolivia"
Y así dejamos Bolivia.
FIN.
Muchos son los misterios que nos quedaron por desentrañar en el altiplano. Algunos jamás podremos resolverlos, para otros.... el Perú nos da una nueva oportunidad.
¿Qué extraña relación vincula a los transportes públicos andinos con Batman? ¿Es esta una obsesión infundada o acaso posee una justificación robusta?
Bueno queridos conejos, prometemos deshacer esta madeja endemoniada. Esperamos que sus hilos, al ser desenredados, nos revelen ciertas respuestas de carácter esencial. Pero por lo pronto, no nos queda más que dejarlos una vez más. Revisen las hornallas antes de irse a dormir, limpien el felpudo de la puerta de entrada, que en él se paran cada noche criaturas monstruosas como Linda Peretz, Rolo Puente y "La Hormiga Negra" y si es que se coparon con "Lost", déjense de joder; ¡Un oso polar en una isla tropical! ¡¡¡¡¡Por favor!!!!!
Buena vida para todos, sean buena gente y un beso.
Ah!! Estamos en Cusco hace tres días. Esto es increíble pero..... esa ya es arena de otro posteo.